Frank Capra dirigió varias películas
para Columbia Pictures antes de tener un gran éxito con Sucedió una noche
(1934), que le situó como uno de los directores más afamados de Hollywood
hasta la II Guerra Mundial. Un par de años antes de aquella oscarizada película,
dirigió La amargura del general Yen, con una joven y guapa
Barbara Stanwick y un actor danés de origen sueco, Nils Ashter, haciendo de general
chino.
La trama se sitúa en Shangai
durante la guerra civil china en la década de los años veinte. Megan Davis
(Stanwick) se va a casar con su novio, el doctor Robert Strike, un misionero
que cuando se entera que unos niños están en peligro interrumpe la ceremonia
para ir a protegerlos. Megan insiste en acompañarle pero, en un momento de confusión
por los turbulentos episodios que pasan en Shangai, se separan y ella va a
parar al tren del general Yan, un señor de la guerra. Llegan al palacio del
general, en el que hay también un americano compatriota de Megan que es su
asesor financiero.
En el palacio, Megan ve la
brutalidad de unas ejecuciones y el general cambia el lugar de éstas en
deferencia a su joven rehén a la que promete liberar. A pesar de que Megan no
quiere tener contacto con el brutal general, accede a cenar con él, con su
concubina y con uno de sus capitanes. Justamente esa concubina y el capitán
traicionan al general robándole la fortuna que había atesorado gracias al asesor
americano y queda en una posición muy débil, abandonado por sus mercenarios
soldados y sirvientes. El general se ha convertido en un perdedor, pero se ha
humanizado a ojos de Megan e incluso se ha enamorado de él. Mientras el general
se prepara una taza de té envenenada, aparece Megan vestida con ropas de
cortesana china dispuesta a servirle como una concubina. Pero Yen, aunque se ha
sentido atraído por la chica durante toda la película, ha decidido poner fin a
su vida viendo que está acabado dentro de la turbulenta guerra civil.
Fue una de las películas
preferidas de Capra, pero tuvo muchos problemas para su exhibición pues no
estaba nada bien visto un amor interracial entre una joven americana y un
chino. Además, la película es muy atrevida pues, a medio metraje, la joven se
queda dormida y tiene un sueño erótico con el general, que la besa
apasionadamente. Todo ello originó protestas, tanto en Estados Unidos como en
el Reino Unido que perjudicaron la recepción comercial del filme.
La película funciona muy bien
más de ochenta años después de su estreno. Capra ya estaba muy fogueado al haber
hecho películas en el período del cine mudo y, con un inicio trepidante, la
película va creciendo hasta un apoteósico final por lo que se refiere a la
relación entre los dos protagonistas, con dramático suicido incluido. Stanwick,
con unos 26 años en el momento de realización del filme y gracias a la dirección
de Capra, está muy guapa, como nunca la había visto en una película exceptuando
su papel cargado de erotismo y maldad de Perdición.
Probablemente esta película no
se hubiera podido rodar con el Código Hays que se empezó a aplicar en 1934. No
fue el caso y hoy tenemos una película que explica una historia de amor
imperecedera, con algunos elementos en su narración avanzados para su época y
que no han perdido fuelle viendo ahora la película.