El secreto de sus ojos
(2009) es un thriller dirigido por Juan José Campanella que está muy bien
planteado y mantiene un interés durante toda su duración, que se extiende por
un poco más de dos horas.
La acción empieza en 1999
cuando un agente judicial recién jubilado, Benjamín Espósito (Ricardo Darín),
decide escribir una novela acerca de un caso que conoció profesionalmente y
cuyo origen se remonta a 1974. Entonces se abren varios flashbacks, intercalados
con algunos momentos más breves en que se vuelve al tiempo actual de la
película, explicando la trama que empieza por la salvaje violación y asesinato
de una chica joven, dejando a su marido, un hombre llamado Morales, como
viudo.
La película es, en gran parte,
una cruzada de Espósito para desentrañar al culpable del crimen, apoyado por un
compañero llamado Sandoval y la jefa del juzgado llamada Irene, incluso
persistiendo a pesar de que hay un momento en que el caso se llega a cerrar por
no avanzar la investigación. En principio, un oficial corrupto del Juzgado
llamado Romano trata de hacer partícipes del delito a un inmigrante boliviano y
un nacional argentino, pero es desenmascarado por Espósito. Tras unas complejas
investigaciones, Espósito y Sandoval llegan a identificar al culpable, Isidoro
Gómez, al cual llegan a seguir hasta a una cancha de futbol donde se celebra un
partido del Racing Club de Avellaneda. Puesto a disposición de la justicia,
tras un interrogatorio trampa, Gómez reconoce el delito, pero Romano logra que
liberen al asesino y lo contraten como sicario de la facción de derecha del Partido
Justicialista. Romano no cesa de acosar a Espósito y Sandoval, matando al
segundo enviando a unos sicarios que lo matan tras aseverar Sandoval, con ánimo
de protegerlo, que él es Espósito. Posteriormente, Espósito debe exiliarse
lejos de Buenos Aires.
Tras regresar a Buenos Aires en
1999, jubilado y pensando en escribir la novela, Espósito visita a Morales,
quien quedó viudo tras el asesinato de la chica, que vive en las afueras de la
ciudad en un lugar bastante apartado de cualquier núcleo urbano. Allí, primero
Morales le miente pero, posteriormente, descubre como se ha tomado la justicia
por su mano y ha recluido en una cárcel clandestina al asesino durante largos
años, convirtiendo su situación en una cadena perpetua. Espósito, tras ver
esto, vuelve a Buenos Aires y declara su amor a Irene, con la que siempre había
existido una atracción.
La película funciona muy bien
como thriller, retrata una parte de la historia de Argentina y, sobre todo,
permite efectuar reflexiones sobre la justicia y las formas de aplicarla. Es
imposible en esa corrupta dictadura argentina establecer justicia en un crimen
brutal sin significado político. El asesino es protegido por las cloacas del
poder judicial y policial con lo que ha de ser un particular, directamente
afectado por el asesinato, quien asuma aquello que el Estado no ha sido capaz
de hacer.
Hay grandes escenas como la
muerte de Sandoval, girando unas fotografías para que los sicarios sigan
confundidos y lo maten creyendo que están asesinando a Espósito; o intensas
como debe tener un thriller cuando buscan al asesino en las gradas de un partido
de futbol. La contenida historia de amor entre Espósito e Irene también está
bien explicada y mejor rematada en la última escena de la película.
Muy buen filme
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