Mouchette (1967) es una
película de Robert Bresson tremendamente dura, áspera, pesimista y
desesperanzada.
Es la historia de una niña de
14 años que vive una desgraciada vida en un pueblo de la campiña francesa.
Descuidada por un padre contrabandista con problemas con el alcohol y con una
madre enferma terminal por una afección pulmonar, Mouchette asume tareas
domésticas todavía prematuras para su edad como cuidar de su hermano pequeño.
Va a la escuela aislándose de las demás compañeras, asumiendo una rebelión que
la lleva contra todo el mundo de los adultos incluyendo la profesora de la
escuela.
Descrito el personaje y su
odiosa rutina, así como la vida en el pueblo, tendrá una experiencia negativa
siendo violada por un cazador furtivo que, posteriormente, la chantajeará para
que encubra un crimen que cree ha cometido matando a un guarda forestal.
Finalmente, la chica empezará a
hacer croquetas, ejercicio básicamente infantil, en una ligera pendiente hasta
que, al hacer la última, caerá en el río quedando la cámara inmóvil.
Bresson filma con austeridad,
con escasez de diálogos, sobre todo en la primera mitad de la película,
describiendo de manera descarnada la vida de la chica y fiando que se capte esa
angustia a través de la expresividad de las imágenes y la banda sonora. Pero lo
peor no es la tragedia de una persona, que también, sino la descripción de todo un pueblo
corrompido moralmente, gente mezquina, egoísta y expuesta a actitudes
violentas.
Esa violencia aparece explícita
en el inicio de la película, cuando el cazador furtivo utiliza lazos ilegales
para apresar aves. Casi al final, cerrando en círculo la película, hay otra
escena cinegética en la que gente del pueblo caza conejos a escopetazos. Y está
el enfrentamiento entre el cazador y el guarda, ambos borrachos al punto que el
primero cree que ha cometido un asesinato. Pero luego hay una violencia
implícita, sorda, en la actitud de las gentes del pueblo. En cualquier caso, y
esa es la grandeza de Bresson, no hay pretensión moralizante en el director
francés. Describe, muestra, nos sumerge en ese pueblo en el que no nos gustaría
vivir pero que es igual a tantos otros lugares y nos crea desasosiego y conmoción..
Prodigioso filme de Bresson, fiel a
su estilo.
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