El video de Benny (1992)
es un inquietante filme de Michael Haneke en el que muestra la frialdad y deshumanización
de toda una familia, bien asentada económicamente, que viven en un país tan avanzado
social y económicamente como Austria.
Benny es un adolescente, hijo
único, al que sus padres le regalan dispositivos de video para grabar. Se pasa
gran parte de sus jornadas yendo a un videoclub a buscar cintas del primitivo sistema
VHS, con contenidos violentos, además de algún video casero familiar como una
matanza de un cerdo que actúa de manera hipnótica para él, fascinado por la
acción de matar al animal y el arma utilizada.
Un día conoce a una chica y van
a su casa. Le muestra el vídeo, también la pistola y, provocado
inconscientemente por ella sobre si fuera capaz de disparar, lo hace y mata a
la chica. Con frialdad, limpia la sangre y guarda el cadáver en el armario. Al
venir los padres, explica lo que ha pasado y la reacción de ellos es
preocuparse de si alguien le puede relacionar con la chica y, como en realidad
no se conocían, deshacerse del cadáver, cosa de la que se encarga el padre
mientras Benny y su madre se van de vacaciones unos días a Luxor para, después,
llegar a la costa egipcia del Mar Rojo. Al volver de las vacaciones, el padre
se ha deshecho del cadáver y nadie puede relacionar el crimen con la familia
pero, dentro de su errático modo de proceder, Benny denuncia a la policía lo
que ha pasado y compromete a sus padres en la desaparición del cuerpo de la chica.
La película se inicia con el video
en VHS de la matanza del cerdo y vemos el efecto que provoca en Benny. Es un
chico extremadamente frío, con curiosidad por explorar la muerte y el arrebatar
la vida a un ser vivo. Actúa con absoluta falta de empatía, de manera inhumana.
Pero, viendo la película, más horror y perturbación causan los padres, personas
en edad adulta que comparten con Benny todas esas características negativas.
Tan solo el padre, en un momento dado, le pregunta por qué lo hizo y se
conforma con un simple “no lo sé” dicho por Benny. Hay una violencia irracional
e inútil totalmente soslayada por los padres, aparentemente gente de bien. Por
lo demás, la única preocupación de los dos progenitores es borrar las huellas del
crimen y hacer como que nada ha sucedido.
Haneke tiene una manera de rodar
que traspasa la frialdad de sus personajes al espectador filmando la cotidianidad
de los personajes y, más tarde, incluyendo actos horribles como algo
indiferenciado de ese día a día y del estado de ánimo tanto del chico como de
los padres. Ese es el auténtico terror que inspira el filme. A veces nos deja ver
el horror y otras nos lo sugiere. El asesinato es la mejor escena de la película y vemos el primer impacto que sufre la chica,
pero luego los protagonistas, ella malherida, salen de campo y la imagen se
queda fija oyendo los gritos y demás disparos con lo que nos angustia más imaginar el final. Frialdad, normalidad y horror,
todo junto en un entorno de una sociedad avanzada.
La película tiene un punto
profético en el sentido que a Benny no le han hecho ningún bien los videos que
ha visto y grabado, sin control parental, con contenidos violentos. Ahora hemos
dejado atrás el ya arqueológico VHS y las posibilidades que tiene los adolescentes
de ver, sin ningún control, contenido audiovisual violento, protagonizarlo e
intercambiarlo son enormes y se han dado casos cercanos a los que se refleja en
esta película.
Turbador Haneke, notable película.