sábado, 7 de diciembre de 2024

BAHÍA NEGRA

 

 

Bahía negra es una de las colaboraciones, fuera del género western, que hicieron Anthony Mann y James Stewart. Contó con la guapa Joanne Dru como protagonista femenina, así como destacados papeles secundarios para Dan Duryea y Gilbert Roland.

Dos licenciados de la II Guerra Mundial (Stewart y Duryea) llegan a un pueblo costero de Luisiana sin un duro, pero con la intención de encontrar petróleo en la zona marítima. Logran convencer a una empresa petrolera que empieza a adelantar dinero para construir una plataforma, aunque empiezan a haber problemas con los pescadores de la zona, entre los que se cuenta Roland, ya que creen que la explotación petrolífera perjudica la pesca del langostino. Joanne Dru es la hija de un pescador y, mientras su hermana se enamora de Duryea, ella lo hará de Stewart.

Con este argumento, Mann construye una película que es muy amena si bien se queda lejos de las mejores colaboraciones que hizo con Stewart. Uno de los aspectos más atractivos de los westerns que hicieron juntos era la personalidad de los héroes que interpretaba Stewart, en realidad más bien unos antihéroes en los que podíamos ver tipos torturados interiormente, deseosos de venganza, desequilibrados emocionalmente, antisociales o materialistas. Cada uno de los papeles de Stewart tenía alguna o más de una de estas características que le hacían componer personajes muy interesantes y moralmente ambiguos al margen de la resolución final de las tramas. En cambio, aquí Stewart interpreta a un tipo muy decidido en cuando a su obstinación por encontrar petróleo en el mar, pero sin la complejidad interior de aquellos personajes de los westerns.

Además, pese a que aquí Duryea está simpático, al igual que Roland, no hay personajes secundarios tan potentes como los de los westerns. No hay personajes con la entidad de un Robert Ryan en Colorado Jim, Stephen Mac Nelly en Winchester 73, Arthur Kennedy en Horizontes lejanos o John MacIntyre en Tierras lejanas. Incluso, en cuanto a personajes femeninos, están construidos de manera mucho más atractiva la Janet Leigh de Colorado Jim o la Ruth Roman de Tierras lejanas en relación con el personaje que interpreta aquí Joanne Dru.  

A diferencia de aquellos westerns, aquí la resolución no es ambigua, un happy end en toda regla cuando, después de diversas idas y venidas entre los personajes, Stewart y Duryea acaban felices con Dru y su hermana.

Agradable película pero que, inevitablemente, comparamos con los westerns de la dupla Mann-Stewart y tiene menos nivel.

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