sábado, 25 de mayo de 2024

SEVILLA ?- BARÇA ?

 

Será un partido tristísimo el que jugarán en pocas horas Sevilla y Barça. Nada en juego, e incluso el entrenador del Sevilla, que ha tenido algún desencuentro con la junta del equipo hispalense, también se sentará en el banquillo por última vez. Pero ese mal rollo es una broma comparada con la traumática destitución de Xavi tras una cadena de despropósitos que, por lo que hace estrictamente a la continuidad del entrenador egarense, empieza con su dimisión en diferido a finales de enero tras el partido contra el Villarreal.

El resumen de la temporada es que el Barça ha jugado mal casi todos los partidos y, en muchos, ni siquiera compitió bien, encajando muchos goles ante equipos como Granada, Mallorca, Amberes o Villarreal. Todo esto no se podía traducir más que en perder claramente la Supercopa, caer en la primera eliminatoria de Copa con un equipo serio encajando cuatro goles, no tener opciones a ganar la Liga faltando cinco partidos y una eliminación en Champions en cuartos de final con una deficiente dirección técnica desde la banda en el partido de vuelta.

Así, la no continuidad de Xavi estaba más que justificada ya que el equipo, lejos de evolucionar, estaba en involución, perdiendo solidez y solo despertando ilusión por la aportación de algunos jóvenes talentos, básicamente Fermín, Lamal y Cubarsí. Además, la autoridad del entrenador estaba menoscabada, en gran parte por la propia Junta cuando le hizo la convocatoria en Amberes y, además, por la falta de personalidad de Xavi gestionando la plantilla, demasiado atento tanto al entorno como a complacer algunos desatinos de Laporta.

Lo que todavía no tiene explicación es el sainete montado por Laporta desde el pacto del sushi hasta formalizar una destitución ayer que el propio club filtró hace ocho días. Tal vez algún día nos expliquen la verdad aunque, dada la opacidad de las actuaciones de la Junta, habrá cuestiones sobre las que solo los medios de comunicación podrán especular. Es difícil saber si todos los movimientos hechos estos días tienen una causa racional, aunque fuera equivocada, o se trata de desvaríos de un hombre como Laporta, muy influenciable por su pequeño pero fiel entorno y sobrepasado por los problemas del club, en gran parte debido a su negligente gestión y a un estado de salud que parece deficiente.

Destituido Xavi, Laporta se la juega con un técnico que no conoce ni la particular idiosincrasia del club ni el fútbol español. El alemán Hansi Flick aterrizará en el club y ya veremos qué opciones hay de completar una plantilla compensada y competitiva. Pero, de momento, ya es fácil intuir que su proyecto puede tener como piedras angulares a dos jugadores como Gündogan y Lewandovski, cuyos mejores años hace tiempo que ya pasaron, y alguna incorporación de tipo parecido como pueda ser Kimmich. A priori, no pinta bien, pero hemos de ser pacientes y no prejuzgar, tiempo tendremos de ver los resultados del equipo.

El verdadero problema es que la negligente gestión de Laporta se extiende, menos de momento a la sección femenina de fútbol, a todo el club y no hay ni para pagar 100.000 euros y mantener la licencia del equipo femenino de basket en la Liga. Con un club que se ha endeudado hasta más allá del límite de lo aconsejable y que no podrá devolver los créditos, y una gestión desvergonzada de Laporta que, como mínimo, vulnera cualquier código ético aunque sea poco exigente, la ruina sobrevendrá en poco tiempo y variará la forma de propiedad del club. Lo cual no ha de ser necesariamente malo, pero sí inquietante si es Laporta el que está mangoneando cuando esto suceda. También puede pasar que aguante dos años, acaben de trincar él y sus amigos comisionistas unos cuantos millones más y se coma otro el marrón de convertir al club en Sociedad Anónima. 

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