Un espíritu burlón
(1945) es una divertida y elegante comedia, dirigida por David Lean, con Noel
Coward trabajando en el guion y Ronald Neame como director de fotografía de un
technicolor muy saturado, incluso comparado con otros filmes de la época.
La película parte de un buen
guion en el que un novelista llamado Charles Condomine quiere aprender sobre
ciencias ocultas e invita a una estrafalaria médium para hacer una sesión de
ouija junto con su mujer Ruth, el médico de la localidad y su esposa. Mientras se realiza la sesión, queda liberada
Elvira, su esposa fallecida siete años atrás y que solo puede ser vista y oída
por Charles. La comedia prosigue cuando el fantasma de Elvira intenta
desestabilizar el matrimonio de Charles y, no contenta con eso, sabotea el
coche para matarlo pero, al conducir Ruth, es la mujer actual quien fallece.
Las dos mujeres se pelean en el
más allá mientras Charles intenta contactar de nuevo con la médium para
exorcizar ambos espíritus y, aunque parece que lo ha conseguido, cuando conduce
su automóvil tiene lugar la intervención de las mujeres y que los tres
espíritus acaben juntos en la ultratumba.
Uno de los activos es contar
con excelentes intérpretes, Rex Harrison como el novelista, Constance Cummings
y Kay Hammond como sus esposas y Margaret Rutherford como la médium. Un buen
guion, unos diálogos con chispa y la realización elegante de Lean configuran
una película que se ve de forma muy agradable pues tiene buen ritmo narrativo,
conteniendo además una cierta crítica a la acomodada clase social de los
protagonistas del filme. Aunque Lean no
hizo casi ninguna comedia y se movió mejor en otros registros, aquí consiguió
una película que vale la pena revisar.
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