viernes, 31 de enero de 2025

EL MÓN INTERIOR

 

Leo El món interior de Francesc Serés. A Serés, sus familiares le decían que tendría que haber pasado una guerra y repite esta frase varias veces a lo largo del libro. Esta frase fue muy popular para las dos o tres generaciones que crecieron tras la Guerra Civil. Parecían querer indicar que estar privado de bienestar material y sufrir te ayuda a valorar lo que tienes.

Serés no ha estado en ninguna guerra, pero sí ha conocido de primera mano las consecuencias de la guerra ruso-ucraniana. En primer lugar, su esposa es rusa y, en segundo lugar, él estaba en Berlín en el momento de la invasión en febrero de 2022. Alemania, por ser relativamente cercana a Ucrania y siendo un gran país aparentemente rico, acogió a muchísimos ucranianos y Serés hizo tareas de voluntariado ayudando a esta gente que huía de la guerra. Si a eso se añaden amigos y familiares de su mujer, Serés ha estado en contacto con mucha gente afectada por este conflicto bélico.

Así que el libro habla de la guerra. Pero no solo de la guerra rusoucraniana ya que Serés conecta el conflicto actual con la Guerra Civil española que él asocia, en el plano geográfico, a lugares cerca de Saidí, su pueblo natal, como son Los Monegros y la zona del Ebro; y, en el plano literario, a George Orwell, Joan Sales, Simone Weil, Ernest Hemingway y Ramón J. Sender.

Pero hay un tercer foco que pone de manifiesto la guerra y es su afición para comprar álbumes de fotos de familias alemanas en mercadillos o por internet. En esos álbumes se contienen los efectos de la guerra, comenta muchos en los que se ven unos más o menos felices años 30, con casas unifamiliares construyéndose, pero luego viene la guerra, hombres retratados como soldados de los que se interrumpen las fotos y, en ocasiones, una tercera persona retoma el álbum después de la guerra.

Los que somos de la misma generación de Serés hemos tenido la suerte de esquivar la guerra. Desde 1945 a 1990 no hay en Europa ningún conflicto bélico. Luego vienen las guerras en Yugoslavia, posteriormente un período de paz, pero con la incertidumbre creada por el desmoronamiento de la URSS y, en 2014, empieza la guerra en el Donbass. Así que tan solo ha habido 45 años sin conflictos bélicos y, de momento, las guerras en el Este las vemos un poco de lejos, pero esperemos que no se cumpla eso de “tendrías que haber pasado una guerra”.

Serés hace un libro básicamente descriptivo. Es más importante explicar cómo afecta la guerra a la gente que él conoce que no el porqué del conflicto. Porque está claro que la manera de sentirse afectado por una guerra son los recuerdos familiares que le cuentan sus padres de la Guerra Civil, esas familias alemanas que en los álbumes se percibe han perdido muchos miembros, la angustia de las amigas de su mujer, las zozobras que pasan los refugiados ucranianos o el distanciamiento que tiene Serés con una amiga porque, siendo ucraniana, recela del escritor porque su mujer es rusa. Son efectos terribles y la virtud de Serés con su prosa es explicárnoslos muy bien, que nos hagan reflexionar y desear que nunca tengamos que pasar por una experiencia así. 

jueves, 30 de enero de 2025

LA NOVIA ERA ÉL

 

La novia era él fue la penúltima colaboración entre Cary Grant y Howard Hawks. Contaron con la presencia de Ann Sheridan para el papel femenino y se trata de una comedia divertida.

Cary Grant es un capitán francés y Ann Sheridan una teniente americana. Ambos coinciden en la Alemania ocupada tras la II Guerra Mundial y, en la primera parte de la película, han de colaborar de manera obligada en una misión de contraespionaje, pero los personajes se caen mal, ella le hace unas cuantas trastadas en medio de diferentes gags y situaciones divertidas. No obstante, finalmente y como no puede ser de otra manera, se enamoran y hacen planes de boda.

En la segunda parte de la película, una vez se han casado, el problema será trasladarse a Estados Unidos en una época con restricciones para moverse. La manera que encuentran es acogerse a una ley del Congreso que favorece la llegada a los Estados Unidos de las esposas extranjeras de militares americanos. Como que la norma no específica sexo del cónyuge que puede viajar, se acogerán a ella dándose una serie de situaciones divertidas que culminan con Grant travistiéndose para poder subir a bordo del barco que los lleva a América.

La película es una screwball comedy con la batalla de sexos, como en otras películas de Hawks, como elemento más destacable y funciona, en gran parte, gracias a la vis cómica de Cary Grant en un momento ya maduro de su carrera. Hay situaciones divertidas, pero se echa a faltar un guion con más mordiente, algo más ácido porque la historia está muy contenida. Por otra parte, Ann Sheridan no es Katherine Hepburn. Sin ser una mala actriz no era lo bastante grande para dar la réplica a un monstruo como Cary Grant.

Sin llegar a la excelencia de La fiera de mi niña o Luna nueva, un Hawks relativamente menor es mucho Hawks y la película se mantiene como divertida y amena 75 años después de su filmación.

martes, 28 de enero de 2025

SIEMPRE ESTOY SOLA

 

Con un elenco de lujo encabezado por la maravillosa Anne Bancroft, junto a Peter Finch y James Mason, además de un guion de Harold Pinter basándose en una novela de Penelope Mortimer, Jack Clayton dirigió en 1964, con un resultado meritorio y notable, Siempre estoy sola, titulada en inglés The Pumpkin Eater.

La protagonista es una mujer, llamada Jo, que se ha casado dos veces y tiene seis hijos. Después de un breve flirteo, contrae matrimonio con un tercer individuo, un guionista llamado Jake, con el que tiene otro hijo. Entonces las cosas empiezan a ir mal, la pareja comienza a desintegrarse con sospechas de infidelidades de Jake incluidas. Entonces aparece Bob, un hombre dotado con un cinismo que el gran James Mason sabe crear como nadie, para aproximarse a Jo al mismo tiempo que destapa que Jake tiene una relación con su propia mujer. Jo sigue defendiendo su matrimonio y realizará lo impensable al iniciar la película dado su inquebrantable sentido de la maternidad. Se queda embarazada y, por satisfacer a su marido, aborta la criatura. Tras una fuerte discusión y una situación que parece de separación definitiva, Jo está en una casa de campo y aparece Jake con toda la prole. Un final que me pareció blando por ser aparentemente feliz pero, luego, lo veo más bien como siniestro; Jake, interpretado toda la película como un hombre antipático por Finch, no parece ser un hombre redimible ni el matrimonio, a la larga, se puede reconducir.

La interpretación de Bancroft es descomunal y ya justificaría ella sola la película. La realización de Clayton, regalándole abundantes primeros planos, pero no gratuitos sino para realzar el estado de ánimo del personaje, potencia sus grandes dotes como actriz. La película empieza con un gran movimiento de cámara en que se ve la casa de la protagonista, podemos ver sus objetos, el mobiliario, hasta acabar con un plano de Bancroft de espaldas, mostrando ya a una persona angustiada. Recordando en flashback cómo se conocen y se plantea el matrimonio, la película gana mucha intensidad en su segunda mitad, Hay una gran escena en el zoológico con Bob descubriendo a Jo su desaprensivo juego poniendo en conocimiento el adulterio de Jake con su mujer, pero, además, insinuándose. También tenemos como buenas escenas aquellas en las que Jo se halla en la clínica tras haber abortado y, de manera especial, la tensa escena con su marido Jake que parece presagiar una ruptura definitiva.

