Nueva incursión teatral en el barrio de Sants para ver en el Heartbreak
hotel Lluna plena, una pieza teatral
de Aki Shimazaki. Los actores ya están en el escenario mientras los
espectadores entran en la sala y nos acomodamos en la primera fila del minúsculo
teatro.
La obra explica la historia de Fujiko y Tetsuo (interpretados por Lluisa Castell y Andreu Benito). Los protagonistas son un matrimonio ya entrado en años que sufren la desgracia que Fujiko tiene alzheimer. Están los dos en una residencia y Fujiko olvida que han estado casados, pero sí considera a Tetsuo su prometido y quiere casarse con él.
A partir de ese momento, y con el pretexto del empeño que pone Fujiko en devolver 4.000 yenes a un director de orquesta con el que tuvo una relación, surgirá de manera paradójica una verdad que permanecía oculta para Tetsuo: la desmemoria de Fujiko ayuda a comprender lo que ha sido el matrimonio y posibilita una rectificación, redimirse del pasado y afrontar el futuro con lo que ella cree que es una nueva boda y, en parte, también así lo siente él.
Miranda Gas y Pep Munné completan el reparto en unos papeles, en los que actúan como narradores y asumiendo personajes complementarios, que sirven para hilar la historia de los protagonistas y, en el caso de Munné, para dar cabida a un hombre en busca de sus raíces al haber sido criado por un padre que no lo era biológicamente con las reflexiones que realiza el personaje en busca de su identidad y aportando más densidad a la obra.
Con una sobria escenografía compuesta por un cerezo en flor, los cuatro actores están magníficos y trasladan al espectador la emoción de un texto sencillo y denso a la vez, pues habla de la vida, de la verdad, de las apariencias, del amor y de la esperanza en el futuro.
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