Maridos y mujeres (1992)
es otra película de Woody Allen diseccionando las relaciones matrimoniales,
ahondando en una temática tratada también muchas veces por su admirado Bergman,
al que se cita cuando Allen hace alusión a ver en vídeo Fresas salvajes.
La película se abre con el
encuentro de dos matrimonios, Allen y Mia Farrow por un lado, y Sidney Pollack
y Judy Davis por otro, en el que el segundo dice al primero que se van a
separar. Eso abre toda una serie de subtramas, incorporando a más personajes
entre los que destacan Liam Nesson como compañero de trabajo de Farrow que se
enrolla con Davis, y Juliette Lewis como joven alumna del profesor de
literatura que interpreta Allen. Después de varias idas y venidas entre los
personajes, al final serán Allen y Farrow quienes no seguirán juntos, mientras
que Pollack y Davis se reconcilian. Todo ello explicado a ratos como una
encuesta, con los personajes principales contestando a un supuesto interrogador
al margen de la actuación.
No había visto esta película en
su momento, pero me ha gustado. Bien escrita por Allen, le da un tono
semidocumental a la trama con las preguntas de un interrogador en off y largos
planos secuencia con la cámara en mano y desplazamientos bruscos en las escenas
con tensión entre los personajes, destacando también la calidad de los
intérpretes.
El clásico What is this
thing called love?, es el tema musical que se oye en los títulos de
crédito, tanto los iniciales como al final del filme, dando sentido a las
tramas que se han narrado durante su duración.
Última colaboración entre Allen
y Farrow antes de su tormentosa separación, el director neoyorquino abandonó en
esta ocasión la comedia e hizo un buen trabajo en una película que tiene
interés, aunque cuando tocó esta misma temática con Annie Hall consiguió
una obra maestra de la que Maridos y mujeres está muy lejos
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