Buen e intenso melodrama, filmado con elegancia por Clayton, 

lunes, 27 de enero de 2025

THE BRUTALIST

 

Multinominada a los Óscar, se estrena The Brutalist, dirigida por Brady Corbet, película brutalmente larga, unos 200 minutos de proyección, cosa que hace que se exhiba con un intermedio. No veía una película con pausa en cine desde que vi La puerta del cielo en la Filmoteca.

La primera cuestión que resaltar es que, a pesar de su larga duración, no es una película que se haga pesada, mantiene el interés en todo momento explicando la interesante historia de Laszlo Toth (Adrien Brody), un arquitecto judío nacido en Hungría que, tras sobrevivir al Holocausto, llega a los Estados Unidos siendo acogido, en un principio, por el típico primo que ya se ha establecido con anterioridad en Pensilvania y que, en este caso, está casado con una católica. Dentro de las convulsiones que se dieron en Europa, Laszlo fue separado de su mujer y sobrina que quedan retenidas en una frontera centroeuropea, pero no pierde la esperanza de volver a reunirse con ellas. Mientras tanto, lleva una vida de miseria después de que su primo se desentienda de él tras un lío con su prima política provocado, más bien, por cuestiones religiosas. Estando todavía con su primo, hacen un encargo para hacer un proyecto de biblioteca para un hombre adinerado, el rico industrial Lee Van Buren (Guy Pearce), por encargo de su hijo para darle una sorpresa. En principio, al ver realizada la obra, Van Buren monta en cólera pero, más tarde, alguien resalta su valor arquitectónico pues Laszlo pertenecía a la corriente arquitectónica Bauhaus y había realizado obras notables en Europa. Localiza a Laszlo, le pide disculpas y le encarga un gran proyecto en el que dar rienda suelta a su capacidad para proyectar obras notables en arquitectura.

Después del intermedio, se produce el reencuentro y su mujer Erzsébet (Felicity Jones) acompañada de su sobrina Zsófia pueden llegar a los Estados Unidos, encontrándose con la sorpresa de que su esposa va en silla de ruedas ya que, debido al hambre, una osteoporosis le ha dejado sin capacidad para andar. Acogidas, en principio, de manera fantástica por Van Buren, empiezan a surgir tensiones para Laszlo. Por un lado, la difícil adaptación a su nueva realidad familiar debido al estado físico de su esposa y el tiempo transcurrido; y, por otro, la imposición de presiones para modificar su obra, así como una mala relación con el hijo de Van Buren. Despedido del proyecto, Van Buren lo vuelve a reclamar y se trasladan a Carrara para escoger mármol para el proyecto, pero, durante ese viaje en Europa, es sometido a una gran humillación que, posteriormente, es duramente reprochado por Erzséb a Van Buren, en una tensa y dramática escena en casa del segundo, rodeado de sus hijos y amigos.

Un epílogo, situado en 1980, durante un congreso de arquitectura en Venecia, da cuenta de la valoración positiva que se hace de Laszlo en el mundo de la arquitectura contemporánea, así como que finalmente el proyecto en Pensilvania se acabó en la década de los setenta.

Corbet plantea la película como un falso biopic ya que no existió ningún arquitecto judío que responda al nombre de Laszlo Toth. Pero la película le sirve para hacer una reflexión sobre el sueño americano. Ya en las primeras escenas, Laszlo ve desde un ángulo oblicuo la Estatua de la Libertad, ese símbolo para los recién llegados desde Europa, tal como pasaba con Vito Corleone en El Padrino II. Ver así la famosa estatua ya indica que Corbet va a plantear la llegada de un hombre que no conseguirá la felicidad en América.

El racismo está presente en esa sociedad americana de finales de los 40 (el personaje llega a Ellis Island en 1947) y lo siguió estando a lo largo de la siguiente década en la que se desarrolla la película. Tras pelearse con su primo Attila por una cuestión del rechazo que sufre de su católica prima política, Laszlo conoce la precariedad laboral, hará un amigo en las colas de indigentes que se acercan a los comedores sociales, un hombre de color que malvive con su hijo y afirma ser excombatiente, habiendo luchado en la campaña de Italia. Posteriormente, se peleará con este personaje, pero será cuando Laszlo ya está sumamente alterado por los problemas que tiene con Van Buren y que han afectado a su personalidad de forma nociva.

Otro factor que aborda la película es la independencia del artista. Controlado el proyecto en la sombra por Van Buren a través de otros arquitectos, Laszlo luchará por imponer sus criterios en el proyecto arquitectónico, recordando al personaje de Gary Cooper en El manantial, el gran melodrama dirigido por King Vidor a finales de los años cuarenta.

El daño que el nazismo provocó en la comunidad judía fue muy intenso. Ese dolor se lo llevan los personajes a América y pesa como una losa para tener una existencia plácida y venturosa, pero no es menos importante el hecho que, de una manera diferente, los protagonistas también sufren el desdén y maltrato de unos representantes de la oligarquía financiera e industrial americana.

Corbet realiza una labor notable como realizador y da un ritmo a la película que nunca decae a pesar de su larga duración. La labor interpretativa de Adrian Brody es fundamental para el éxito del filme componiendo una gran creación, aunque también Felicity Jones y Guy Pearce están muy bien en sus papeles.

Sin ser la obra maestra con la que muchos la han catalogado, es una buena película.

 

sábado, 25 de enero de 2025

LA DESVERGÜENZA

 

Después del desastre ocasionado porque el Congreso no ha convalidado el Decreto Ley que debía aprobar varias medidas sociales, incluyendo la subvención al transporte y la revalorización de las pensiones, leo demasiados análisis y conjeturas acerca de si el Gobierno está contra las cuerdas y a la legislatura le queda poca vida.

¿Por qué hacer tantos análisis? Por supuesto que el Gobierno está contra las cuerdas desde el momento en que el desvergonzado Sánchez compró 7 votos a cambio de la Ley de amnistía, el acto de corrupción más grande que se ha dado en España desde la muerte de Franco, al cual por cierto ahora Sánchez exhumará durante este año en beneficio propio para conmemorar no se sabe muy bien qué. 

Cínicos, incompetentes y trileros, la legislatura está en manos de Sánchez y Puigdemont. Lo único que a uno le preocupa es seguir ocupando la poltrona, entre otras cosas para buscar una salida procesal benévola para la catedrática Begoña, mientras que al pastelero de Àmer solo le preocupa, no el bienestar de los catalanes, sino una salida personal para solucionar su situación de triste figura errabunda por Europa.

El rechazo de Junts al Decreto Ley es un aviso propio de una película de mafiosos. Hay una partida en marcha y los dos actores principales del sainete van jugando sus cartas, la mayoría de ellas marcadas como trúhanes que son. Con dos personajes tan imprevisibles en su desvergüenza y absoluta falta de principios, no vale la pena hacer análisis. Puede pasar de todo, pero el problema que tienen no es ponerse de acuerdo sino los tiempos marcados por las agendas política y judicial. Ahora Sánchez necesita aire en muy breve plazo, la indignación de la gente es muy grande, ofende a la inteligencia echar la culpa a la oposición chantajeándola en una ley en la que se votaban decenas de cosas diversas y lo que quiere Puigdemont no puede ser inmediato. Ese es el verdadero problema de la situación.   

viernes, 24 de enero de 2025

AMADOR

 

Amador es la segunda película de Francisco Regueiro. Rodada en 1965, es un curioso filme que explica la vida de Amador, abogado de profesión y psycho killer de vocación. Hay que alabar el hecho de que Regueiro hiciera un cine muy personal, a contracorriente de la mayoría de las películas de la época, apostando por abrir caminos nuevos. Ahora se han hecho muchas películas de asesinos en serie, pero en 1965 podía ser novedoso, aunque existía sin duda  el referente de Psicosis cinco años antes. En todo caso, no se trata de una película de terror, sino más bien de una tragicomedia con componentes de humor negro.

