sábado, 3 de mayo de 2025

LA HISTORIA DE SOULEMAYNE

 

Estrenan La historia de Soulemayne, dirigida por Boris Lojkine, ganadora de Un certain regard en Cannes y nominada a mejor película y director en los Césares, ganando el protagonista, Abou Sengaré, el César a mejor actor revelación.

La historia es la de un repartidor de comida a domicilio, uno de esos ryders que vive en París y tiene una entrevista para regularizar su situación como inmigrante en el órgano administrativo francés encargado de estas cuestiones. Vemos como el protagonista memoriza una historia para, al cabo de dos días, obtener el estatuto de refugiado político. La falsa historia que va a contar es la de un activista político que no puede vivir en Guinea Conakry por haber sido encarcelado y represaliado. En realidad, su llegada a Francia tiene una motivación, como para muchos otros inmigrantes, puramente económica y, de hecho, ha dejado en su país a su madre enferma y a una novia que, por teléfono, le dice que tiene un pretendiente acomodado económicamente con lo que se rompe la relación.

La historia de un inmigrante explotado y con muchas dificultades para salir adelante es, lamentablemente, algo que podemos considerar convencional. Pero la película está lo bastante bien hecha para que la historia resulte interesante.

Por un lado, no solo es el sistema capitalista quien explota en exclusiva al desdichado protagonista, ni los peligros se reducen a conducir una bicicleta de forma suicida para cumplir con los pedidos por las calles parisienses. Al ser inmigrante ilegal, él trabaja como repartidor con la licencia de otra persona que lo somete a explotación económica, incluso deja de pagarle y, ante los reproches de Soulemayne, finalmente le agrede ante la impotencia del protagonista. Solemayne necesita imperiosamente el dinero para pagar a otro turbio personaje, que se dedica a cobrar por facilitar la regularización facilitando papeles y orientando a cómo articular una historia que cuele ante los servicios de inmigración. Vemos, desde el principio, como Soulemayne combina el reparto estresante de comida a domicilio mientras memoriza una historia que, en la parte final cuando tiene la entrevista, no resulta nada original y ha sido ya escuchada muchas veces por la funcionaria que lo atiende.

También nos es mostrada la miseria de estos indigentes a través de los servicios sociales que los atienden. Los inmigrantes se reúnen en puntos de la capital francesa donde esperan a unos autobuses que los llevan a centros de acogida, allí pueden tener una comida caliente y ducharse que alivian su situación, al menos de forma momentánea.

Abou Sangare, actor no profesional que llegó como inmigrante ilegal a Francia en 2017, asume el papel protagonista por el que ha sido premiado. Transmite autenticidad en la parte final de la película, esa larga entrevista en la que el personaje queda desnudo defendiendo la falsa historia y acaba contando las motivaciones para quedarse en Francia.

Previsible, pero enérgica, intensa y conmovedora. 

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