Más allá de Missouri (1951)
es un western de William Wellman cuya acción se desarrolla en la tercera década
del siglo XIX, aquellos tiempos primitivos del Oeste en que los primeros
blancos que llegan a las zonas de las Montañas Rocosas comercian con pieles y
empiezan a relacionarse con los indios.
Esta película es la historia de
Flint Mitchell (Clark Gable), uno de aquellos tramperos que se adentra en
territorio indio para cazar animales y comerciar con las pieles. La relación
con los indios es ambigua, hostil con unos, como los seguidores de un jefe
llamado Ironshite (Ricardo Montalbán) y comercial con otros, resultando de esto
último una transacción que le proporciona a Mitchell une esposa india llamada
Kamiah (María Elena Marqués) que, además, es bastante guapa. Si bien al principio la adquisición de la
esposa solo forma parte del tratado de comercio establecido con el jefe de la
tribu, se enamorará de ella a pesar de que no se entienden en ninguna lengua y
tendrán un hijo que, con su voz en off, es quien cuenta la historia. Un ataque
de Ironshite cuando la expedición que comanda Mitchell vuelve de haber
invernado en un fuerte desencadena la muerte de Kamiah y un caballo desbocado y
sin jinete se lleva al bebé, siendo perseguido por Ironshite y Mitchell con la
resolución final rescatando al bebé.
Es un western que se mezcla
también con otros géneros, el cine de aventuras y la comedia, cosa que le da un
tono muy relajado con pocos momentos de tensión, apenas la muerte de uno de los
socios de Mitchell y el final con la muerte de Kamiah y el rescate del bebé.
Pero en gran parte del metraje predomina la aventura y la comedia, un tono
distendido en el que se mezclan gente proveniente de diferentes lugares y hay
franceses, escoceses, americanos e indios confluyendo en esa temprana etapa de
la expansión hacia el Oeste de los colonos.
Al parecer, la película tuvo
problemas con su metraje, muy corto pues no llega a 80 minutos y fue troceada
por la Metro. Eso hizo que Wellman no la apreciara mucho, pero, al margen de
cómo hubiera sido con otro montaje que profundizara más en la historia, lo que
quedó es bastante estimulante. Tenemos el estilo de Wellman, sencillo
narrativamente pero muy eficaz, además del trabajo de escenografía de Cedric
Gibbons, que con algunos planos exteriores y su trabajo en decorados nos
transportan a esas Montañas Rocosas abruptas, llenas de cursos de agua y de
exuberante vegetación. La historia es entretenida y, en cuanto a
interpretación, está el carisma de Clark Gable en un papel muy apropiado para
él, dando vida a un tipo simpático y jovial, además de grandes secundarios como
Adolphe Menjou y J. Carrol Naish.
Buen western.
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