Protagonizada por Maurice Ronet, Amador asesina a sus amantes tras haber sacado provecho de ellas. Habiendo asesinado a una novia que tiene en Madrid, regresa a Guadalajara, su ciudad de origen y en la que vive su mujer e hijo, siendo su ocupación ejercer la abogacía en esa pequeña ciudad. Su idea es trasladarse a Torremolinos para vivir del dinero de alguna turista rica y, efectivamente, se ve implicado en dos asesinatos, uno de ellos de una turista por el que tiene que prestar declaración ante la Guardia Civil, aunque la cosa no va a mayores por falta de pruebas. Pero, paralelamente, se enamora de Laura (Ampara Soler Leal), una chica madrileña que está de vacaciones en la Costa del Sol. La relación con Laura avanza pero, posteriormente, tras un desencuentro ella marcha a Madrid y Amador también emprende el camino a la capital, asesina a una mujer en el tren y se cita con Laura, a la que pide una última oportunidad, en el teatro María Guerrero. Ante la negativa de la chica a proseguir la relación, Amador intenta hacer lo que ha hecho otras veces pero, en esta ocasión, la resistencia de ella plantándole cara hará que sea reducido por los empleados del teatro.

La voz en off del protagonista acompaña la acción de la película y podemos captar sus desórdenes mentales que provocan una personalidad egoísta, inestable, neurótica y con violentos arrebatos en que acuchilla a las mujeres. Esa omnipresente voz en off, que incluso interviene en momentos en que Amador habla con otros personajes, también se halla presente en el final de la película, como pasaba con Norman Bates en el clásico de Hitckcock, dando cuenta de la irredenta mentalidad criminal del protagonista.

Excelente trabajo de María Luisa Ponte en un personaje secundario, la tía de Amador, pero con un par de escenas en que demuestra dar carácter a un personaje que sirve para comprender algunas claves de la misoginia de Amador. Buenas interpretaciones de Amparo Soler Leal y Maurice Ronet encabezando un reparto en el que se cuenta también con Valentín Tornos, el Don Cicuta de Un, dos, tres, responda otra vez.

Al margen de la historia, la ambientación nos permite ver esa España de los sesenta, el cutrerío de una ciudad pequeña de provincias como Guadalajara y el incipiente turismo de una Torremolinos a la que vemos en su paseo marítimo todavía relativamente despoblado de edificios y unas precarias instalaciones aeroportuarias.

Lejos de ser una película magnífica como Cartas de amor de un asesino, y tal vez perjudicada por la censura que la torpedeó, la película es irregular en su desarrollo alternando buenos momentos y otros no tanto, pero es una interesante obra de Regueiro que vale la pena ver.

 

jueves, 23 de enero de 2025

EL COLECCIONISTA

 

El coleccionista (1965) es un intenso thriller psicológico rodado por William Wyler y que cuenta, prácticamente, con dos únicos intérpretes: Terence Stamp y Samantha Eggar.

Freddie es un joven tímido e introvertido, con problemas para socializar y con un aburrido trabajo de oficinista en un banco. Aficionado como entomólogo a apresar y coleccionar mariposas, un golpe de fortuna en las quinielas hace que gane una importante cantidad. Entonces podrá llevar a cabo un plan consistente en secuestrar a una chica que le gusta llamada Miranda. Con el dinero de las quinielas, compra una apartada casa de campo y la acondiciona para tener a la chica como prisionera en un sótano confortable, pero del que es imposible salir. Miranda es una joven estudiante de arte que viene de una familia, si no rica, sí bien situada ya que su padre es médico.

Freddie pretende que la chica se enamore de él, mientras que ella pondrá todo el legítimo empeño en huir de su secuestrador.  Llegan a establecer un pacto por el cual el secuestro durará solo unas cuatro semanas. Pero, llegado el momento, Freddie se volverá atrás. El intento de seducción que Miranda efectúa, de manera desesperada, acaba mal y, cuando un enfurecido Freddie devuelve a la chica al sótano en que está encerrada, ella le da un golpe con una pala. Freddie logra encerrarla, pero tiene una herida en la frente sangrando abundantemente por lo que vemos que acude a un hospital, descuida unos días la vigilancia sobre Miranda que sigue encerrada y, al volver Freddie, ella se encuentra ya agonizante.

Hay que destacar el guion de Stanley Mann y John Cohn, adaptando una novela de John Fowles, porque funciona muy bien. Consigue que el clima de angustia provocado por el secuestro vaya en aumento y establece momentos de suspense como cuando el vecino está a punto de descubrir el secuestro, al intentar Miranda desbordar la bañera en un momento en que Freddie le había dejado salir del encierro para darse un baño. El guion se centra más en la personalidad de Freddie, un hombre reprimido y tímido hasta un punto enfermizo en su trato con las mujeres, pero también hay un aspecto de clase social en la relación entre los personajes.  Freddie es de una clase social más baja que Miranda y él achaca a este hecho la falta de sintonía con la chica por lo que, en un gran e inquietante final, su voz en off afirmará que le conviene un perfil de chica menos intelectual y la cámara mostrará en sus últimas imágenes como, conduciendo su furgoneta, ha escogido a una enfermera como nueva víctima para relacionarse con las mujeres.

Wyler rueda con la competencia propia de ser uno de los mejores representantes del Hollywood clásico. Es una película de actores y Wyler se vuelca en que Stamp y Eggar desarrollen su labor y brillen en una película tan bien escrita. Me gusta más la interpretación de Stamp ya que su personaje, claramente desequilibrado, era más agradecido para lucirse. Aunque también está bien Eggar en ese tour de force interpretativo con Stamp, dando vida a una chica que siempre muestra una firme determinación por la libertad para no acabar como una de las mariposas que ve, con horror, cuando él le muestra la colección y ella comprende que puede acabar igual que uno de esos insectos.

Muy buen clásico. 

domingo, 19 de enero de 2025

PAULINE EN LA PLAYA

 

Veo Pauline en la playa (1983), de Eric Rohmer, película circular que se abre y, prácticamente, se cierra sobre la puerta del acceso al garaje de una casa próxima a la playa. En el inicio del filme se ve como llegan a esa casa, ubicada en una ciudad de la costa atlántica francesa, una atractiva mujer treintañera llamada Marion, recién divorciada, que viene a pasar unos días con su adolescente prima Pauline. Cuatro personajes más completan la película: Pierre, un antiguo amigo de Marion, monitor de windsurfing, que siente una fuerte atracción por ella no correspondido; Henri, un hombre entrado en la cuarentena, proclive al trato con mujeres sin establecer ningún vínculo sólido emocional; Sylvain, otro adolescente con el que Pauline establece una tímida relación y Louisette, una vendedora de chucherías con la que se enrolla Henri.

