lunes, 6 de enero de 2025

LA LUZ QUE IMAGINAMOS

 

Premiada por el Gran Jurado en Cannes, estrenan La luz que imaginamos con guion y dirección de Payal Kapadia. Es raro que el cine hindú tenga recorrido en salas comerciales pero el haber concursado en Cannes y obtenido el premio, además de ser una coproducción con un montón de países occidentales, ha facilitado su difusión.

En la ciudad de Mumbai (cuando yo estudiaba geografía de pequeño Bombay), se narra la vida de dos enfermeras de un hospital, una más de mediana edad, llamada Prabha, que tiene a su marido trabajando desde hace años en Alemania; y otra más joven, llamada Anu, con novio, que tiene dificultades para encontrar momentos de intimidad en la conservadora sociedad hindú y que cuenta con la oposición familiar a la relación. Mientras Prabha fue casada en un matrimonio arreglado y luego su marido emigró dejándola sola, Anu representa la esperanza de poder llevar una vida de pareja feliz.

 Hay un tercer personaje, más secundario, pero también importante, que es el de una mujer ya más mayor, sobre los 60, desalojada por la fuerza de su casa y que, a tenor de la conversación que tiene con un abogado recomendado por Prabha, lo tiene mal al carecer de documentación que acredite su derecho a la propiedad.

La película se desarrolla en dos mitades, una con escenarios urbanos en la ciudad de Mumbai y una segunda en la que los personajes se desplazan a una zona costera y, en un lenguaje lírico y poético, la directora consigue dar forma a los anhelos e inquietudes mostradas en la ciudad explicitando, a través del título de la película, cómo es esa parte del filme. Una de las cosas que más me han gustado de la película es mostrar ese contraste. Mumbai aparece rodada de forma semidocumental, como una ciudad muy masificada, sin espacio para respirar, atestada de tráfico, agobiadas las protagonistas por un ruido que notan en todo momento. Y eso lo contrapone, en la segunda mitad del filme, a un espacio para estar relajado y tranquilo, casi un idílico paraje de playa. 

Como en muchas películas orientales, no es que pasen grandes cosas ni se produzca una resolución explícita de la trama. Se trata de hacer un retrato emotivo de las inquietudes y problemas de unas mujeres, en el contexto social actual del país hindú, utilizando la realización para explicarlo con un lenguaje íntimo y lírico, realzando la sororidad que se establece entre ellas.

Me parecen un poco exageradas las críticas recibidas por la película, que veo son totalmente elogiosas, pero entiendo que se trata de una buena película. Narra con eficacia y sensibilidad cosas que podemos tener por sencillas y poco pretenciosas a la hora de abordar un filme pero que, en realidad, son las más importantes.

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