Había leído que Midnight en París (2011) era una de las mejores películas de la última parte de la cinematografía de Woody Allen y la verdad es que me ha gustado bastante.
Tercera película coproducida por Mediapro, después de la muy discreta Vicky, Cristina, Barcelona y un filme que no he visto titulado Conocerás al hombre de tus sueños; esta película ambientada en París resulta muy agradable y simpática.
La película es una comedia fantástica en la que Gil, un guionista de Hollywood, se encuentra en París, intentando escribir una novela. Su novia (Inez) está muy buena, pero es bastante gilipollas y los que van a ser sus suegros pertenecen al tea party. Después de compartir una visita turística con un amigo de Inez, un tipo pedante y pseudointelectual, y su pareja, Gil se queda solo en la noche parisina. Entonces lo recoge un coche de época y se traslada a, aproximadamente, un siglo atrás entrando en contacto con un montón de personajes de la época: Jean Cocteau, Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Cole Porter, ... e incluso los españoles Buñuel, Dalí y Juan Belmonte. Gil pretende que Gertrud Stein le revise la novela y, mientras tanto, alterna su realidad en el día a día con esas escapadas nocturnas que, de forma fantástica, realiza a ese París de los felices veinte enamorándose de Adriana, una amante de Picasso.
Con Adriana viaja incluso más atrás en el tiempo, unos treinta años antes, a finales del siglo XIX, yendo a parar al Moulin Rouge y conociendo a Lautrec, Degas y Gauguin. Adriana se quiere quedar en esa época y Gil se da cuenta que esas edades pasadas le resultan excitantes por lo novedoso, pero luego se pueden volver rutinarias, así que Adriana se queda en el siglo XIX y él vuelve al siglo XXI, rompiendo con Inez que ha tenido una aventura con el amigo pedante. En un final de comedia romántica, estando solo en París ve en uno de los puentes sobre el Sena a una chica muy mona con la que ha trabado un conocimiento circunstancial en un momento de la película, pero surge inesperadamente la chispa y se van juntos.
La película está muy bien rodada, es divertida y plantea la reflexión de mirar de manera mítica a un pasado que normalmente no lo es tanto, cada época es hija de sus circunstancias. Por el tono de comedia fantástica, recuerda a La rosa púrpura de El Cairo, otra película basada en algo irreal y en que no se pueden mezclar realidades diversas, cada uno ha de vivir su propio tiempo, si bien en esta película parisina Allen decide que acabe bien, mientras la película protagonizada por Mia Farrow tenía un final triste. Ambos personajes merecían un final feliz, pero solo lo tiene Gil, cosa que supongo tiene que ver con que Allen se ablanda siendo un hombre ya cercano a los ochenta años al realizar la película.
Siendo una película divertida, el gag que más gracia hace es el de Gil explicándole a Buñuel el argumento de El ángel exterminador, y como el genio de Calanda hace cara de no entender nada.
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