La película tiene un tono de comedia ligera, activada en gran parte por el personaje de Henri que intenta enredar haciendo ver que ha sido Sylvain quien tuvo la relación con Louisette, cosa que altera las posiciones de los demás personajes de la trama.

La película, que supera en poco los noventa minutos, es bastante amena. La protagonista, Pauline, ve un mundo inestable y caótico en las relaciones que establecen los adultos. Pauline es, seguramente, la más sensata, reprochando a Sylvain haberse dejado enredar por Henri y se comporta con aplomo en un momento en que este último le besa las piernas mientras está dormida. Los personajes adultos se muestran más inmaduros e insatisfechos, si bien al menos Henri y Louisette sí tienen las ventajas propias de dejarse llevar por un hedonismo sin remordimiento ni gran expectación. Pierre parece permanentemente insatisfecho, al entender que tiene mejor derecho que Henri por su carácter más formal en el acceso a Marion. Y esta última parece un personaje bastante desnortado en su vida sentimental.

Película agradable de ver.

viernes, 17 de enero de 2025

DAVID LYNCH

 

Ayer recibimos la triste noticia de la muerte de David Lynch. Sin su genio creativo, hoy el mundo es un poco peor.

Lynch era un director con un estilo reconocible en muchas de sus obras y dotado de una gran personalidad artística. Narrador de historias oníricas y surrealistas, exploraba lo que hay detrás de las apariencias llegando a aspectos turbios y sórdidos de la personalidad de muchos de los personajes que desfilaban por sus películas creando una atmosfera de desasosiego. Su cine era como radiografiar la sociedad de una pequeña población estándar estadounidense en Blue Velvet, la hollywodiense en Mulholland Drive o la californiana de Carretera perdida para mostrarnos sus partes más irracionales, ponzoñosas y perturbadoras. Destacaría como mi personaje favorito al Frank que Dennis Hooper interpreta en Blue Velvet y, como figura aterradora, el diablillo al que da vida Robert Blake en Carretera Perdida.

Con proyectos menos personales, también hizo obras notables. Vi hace un par de años El hombre elefante y me pareció muy buena película. Probablemente, sea Dune su película más desafortunada pero, pese a ello, resulta un peliculón comparándola con los dos tostones que rodó Dennis Villenueve en su adaptación de la novela de Herbert.

Mención especial merece Una historia verdadera, porque yo creo que es un proyecto personal como para decirle al mundo que también sabía rodar una película de corte clásico, alejada de su estilo más reconocible, realizando una obra maestra.

Retirado de la dirección desde Inland Empire, mis dos últimos recuerdos de Lynch son en una faceta en la que, aunque se prodigó poco, logró resultados entrañables. Así, lo recuerdo como actor en su aparición en Lucky, con el también malogrado Harry Dean Stanton y, especialmente, interpretando a John Ford en Los Fabelman para instruir a Spielberg en cómo se encuadra el paisaje con una cámara.

D.E.P.

jueves, 16 de enero de 2025

LA INFILTRADA

 

Multinominada a los Goya, La infiltrada compite con El 47 en la carrera a ver cuál de las dos consigue más trofeos. A mí me parece que El 47 es mucho mejor película en todos los sentidos, pero La infiltrada no es una mala película y resulta bastante entretenida, siendo importante que el tiempo se pase rápido al estar en la sala de cine.

Dirigida por Arantxa Echevarría, la película, inspirada en hechos reales, explica la historia de una chica que, recién salida de la Academia de policía, es captada para infiltrarse en la banda terrorista ETA. Ángel, apodado el inhumano e interpretado por Luis Tosar, es el alto mando policial que capta a la chica exponiéndole las duras condiciones de la operación consistentes en estar varios años conviviendo en el mundo abertzale sin tener contacto con su familia. La chica, interpretada por Carolina Yuste y que en la película responde al seudónimo de Arantxa, con ganas de acción y aburrida ante la perspectiva de desarrollar su labor policial de manera anodina en Logroño, acepta la misión.

Al cabo de unos años de formar parte del mundo abertzale, consigue alojar en su piso a un liberado llamado Kepa, un miembro de la organización que ya ha cometido un delito de sangre contra un funcionario de prisiones. Kepa es un etarra fanático y con un punto de ingenuidad, vive en su propio mundo, pero por lo demás es una persona bastante normal con la que se aproxima e incluso empieza una relación sentimental. En cambio, luego aparece Sergio, etarra de origen gallego, terriblemente sanguinario y que impone sus normas en la casa, a base de autoritarismo y machismo.

Se trata de un thriller que mantiene un buen suspense durante la proyección a pesar de que es evidente que los etarras, tal como pasó en la vida real, serán atrapados. Permite ver aspectos oscuros de la lucha antiterrorista, no tanto por el hecho de que alguien se infiltre en la organización terrorista sino por cómo es utilizada Arantxa, a veces parece más inhumana con ella Ángel, el alto mando policial, que incluso la abofetea al haber cometido un error. También se ve la pugna entre la Policía Nacional y la Guardia Civil, luchando entre si por obtener un lugar de privilegio al apuntarse méritos en la lucha antiterrorista.

Correctamente interpretada en un reparto encabezado por Tosar y Yuste, dinámica y ágil en su narración, con momentos intensos y de suspense, es una película atractiva, aunque no la obra maestra que leo han reseñado algunos.

 

martes, 14 de enero de 2025

HIJOS DE LOS HOMBRES

 

Hijos de los hombres es una película de Alfonso Cuarón en la que se explica una distopía, basándose en una novela de P.D.James. Rodada hace casi veinte años, el filme se sitúa en 2027 y resulta que hay una crisis de fertilidad general en todo el planeta no habiendo nacido nadie desde hace 18 años. En vez de contar la gente más vieja del mundo como hacemos ahora, en esta distopia cuentan quien es el más joven del planeta y la película empieza con la noticia de la muerte en Buenos Aires de un chico de 18 años y pocos meses.

La acción se sitúa en Inglaterra, país en el que se supone hay estabilidad comparada con otros lugares del mundo donde reina la anarquía y el caos según se refiere en flashes informativos. Pero esa estabilidad la proporciona un sistema militarizado y carente de derechos y libertades, que deja al margen a numerosos grupos de inmigrantes que quieren acceder al país y son internados en campos de concentración.

El protagonista del filme es Theo (Clive Owen), un hombre que se separó de su mujer tras la muerte de su hijo por una pandemia de gripe de 2008. Es un burócrata del régimen político autoritario que es secuestrado por un grupo terrorista que lucha por los derechos de los inmigrantes y al que pertenece su exmujer Julian (Julianne Moore). Este grupo terrorista, llamado Los Peces, protagoniza atentados que justifican la represión policial y que se viva en un permanente estado de excepción.

La trama es enrevesada pero, en síntesis, el grupo terrorista ha secuestrado a Theo para que consiga un pasaporte para una joven llamada Kee que está embarazada y llevarla al "Proyecto Humano", un supuesto grupo científico dedicado a curar la infertilidad, ubicado en las Azores. Acosados por las fuerzas del gobierno, Julian muere en un tiroteo y Theo descubre que, en realidad, el grupo terrorista planea utilizar al bebe que nazca para su lucha política. Por ello, con la ayuda de un viejo amigo interpretado por Michael Caine, Theo se deshará de Los Peces y pasará las de Caín para cumplir con la misión de entregar a la chica, que da a luz en medio del caos y sin asistencia sanitaria, a ese proyecto. Caine morirá entreteniendo a las fuerzas que les persiguen, pero Theo contara con la ayuda de una integrante del grupo terrorista y de una inmigrante de etnia gitana. Al final, su esfuerzo, aunque lo pague con la vida, da su fruto y se abre una esperanza para la Humanidad.

