lunes, 13 de enero de 2025

NUESTRA ENFERMEDAD

 

El profesor Timothy Snyder, de la Universidad de Yale, estuvo a punto de morir a finales del año 2019 y explica en el libro Nuestra enfermedad sus experiencias en los servicios de salud que lo atendieron. Una apendicitis diagnosticada tardíamente que desembocó en peritonitis y, posteriormente, en una infección en el hígado casi se lo lleva por delante. Al filo de su experiencia, realiza algunas reflexiones sobre el sistema sanitario en los Estados Unidos.

Es totalmente objetivo que, siendo el país que más gasta en salud de todo el planeta, la esperanza de vida de los norteamericanos está por debajo de casi todos los países europeos, algunos asiáticos como Japón o Corea del Sur, aquellos con pasado colonial inglés como Canadá y Australia e, incluso, alguno de la América Hispana como Costa Rica. Algo deben estar haciendo mal.

Y Snyder explica una sanidad en Estados Unidos totalmente mercantilizada, influida por los poderosos laboratorios farmacéuticas, con poca cultura de atención al paciente para indagar en la causa de sus males y fuertemente medicalizada recentándose opiáceos para combatir el dolor de forma desmesurada. Snyder compara el haber tenido su primer hijo en Viena y el segundo en los Estados Unidos. Todo son bondades para el sistema austríaco de salud, prácticamente gratuito, y cuenta la experiencia en su país de forma mucho menos satisfactoria con un seguro médico que califica de normal. Una gran parte de la población no tiene seguro o es muy deficiente en sus coberturas y, por no gastar, no van al médico, aunque estén enfermos. En Estados Unidos, perder el trabajo significa también perder el seguro médico.

Escrito durante el año 2020, el libro no ahorra críticas a la gestión de Trump en la crisis del COVID-19. Realmente, recuerdo la rueda de prensa en la que propuso investigar el matar el virus con una especie de lejía. Se dirigió a una de sus asistentes diciendo que se investigara con ese producto y la pobre mujer no sabía donde mirar.

Viendo la sanidad en España, un optimista como Laporta, comparándola con la de Estados Unidos, diría “Al loro, ¡qué no estamos tan mal!”. El problema es que la sanidad se puede degradar más tanto allí como aquí. La tendencia ha sido, en Catalunya, un descenso en la calidad de la sanidad en los últimos años y no hay motivos para pensar que se vaya a revertir. De momento, ni siquiera se sabe ahora mismo si habrá presupuestos de la Generalitat para 2025 cuando los actuales ya son los prorrogados de 2023. No solo en Estados Unidos se hacen las cosas mal. 

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