domingo, 2 de marzo de 2025

EL VIDEO DE BENNY

 


El video de Benny (1992) es un inquietante filme de Michael Haneke en el que muestra la frialdad y deshumanización de toda una familia, bien asentada económicamente, que viven en un país tan avanzado social y económicamente como Austria.

Benny es un adolescente, hijo único, al que sus padres le regalan dispositivos de video para grabar. Se pasa gran parte de sus jornadas yendo a un videoclub a buscar cintas del primitivo sistema VHS, con contenidos violentos, además de algún video casero familiar como una matanza de un cerdo que actúa de manera hipnótica para él, fascinado por la acción de matar al animal y el arma utilizada.

Un día conoce a una chica y van a su casa. Le muestra el vídeo, también la pistola y, provocado inconscientemente por ella sobre si fuera capaz de disparar, lo hace y mata a la chica. Con frialdad, limpia la sangre y guarda el cadáver en el armario. Al venir los padres, explica lo que ha pasado y la reacción de ellos es preocuparse de si alguien le puede relacionar con la chica y, como en realidad no se conocían, deshacerse del cadáver, cosa de la que se encarga el padre mientras Benny y su madre se van de vacaciones unos días a Luxor para, después, llegar a la costa egipcia del Mar Rojo. Al volver de las vacaciones, el padre se ha deshecho del cadáver y nadie puede relacionar el crimen con la familia pero, dentro de su errático modo de proceder, Benny denuncia a la policía lo que ha pasado y compromete a sus padres en la desaparición del cuerpo de la chica.

La película se inicia con el video en VHS de la matanza del cerdo y vemos el efecto que provoca en Benny. Es un chico extremadamente frío, con curiosidad por explorar la muerte y el arrebatar la vida a un ser vivo. Actúa con absoluta falta de empatía, de manera inhumana. Pero, viendo la película, más horror y perturbación causan los padres, personas en edad adulta que comparten con Benny todas esas características negativas. Tan solo el padre, en un momento dado, le pregunta por qué lo hizo y se conforma con un simple “no lo sé” dicho por Benny. Hay una violencia irracional e inútil totalmente soslayada por los padres, aparentemente gente de bien. Por lo demás, la única preocupación de los dos progenitores es borrar las huellas del crimen y hacer como que nada ha sucedido.

Haneke tiene una manera de rodar que traspasa la frialdad de sus personajes al espectador filmando la cotidianidad de los personajes y, más tarde, incluyendo actos horribles como algo indiferenciado de ese día a día y del estado de ánimo tanto del chico como de los padres. Ese es el auténtico terror que inspira el filme. A veces nos deja ver el horror y otras nos lo sugiere. El asesinato es la mejor escena de la película y vemos el primer impacto que sufre la chica, pero luego los protagonistas, ella malherida, salen de campo y la imagen se queda fija oyendo los gritos y demás disparos con lo que nos angustia más imaginar el final. Frialdad, normalidad y horror, todo junto en un entorno de una sociedad avanzada.

La película tiene un punto profético en el sentido que a Benny no le han hecho ningún bien los videos que ha visto y grabado, sin control parental, con contenidos violentos. Ahora hemos dejado atrás el ya arqueológico VHS y las posibilidades que tiene los adolescentes de ver, sin ningún control, contenido audiovisual violento, protagonizarlo e intercambiarlo son enormes y se han dado casos cercanos a los que se refleja en esta película.

Turbador Haneke, notable película. 

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