NACIDA AYER

 

Nacida ayer (1950), dirigida por George Cukor, es una divertida comedia con intérpretes de la solvencia de William Holden, Broderick Crawford y una Judy Holiday que se llevó el Óscar a la mejor actriz, triunfando sobre dos mitos nominados ese año como fueron Gloria Swanson y Bette Davis.  

Holiday ya había hecho ese mismo papel en Broadway, el de una rubia, tonta e inculta, amante de un chatarrero garrulo, pero cargado de dinero, que va a Washington para hacer negocios sucios asesorado por un abogado sin escrúpulos e intentando comprar a un congresista.  El chatarrero tendrá la idea de intentar refinar un poco a su novia, contratando para ello a un periodista que cumplirá su misión, cosa que llevará al conflicto entre la pareja ya que ella, a través del acceso a la cultura, descubre las bondades del sistema democrático americano y como las actividades de su amante van en dirección contraria. 

La película me ha recordado un poco a Caballero sin espada. Ambas películas transcurren en Washington y en ambas se confronta la corrupción del ambiente político de la ciudad frente a los principios demócratas que los padres fundadores establecieron en la Constitución de finales del siglo XVIII. También en ambas hay un personaje iluso e idealista, siendo finalmente derrotados los elementos políticos corruptos.  

Como comedia es bastante divertida, dinámica, con buenos diálogos y buenas interpretaciones. Me chirría un poco la parte política, demasiado almibarada y difícil de creer. En ese sentido, la grandeza de Capra hace que me crea más al personaje del joven senador Jefferson Smith. Aquí, tomo más distancia con el personaje interpretado por Holiday. Y si los dos personajes son difíciles de creer, que me crea más al de Capra es mérito del director siciliano. 

En cualquier caso, una comedia de Cukor siempre tiene un gran nivel y merece ser vista.