La película es vibrante, pasan muchas cosas y la factura de la realización es buena, se describe con crudeza y verosimilitud un futuro cercano, amenazador e inquietante. Pero, tal vez, pasan demasiadas cosas, hay muchas persecuciones con situaciones de riesgo para los protagonistas, pero poco espació para la reflexión sobre la distopía que muestra. Ese plus de acción que tiene la película la convierte en más comercial, pero quizás desde una narración más pausada se hubiera llegado con más profundidad a desarrollar qué supone esa distopía. 

Theo es un personaje marcado por la muerte. Su presentación se da mientras está en un bar de la City siguiendo la noticia por televisión de la muerte del chico argentino. Al salir del bar en el que ha pedido un café, estalla una bomba puesta por el grupo terrorista de su exmujer. La muerte le acecha y no será extraño su final, pero tiene la suerte de morir con la esperanza de haber dejado al bebe con su madre junto al barco del “Proyecto Humano”, aunque no se sepa muy bien qué es eso. Simplemente, se sacrifica con la esperanza que es decisiva la llegada del bebe y su madre a ese extraño buque científico del que no se da ninguna noticia cierta.

Leí la referencia de esta película en el libro El espíritu de la esperanza de Byung-Chul Han. El filósofo coreano la mencionaba en su libro y exponía como, desde la desesperanza, nace la esperanza más íntima. Theo es un personaje resignado y acomodado al nuevo orden establecido, carcomido interiormente por la ruptura familiar que supuso la muerte de su hijo y separación de su mujer, y le serían aplicables, en su evolución a lo largo de la película, estas palabras sobre la esperanza que Han escribe en el libro unas páginas antes de referir la película: La esperanza supone un movimiento de búsqueda. Es un intento de encontrar anclaje y rumbo. Tal vez sea por eso por lo que nos lanza hacia lo desconocido, hacia lo intransitado, hacia la apertura, hacia lo que todavía no es, porque no se queda en lo que ha sido ni en lo que ya es. Pone rumbo hacia lo que ha de nacer. Sale a la búsqueda de la novedad, de la diferencia total, de lo que nunca ha existido

Le sobra un poco de acción pero es una película notable.

lunes, 13 de enero de 2025

NUESTRA ENFERMEDAD

 

El profesor Timothy Snyder, de la Universidad de Yale, estuvo a punto de morir a finales del año 2019 y explica en el libro Nuestra enfermedad sus experiencias en los servicios de salud que lo atendieron. Una apendicitis diagnosticada tardíamente que desembocó en peritonitis y, posteriormente, en una infección en el hígado casi se lo lleva por delante. Al filo de su experiencia, realiza algunas reflexiones sobre el sistema sanitario en los Estados Unidos.

Es totalmente objetivo que, siendo el país que más gasta en salud de todo el planeta, la esperanza de vida de los norteamericanos está por debajo de casi todos los países europeos, algunos asiáticos como Japón o Corea del Sur, aquellos con pasado colonial inglés como Canadá y Australia e, incluso, alguno de la América Hispana como Costa Rica. Algo deben estar haciendo mal.

Y Snyder explica una sanidad en Estados Unidos totalmente mercantilizada, influida por los poderosos laboratorios farmacéuticas, con poca cultura de atención al paciente para indagar en la causa de sus males y fuertemente medicalizada recentándose opiáceos para combatir el dolor de forma desmesurada. Snyder compara el haber tenido su primer hijo en Viena y el segundo en los Estados Unidos. Todo son bondades para el sistema austríaco de salud, prácticamente gratuito, y cuenta la experiencia en su país de forma mucho menos satisfactoria con un seguro médico que califica de normal. Una gran parte de la población no tiene seguro o es muy deficiente en sus coberturas y, por no gastar, no van al médico, aunque estén enfermos. En Estados Unidos, perder el trabajo significa también perder el seguro médico.

Escrito durante el año 2020, el libro no ahorra críticas a la gestión de Trump en la crisis del COVID-19. Realmente, recuerdo la rueda de prensa en la que propuso investigar el matar el virus con una especie de lejía. Se dirigió a una de sus asistentes diciendo que se investigara con ese producto y la pobre mujer no sabía donde mirar.

Viendo la sanidad en España, un optimista como Laporta, comparándola con la de Estados Unidos, diría “Al loro, ¡qué no estamos tan mal!”. El problema es que la sanidad se puede degradar más tanto allí como aquí. La tendencia ha sido, en Catalunya, un descenso en la calidad de la sanidad en los últimos años y no hay motivos para pensar que se vaya a revertir. De momento, ni siquiera se sabe ahora mismo si habrá presupuestos de la Generalitat para 2025 cuando los actuales ya son los prorrogados de 2023. No solo en Estados Unidos se hacen las cosas mal. 

sábado, 11 de enero de 2025

EL COWBOY DE MEDIANOCHE

 

Había visto El cowboy de medianoche (1969) hace más de treinta años y recupero la película de John Schlesinger, que dio a conocer a Jon Voight y contó con el ya afianzado Dustin Hoffman, que el año anterior había rodado El graduado.

Voight da vida a Joe Buck, un lavaplatos en un perdido lugar de Texas que se traslada a Nueva York pensando que puede vivir de las mujeres convirtiéndose en gigolo al tener una planta magnífica y vestir al modo del Oeste, con camisas llamativas con flecos tipo Buffalo Bill, pantalones ajustados y botas. Pronto aprenderá que eso no es tan fácil, así como que debe cobrar por anticipado porque una mujer (Silvia Myles) no le paga y luego, en un momento ya de apuro, un joven homosexual tampoco le abona el servicio. Luego conoce a Rizzo, un timador tuberculoso, lisiado y que, aunque al principio le engaña, luego su relación se convierte en una amistad que es el verdadero centro de la película. Ambos malvivirán en un bloque de apartamentos deshabitados ya que están pendientes de derribo hasta que, con el dinero que Buck obtiene tras golpear a un hombre que le había llevado a un hotel, cojan un autobús rumbo a Florida que es el sitio soñado por Rizzo, un hombre encogido por su tos en las nevadas calles de Manhattan.

Es una película cruda, dura, ácida y desesperanzada, que no ha perdido actualidad porque en los espacios urbanos de Estados Unidos, así como de Europa, sigue habiendo un importante número de personas vulnerables y desarraigadas. A pesar del ímpetu y optimismo con el que llega a Nueva York, en poco tiempo Buck pasa a ser un indigente, un sintecho como los que sigue habiendo en las ciudades americanas según hemos podido ver en reportajes sobre la gente adicta al fentanilo. El sueño americano se evapora siendo uno de los dos protagonistas un tipo de aspecto lozano, a priori alguien que no debería acabar malviviendo de ocupa en un espacio de lamentable insalubridad junto a un Rizzo que aparece como un deshecho de la sociedad, tullido y enfermo crónico.

El cowboy de medianoche anticipa lo que en los setenta serán películas más duras sobre la realidad americana, como las que harán Scorsese y Schrader, concluyendo una década, la de los sesenta, en la que Hollywood no había retratado muchos personajes marginales en espacios urbanos degradados. La ciudad de Nueva York aparece amenazante e inhóspita y más lo estaría, en la década siguiente, con Travis y Sport deambulando por sus calles. Al lado de estos personajes de la película de Scorsese, incluso los protagonistas de El cowboy de medianoche parecen blandos. Clasificada X en su momento, el tiempo la ha superado en ese aspecto y podría ser mucho más cruda y explícita, así como explorar una relación más íntima entre los protagonistas.

