El Barça murió en la orilla. El
Inter compitió mejor gran parte de la eliminatoria, no por mejor juego sino por
tener más oficio, pero el Barça nunca se escondió, intentó hacer su juego con fases
brillantes y otras no tanto, dieron la cara todos los jugadores y queremos
creer que es un paso adelante de un equipo que volverá a luchar por la Champions
en los próximos años. Frente al desmadre organizativo de Laporta y la amenaza
de ruina institucional que comporta su presidencia, nos hemos de aferrar a unos
juveniles, otros jugadores muy jóvenes, alguno más veterano y un entrenador que,
sin ser perfecto, nos ha sacado de la atonía del periodo comandado por Xavi en el
banquillo.
Pasados los primeros diez minutos
de partido, el Barça empezó a sentirse incómodo y lo pagó con dos goles, uno de
Lautaro tras una grave pérdida de Olmo en zona peligrosa y otro de un penalty
discutible y en el que, en todo caso, quedó probado el oficio del experimentado
delantero argentino. El Barça tuvo alguna ocasión poco clara y, llegados al
descanso, el panorama no era muy alentador.
Reanudado el partido, el Barça
dio un paso adelante y los goles vinieron a través de medidos centros de Gerard
Martín, conectando una impresionante volea Eric en el primero y cabeceando Olmo
el segundo. Con tablas en el marcador, el Barça estaba más cerca del gol.
Martín aún dio una gran asistencia que Eric remató siendo el balón rechazado,
de forma milagrosa para el Inter, por Sommer. El portero austriaco también desactivó
a Yamal con paradas de Balón de Oro si es que ese galardón estuviera, que
parece no lo está en la práctica, al alcance de un portero. Y, en el minuto 88,
el mejor juego y determinación del Barça tuvo premio, el incombustible Rafinha
disparó, el portero rechazó, pero nada pudo hacer ante el segundo disparo del
delantero gaucho. Quedaba muy poco y, en los minutos siguientes, se pasó del
paraíso al purgatorio. Yamal disparó al poste y, en la jugada siguiente, ya en
tiempo añadido, una internada de Dumfries por la banda derecha, previa posible
falta a Martín, dio lugar a un centro que fue rematado por Acervi a la red ante
una débil oposición de Araujo.
Instalados en el purgatorio de
la prórroga, no duró mucho la caída al infierno. Un teóricamente extenuado
Thuram le ganó la partida en una jugada por la banda a Araujo, la pelota llegó
en el interior del área a Fratessi que, ante una defensa un poco pasiva, remató
al segundo palo batiendo a Szczesny. El partido se puso muy cuesta arriba, pero
el equipo de Flick lo intentó hasta el final con jugadores muy comprometidos y
generosos en el esfuerzo de intentar volver al purgatorio alcanzando la tanda
de penaltis. Jugando los últimos minutos con un único central, Araujo, que
acabó de delantero centro, agonizamos con un Inter embotellado y asfixiado
hasta que, con un par de faltas a su favor en los dos minutos del añadido de la
prórroga, encontró un poco de aire hasta el pitido final.
Ahora, hay que asegurar la Liga
el domingo y la temporada se podrá calificar como muy buena. Lo importante es
haber vuelto a hacernos respetar en Europa y pensar que, si Laporta no comete ningún
estropicio, hay una base para intentar ganar una Champions a corto plazo.
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