jueves, 23 de enero de 2025

EL COLECCIONISTA

 

El coleccionista (1965) es un intenso thriller psicológico rodado por William Wyler y que cuenta, prácticamente, con dos únicos intérpretes: Terence Stamp y Samantha Eggar.

Freddie es un joven tímido e introvertido, con problemas para socializar y con un aburrido trabajo de oficinista en un banco. Aficionado como entomólogo a apresar y coleccionar mariposas, un golpe de fortuna en las quinielas hace que gane una importante cantidad. Entonces podrá llevar a cabo un plan consistente en secuestrar a una chica que le gusta llamada Miranda. Con el dinero de las quinielas, compra una apartada casa de campo y la acondiciona para tener a la chica como prisionera en un sótano confortable, pero del que es imposible salir. Miranda es una joven estudiante de arte que viene de una familia, si no rica, sí bien situada ya que su padre es médico.

Freddie pretende que la chica se enamore de él, mientras que ella pondrá todo el legítimo empeño en huir de su secuestrador.  Llegan a establecer un pacto por el cual el secuestro durará solo unas cuatro semanas. Pero, llegado el momento, Freddie se volverá atrás. El intento de seducción que Miranda efectúa, de manera desesperada, acaba mal y, cuando un enfurecido Freddie devuelve a la chica al sótano en que está encerrada, ella le da un golpe con una pala. Freddie logra encerrarla, pero tiene una herida en la frente sangrando abundantemente por lo que vemos que acude a un hospital, descuida unos días la vigilancia sobre Miranda que sigue encerrada y, al volver Freddie, ella se encuentra ya agonizante.

Hay que destacar el guion de Stanley Mann y John Cohn, adaptando una novela de John Fowles, porque funciona muy bien. Consigue que el clima de angustia provocado por el secuestro vaya en aumento y establece momentos de suspense como cuando el vecino está a punto de descubrir el secuestro, al intentar Miranda desbordar la bañera en un momento en que Freddie le había dejado salir del encierro para darse un baño. El guion se centra más en la personalidad de Freddie, un hombre reprimido y tímido hasta un punto enfermizo en su trato con las mujeres, pero también hay un aspecto de clase social en la relación entre los personajes.  Freddie es de una clase social más baja que Miranda y él achaca a este hecho la falta de sintonía con la chica por lo que, en un gran e inquietante final, su voz en off afirmará que le conviene un perfil de chica menos intelectual y la cámara mostrará en sus últimas imágenes como, conduciendo su furgoneta, ha escogido a una enfermera como nueva víctima para relacionarse con las mujeres.

Wyler rueda con la competencia propia de ser uno de los mejores representantes del Hollywood clásico. Es una película de actores y Wyler se vuelca en que Stamp y Eggar desarrollen su labor y brillen en una película tan bien escrita. Me gusta más la interpretación de Stamp ya que su personaje, claramente desequilibrado, era más agradecido para lucirse. Aunque también está bien Eggar en ese tour de force interpretativo con Stamp, dando vida a una chica que siempre muestra una firme determinación por la libertad para no acabar como una de las mariposas que ve, con horror, cuando él le muestra la colección y ella comprende que puede acabar igual que uno de esos insectos.

Muy buen clásico. 

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