Famosa por su canción Everrybody’s talking, ganadora en su momento del Óscar a la mejor película, bien interpretada por Voight y Hoffmann, sigue siendo una película apreciable e interesante vista hoy. 

viernes, 10 de enero de 2025

PIT I COLLONS ( I BOTIFARRES)

 

Sigue siendo la hora del soci. El problema es que no hay una mayoría de la masa social blaugrana que censure la forma de actuar de Laporta. En algunas encuestas hechas en programas de radio y televisión, hay más de un 70% de personas que aplauden su reacción de ayer en Arabia. Aunque tengan un valor relativo por su falta de rigor al elaborarlas y que no todos los participantes sean socios, un porcentaje así nos permite ver que no hay un clamor, que debería ser unánime, contra su persona.

Laporta ha logrado convertir una negligencia, en su gestión de ajustar la masa salarial del Barça a las exigencias de la Liga, en un problema mayúsculo para el futbol español. Ahora mismo, una medida cautelar permite jugar a Olmo y Víctor para no vulnerar su derecho al trabajo, no perjudicar a su club ni a la Selección Española. No se ha analizado el fondo del asunto y puede que no haya resolución hasta dentro de tres meses. Y, si analizado el fondo, resulta que tenían razón un juzgado mercantil, uno de primera instancia de la jurisdicción civil, la Liga y la FEF, ¿no sufrirán un perjuicio los clubes que reciban goles de Olmo y Victor durante este período? Laporta ha conseguido contaminar con su chapucera gestión la marcha, que ya iba sobrada de otros escándalos, del futbol español.

Su reacción con cortes de manga, insultos a miembros de las federaciones territoriales, además de puñetazos y patadas contra el mobiliario del palco, ha sido convenientemente blanqueada por los medios que siguen al Barça en Catalunya. De las butifarras, se ha dicho que Laporta es así, como justificando que un carácter volcánico exima de mantener las formas y demostrar buena educación, pero cuando se representa un club de la importancia del Barça se ha de mantener un decoro y velar por la buena reputación de la institución. Respecto a los insultos, puñetazos y patadas, hoy he visto en La Portería que, como no hay imágenes, lo ponían en cuarentena y no lo valoraban. La información sobre los excesos de Laporta en el palco viene de la SER, el medio muy bien informado que anticipó la decisión del CSD de conceder la cautelar y demostró saber más del asunto que la ministra de Deportes, dejada claramente en evidencia al negar que habría una resolución rápida y afirmar que se daría traslado del recurso a la Liga y FEF, cosa que no sucedió. Por tanto, yo daría también crédito a las informaciones, que vienen también de otros medios, respecto a la actitud de Laporta en el palco y su comportamiento es un argumento más, el enésimo, para pedir su dimisión. Pero la prensa catalana critica a Laporta, en el mejor de los casos, con el freno de mano puesto y, muchas veces, lo justifica por su carácter pasional e intempestivo.

Favorecido descaradamente por una decisión política, Laporta hubiera podido adoptar un perfil bajo pero su reacción chulesca y prepotente ahonda el descrédito en que está sumida la institución. La decisión del CSD genera una desigualdad porque Laporta fichó a jugadores en agosto cuando el margen salarial no le daba para hacerlo. Los ha podido inscribir por la lesión de Chistiansen hasta el 31 de diciembre y, ahora, por voluntad de un cargo político que solo ha oído a una de las partes. Este trato de favor nos deja sin argumentos para contrarrestar cuando otros sean los que lo reciban. Si, históricamente, el Real Madrid ha sido ayudado por el poder político y parte de su grandeza se debe a esos favores, no quiero que, como barcelonista, se me diga que mi club también juega con las cartas marcadas.

Salvado por el poder político, unos lo atribuyen a presiones de Junts a Pedro Sánchez, otros a la mano de Florentino … ¿y por qué no a las dos cosas? Ha habido presiones sobre el presidente desde el mundo independentista y Florentino se ha inhibido, pudiendo hacer algo ha hecho de Don Tancredo, beneficiando a un Laporta con el que le une una complicidad desde que tenía fichado a Beckam en 2003 y dejó que Laporta especulara con el fichaje como parte de su programa electoral. 

Era difícil empeorar a Bartomeu. Laporta lo ha conseguido con un gran margen.

jueves, 9 de enero de 2025

EL JARABO

 

La serie La huella del crimen empezó con el episodio Jarabo, dirigido por Juan Antonio Bardem en 1985 y dedicado a José María Jarabo Pérez-Morris, célebre asesino que mató a sangre fría a cuatro personas en julio de 1958. Lo dieron hace poco en la 2 y no lo veía desde que lo emitieron.

Me parece que Bardem hizo grandes películas en los años 50, especialmente Calle Mayor me parece su mejor película y una de las mejores del cine español de todas las épocas, pero su carrera languideció en las décadas siguientes con títulos cada vez con menos interés. En cambio, en este episodio televisivo, realizó una gran labor tanto de dirección como asumiendo el guion en coautoría con Alfredo Mañas. Está muy bien empezar con los dos escenarios, una tienda de empeños y un domicilio, en los que se ven las brutales consecuencias de los crímenes y reconstruir luego la historia del Jarabo, explicando en unos sesenta minutos muy  bien aprovechados su particular forma de vivir la vida, así como su enamoramiento de una inglesa que le lleva a que, en la tienda de empeños, se encuentren una joya y una carta que debe recuperar como sea y utilizando, como fue el caso, una violencia extrema.

Sancho Gracia lo borda en su interpretación del Jarabo, un tipo madrileño que venía de familia adinerada y que vivió en Estados Unidos durante unos años, se mezcló en asuntos turbios por lo que pasó un tiempo en la cárcel y volvió en 1950 a España con una auténtica fortuna, diez millones de pesetas. Se la pulió en poco tiempo en juergas, alcohol, drogas y mujeres, dedicándose a trapicheos y estafas cuando el dinero con el que vino ya se había fundido. Aunque Gracia tuviera 49 años al hacer la serie, y el Jarabo 35 en el momento de los hechos, está muy bien su interpretación de tipo chulo y broncas, pero también zalamero y con aspecto, cuando no usa sus brutales modos, de dandi. 

El episodio está narrado de manera sobria, directa y con una violencia descarnada en la que los asesinatos son disparos a bocajarro que conmueven o, en el caso de la empleada doméstica de la casa, una violenta puñalada al corazón. La eficacia narrativa y la interpretación de Gracia hace que nos metamos en la piel de este sujeto detestable y que, a pesar de todo, comete los crímenes por amor en su afán por recuperar los objetos de su amada. Bardem crea una atmosfera de horror en la parte más sangrienta y recrea el cuerpo policial con una pincelada reivindicativa de los rojos cuando aparecen unos detenidos por delitos políticos magullados mientras al Jarabo, para que confiese, se le permite incluso que se haga subir del restaurante un formidable ágape.

