Veo La casa, película
dirigida por Alex Montoya y con un reparto que encabeza David Verdaguer,
estrenada hace unas dos semanas.
Basada en una novela gráfica,
la película explica la historia de tres hermanos que se reúnen, tras la muerte
del padre que previamente había quedado viudo, para decidir qué hacer con una
casa de la familia alejada de un entorno urbano. Los hermanos son dos hombres y
una mujer, siendo el primogénito un empresario en dificultades que tiene mujer
y una hija adolescente; la hermana mediana vive casada con una niña de corta
edad regentando como ocupación laboral un restaurante con su marido; y el hermano pequeño, papel que interpreta Verdaguer, es un escritor que
tiene pareja, pero no hijos. El antagonismo viene principalmente por parte de
los hermanos varones mientras la hermana tiene un talante más conciliador. Como en
toda relación familiar, hay antecedentes que llevan al resentimiento, pero el
punto de fricción de la película será la intención del hermano menor de, al
estar en mejor posición económica, comprar él la casa a sus hermanos.
La historia es muy sencilla y
se da en unos pocos días, de un jueves a un domingo. Pero es fácil empatizar
con los personajes porque muestra una familia normal en la que, como en todas
las familias, hay sentimientos encontrados, recriminaciones, pero también
momentos para la reconciliación. Y, sobre todo, la película recrea muy bien el
paso del tiempo, un patrimonio común pero subjetivo que también se da en
cualquier entorno familiar. Montoya dedica varios flashbacks (con un cambio de
formato en la pantalla) y vemos como interactuaban los hermanos con su padre,
ya siendo niños, ya cuando son adultos y el padre, poco antes de morir,
requiere de cuidados lógicos por la edad.
Filmada con fluidez y con un
buen elenco, es una película apreciable sobre una familia que podría tener
características comunes con muchas otras.
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