El episodio concluye con la muerte del personaje por garrote vil. Bardem ya no cuenta nada más desde su confesión a la policía hasta un último plano en que lo ejecutan. No obstante, leo que, en el juicio, que tuvo lugar a finales de enero de 1959 y duró cinco días, el Jarabo estrenó cada día un traje nuevo como el dandi que era. Además, fue un acontecimiento asistiendo a las sesiones gente famosa como, por ejemplo, Sara Montiel.

Otra particularidad del Jarabo, aunque eso tampoco salga en el episodio, era su robusto cuello. Por culpa de eso, junto a la embriaguez del verdugo Antonio López Sierra, la ejecución fue chapucera y le causó al reo una agonía de casi media hora. López Sierra fue delincuente común antes de la Guerra Civil, excombatiente de la División Azul y luego pasó al oficio de verdugo. Para culminar su falta de profesionalidad se encargó, de manera negligente, de la ejecución de Salvador Puig Antich, presentándose también bebido y causándole una larga agonía. Puig Antich tuvo mala suerte porque López Sierra no era el titular de la Audiencia de Barcelona, pero tuvo que hacer la suplencia por haber sido ese titular condenado por el delito, ahora reformulado, de estupro. 

martes, 7 de enero de 2025

LA LOCURA DEL DÓLAR

 

La locura del dólar (1932) es otra película de Frank Capra que tiene lugar en su época más prolífica, a principios de la década de los treinta, anticipando temas que luego abordará en sus películas más conocidas. En concreto, esta película es, en gran medida, un borrador de ¡Qué bello es vivir!

Un banquero llamado Thomas Dickson (Walter Houston) sufre las presiones de la junta directiva del banco que le reprocha que dé créditos a gente no demasiado solvente, según los criterios de los miembros de la junta. Dickson mantiene una política de lo que ahora llamaríamos banca ética (si es que el oxímoron es posible en el mundo real ajeno a las películas de Capra), ofreciendo créditos a gente emprendedora y que sufre las consecuencias de la Gran Depresión con lo que no podrían tirar adelante sin esas líneas de crédito, empeorando la recesión económica del país al aumentar el paro y las empresas cerradas.

La parte folletinesca de la historia viene dada porque un empleado llamado Cyril Cluett tiene una deuda de juego de 50.000 dólares y unos gánsteres le proponen dar un golpe en el banco para cobrarse la deuda. Cluett programa la abertura de la caja de seguridad del banco para una hora de la madrugada sin que lo advierta el encargado del cierre, un buen hombre llamado Matt Brown (Pat O’Brien). Cluett prepara una coartada y es estar con la mujer de Dickson, una señora con la que tontea al verse ella desatendida por un marido demasiado volcado en su trabajo de banquero. Brown, leal a Dickson, se presenta en casa de Cluett para recriminar su actuación en la madrugada del atraco en el que, de manera trágica, muere un empleado de seguridad. Una vez se descubre el robo, Brown es el principal sospechoso por ser el encargado de programar los cierres de caja y, por no defraudar a Dickson, no quiere revelar dónde estuvo la noche del atraco con lo que se queda sin coartada.

Todo esto sirve para que Capra haga subir la intensidad de la película en el momento en que rueda un pánico bancario que estalla al hacerse público el atraco, con centenares de personas personándose en el banco para retirar sus depósitos. La junta directiva aprieta las tuercas a Dickson para hacerse con el control del banco y éste defiende la inocencia de Brown al mismo tiempo que intenta salvar el banco. En ese momento, conoce el origen del robo y lo que parece, aunque no lo llegó a ser, una infidelidad de su mujer. A pesar de su carácter firme y decidido, queda destrozado y al borde del suicidio. Entonces Brown, una vez acreditada su inocencia, hace la misma función que Mary Bailey en ¡Qué bello es vivir! llamando a gente amiga de Dickson. La gente movilizada por Brown empieza a llegar para depositar dinero en un banco en el que hay colas de otra gente que quiere sacar los depósitos. La confianza que dan los primeros aborta el pánico bancario, incluso cambia a constructiva la actitud de la junta directiva y la llegada de la mujer de Dickson reconduce la situación amorosa del protagonista en un happy end.

Con guion de Robert Riskin, la película va de menos a más y Capra consigue que sea muy intensa desde el momento en que se desata el pánico bancario. Son unos últimos 20 o 25 minutos filmados con un ritmo y convicción que traspasan la pantalla habiendo disfrutado mucho al seguirlos. Hay un hombre que parece derrotado y es salvado por la acción de otros hombres, que le devuelven la confianza que el primero les dio. No está filmado de una manera tan emotiva como en el posterior filme protagonizado por James Stewart, ni tiene el peso de un filme tan bien rodado como aquel con aquellos personajes secundarios tan bien trazados que tienen todos su historia en pocas escenas, pero la intensidad es notable y hace que esta película sea un trabajo muy bueno de Capra.  

Un notable esbozo de ¡Qué bello es vivir!

lunes, 6 de enero de 2025

LA LUZ QUE IMAGINAMOS

 

Premiada por el Gran Jurado en Cannes, estrenan La luz que imaginamos con guion y dirección de Payal Kapadia. Es raro que el cine hindú tenga recorrido en salas comerciales pero el haber concursado en Cannes y obtenido el premio, además de ser una coproducción con un montón de países occidentales, ha facilitado su difusión.

En la ciudad de Mumbai (cuando yo estudiaba geografía de pequeño Bombay), se narra la vida de dos enfermeras de un hospital, una más de mediana edad, llamada Prabha, que tiene a su marido trabajando desde hace años en Alemania; y otra más joven, llamada Anu, con novio, que tiene dificultades para encontrar momentos de intimidad en la conservadora sociedad hindú y que cuenta con la oposición familiar a la relación. Mientras Prabha fue casada en un matrimonio arreglado y luego su marido emigró dejándola sola, Anu representa la esperanza de poder llevar una vida de pareja feliz.

 Hay un tercer personaje, más secundario, pero también importante, que es el de una mujer ya más mayor, sobre los 60, desalojada por la fuerza de su casa y que, a tenor de la conversación que tiene con un abogado recomendado por Prabha, lo tiene mal al carecer de documentación que acredite su derecho a la propiedad.

La película se desarrolla en dos mitades, una con escenarios urbanos en la ciudad de Mumbai y una segunda en la que los personajes se desplazan a una zona costera y, en un lenguaje lírico y poético, la directora consigue dar forma a los anhelos e inquietudes mostradas en la ciudad explicitando, a través del título de la película, cómo es esa parte del filme. Una de las cosas que más me han gustado de la película es mostrar ese contraste. Mumbai aparece rodada de forma semidocumental, como una ciudad muy masificada, sin espacio para respirar, atestada de tráfico, agobiadas las protagonistas por un ruido que notan en todo momento. Y eso lo contrapone, en la segunda mitad del filme, a un espacio para estar relajado y tranquilo, casi un idílico paraje de playa. 

Como en muchas películas orientales, no es que pasen grandes cosas ni se produzca una resolución explícita de la trama. Se trata de hacer un retrato emotivo de las inquietudes y problemas de unas mujeres, en el contexto social actual del país hindú, utilizando la realización para explicarlo con un lenguaje íntimo y lírico, realzando la sororidad que se establece entre ellas.

Me parecen un poco exageradas las críticas recibidas por la película, que veo son totalmente elogiosas, pero entiendo que se trata de una buena película. Narra con eficacia y sensibilidad cosas que podemos tener por sencillas y poco pretenciosas a la hora de abordar un filme pero que, en realidad, son las más importantes.

viernes, 3 de enero de 2025

EL SARGENTO DE HIERRO

 

En TRECE hacen, como es habitual en ellos, un homenaje a Clint Eastwood y dan seguidas tres películas suyas: Por un puñado de dólares, El fuera de la ley y El sargento de hierro. Veo entera la última de ellas y disfruto con un Eastwood, si no de los mejores, bastante estimulante.

Es una película, para muchos seguidores de Eastwood, mítica por las escenas en que instruye a los reclutas sometiéndolos a una férrea disciplina y usando un lenguaje intimidatorio y procaz. La dureza del personaje de Eastwood y sus palabras malsonantes han quedado en la memoria de varias generaciones de espectadores, ya sea que la vieron en cine o por televisión. El ritmo trepidante de los primeros 60 o 70 minutos, con escenas tan divertidas protagonizadas por el severo sargento y sus descerebrados reclutas, hace que mucha gente piense que la película decae cuando la acción se traslada a la isla de Granada en el momento en que el ejército americano, desplegado en 1983 para frenar un golpe de estado patrocinado por los cubanos, la ocupó fácilmente. En realidad, la segunda parte de la película es consecuencia necesaria de lo que pasa en la primera. Si, en esa primera mitad, el sargento Highway instruye a sus reclutas para que no le vuelen la cabeza en un país extranjero por no hablar su mismo idioma, es lógico que se tenga que desarrollar esa segunda parte en el marco de un conflicto, aunque fuera de baja intensidad, bélico. Hacía años que no veía la película, pero no se me hizo pesada esa última parte de la película que también tiene interés aun cuando, evidentemente, no resulta divertida comparada con la primera en que el sargento super macho y socarrón se enfrenta a los reclutas y, luego, logra establecer con ellos una relación de adhesión a su figura y camaradería. No obstante, es en esa última parte cuando dice la que, tal vez, sea la frase más mítica de la película a su superior el mayor Powers: “Con el debido respeto señor, se me están empezando a inflar los cojones”.

Highway es un militar estricto en la observancia del reglamento militar, incorruptible cuando un oficial pretende sobornarle en un negocio para traer habanos de Cuba, pero del que también se adivina un cierto desencanto ante el ejército. Si, en el primer encuentro con el mayor Powers, le dice que convertirá a los reclutas en “máquinas de matar”, más tarde dice un desmoralizante y decaído “hurra” tras hacerles gritar varias veces seguidas “la derrota no forma parte de nuestro credo”. Highway es crítico con la burocratización del estamento militar que limita la eficacia de la tropa, pero parece un hombre de difícil encaje en otro ámbito de la sociedad. Próximo al retiro, intenta retomar la relación con su exmujer, pero no le es nada fácil y el final resulta un tanto ambiguo cuando, después de la invasión de Granada, vuelven los soldados y se les homenajea en un gran recibimiento. Su mujer, interpretada por Marsha Mason, agita una bandera estadounidense y Highway la ve, yéndose juntos, pero sin ni siquiera ir cogidos de la mano. Acostumbrado al conflicto fuera del ejército, la película ya empieza con un juicio contra Highway por haberse meado en un coche de la policía, parece una persona inadaptable para la vida civil ante su próxima jubilación.

Otra cosa interesante de la película es como muestra una masculinidad en Eastwood muy llamativa de puertas hacia fuera, pero interpretando a un personaje que, en su interior, presenta vulnerabilidad e inseguridad en el trato con las mujeres, cosa que explica todos los problemas conyugales que dieron con su divorcio. Prototipo en muchas de sus películas de hombre duro, fuerte y extremadamente viril, Eastwood ya había jugado con esa idea de dotar un componente vulnerable a su masculinidad en un género como el policíaco con En la cuerda floja, un personaje en contraste con el de la serie Callaghan. Aquí, Highway combina su verborrea desafiante como cuando le dice al chulesco pretendiente de su exmujer “Lo mejor será que te pongas ahí y que te dé por culo. Así podrás volver a casa con una sonrisa en la boca diciendo que te has cepillado a un tío cojonudo” con otros momentos en los que, a escondidas, lee revistas para aprender sobre los aspectos emocionales del universo femenino.

Eastwood for ever

jueves, 2 de enero de 2025

EL HÉROE DEL RÍO

 

Codirigida por Charles Reisner y Buster Keaton, El héroe del río (1928) es una de las últimas grandes películas de Pamplinas.

Es una película con buenas situaciones cómicas y de narración muy fluida, como las otras que Keaton rodó durante esa década. Interviene en el papel de padre de Keaton un actor que deja su impronta en la película, Ernest Torrance, agobiado durante el filme por tener a un hijo al que no le sale nada bien y es un desastre. La película trata sobre dos barcos que rivalizan por el transporte fluvial en un río, uno decadente y anclado en el pasado del cual es propietario el padre de Keaton; y el otro, más moderno, cuyo propietario es el padre de la chica de la que está enamorado Keaton. 

Siendo de un nivel parecido a otras películas de Keaton, destaca por el último cuarto de hora cuando se desata un huracán. Los efectos especiales son espectaculares para la época, casas que se derrumban, tejados que vuelan, barcos que zozobran … La realización, teniendo presente la época, es prodigiosa y todo ello combinado con gags como el célebre en que se cae una fachada ante un Keaton inmóvil que se salva al quedar de pie justo por lo que sería el hueco de la ventana.

Gran película.

 

miércoles, 1 de enero de 2025

ÉS L'HORA DEL SOCI

 


Después del ridículo de ayer, urge echar al siniestro Laporta de la presidencia del Barça. Un sinvergüenza que ha convertido la gestión del club en lo más parecido a la cueva de Ali Babá y los cuarenta ladrones. Solo un temerario sin escrúpulos envía a los servicios jurídicos a batallas perdidas para obtener dos varapalos judiciales en dos días consecutivos y, en el último día para solucionar el caso Olmo-Víctor, remite documentación sin garantía de financiación para que se la valide la Liga.  

Se debería implicar la sociedad civil catalana, en la tarea de echar al excuñado del franquista Alejandro Echevarría, preocupada que el nombre de uno de sus símbolos se arrastre por el fango, siendo objeto de memes y burla por parte de todo el mundo. Pero como echarlo no es fácil, y ni siquiera una moción de censura que tampoco nadie parece querer poner sería rápida, en el próximo encuentro en Montjuic se debería dejar de lado el partido y que el soci protestara contra el palco los 90 minutos, además de un escrache antes y después del partido. Ni aún así se iría, pero que el soci se calle y acepte toda la serie de tropelías que Laporta y sus cómplices están cometiendo es una degradación que ha de preocupar a cualquier barcelonista.

¿Cómo reaccionará Laporta después de la indignidad de ayer? No creo equivocarme diciendo que se envolverá en la bandera del Barça pero, como que su indecencia es tan grande, necesitará también taparse con la de Catalunya.  Saldrá a relucir el victimismo típico que se da en este país combinado con un supremacismo intolerable y, para más inri, habrá gente que le comprará el discurso.  Solo el soci puede mantener la dignidad de la institución enfrentándose a Laporta con firmeza y poniendo freno a sus desmanes.

Veremos qué reacción habrá ante el desaguisado de ayer, que deja por los suelos la reputación de la institución y, además, es un desastre económico que compromete las cuentas para futuros ejercicios

PODER ABSOLUTO

  Después de muchas décadas, vuelvo a ver Poder absoluto ( 1997). Realizada en una década en la que Eastwood solía compaginar todavía las la...