El Barça ejecutó al Valencia a
balón parado, en una segunda parte condicionada por la expulsión del portero
valencianista en los últimos minutos de la primera parte. No puede decirse que fuera una victoria basada
en aquello del ADN Barça, el juego de combinación rápido para desarbolar las defensas
contrarias. Fueron dos córners y una falta rematada por Lewandovski lo que
posibilitó remontar un partido que se había puesto cuesta arriba.
El Barça golpeó primero en el
minuto 22 con un gran remate de Fermín cabeceando un buen centro de Rafinha
desde la banda izquierda. El canterano onubense volvió a cuajar una gran actuación
y crece el temor que la alocada dirección deportiva del club cometa con él algún
disparate durante el verano. A pesar de que el gol debiera haber dado
tranquilidad al equipo azulgrana, nada más lejos de la realidad. El Valencia, bastante
limitado, tenía el plan de enviar pelotas largas a la espalda de la defensa y
el Barça no estuvo acertado controlando ese tipo de juego. Un fallo clamoroso e
infrecuente de Ter Stegen y un claro penalty cometido por Araujo permitieron la
remontada del cuadro valencianista. No obstante, la jugada clave del partido
fue un error, no menos clamoroso, del portero valencianista controlando mal el
balón, dejándoselo a Lamine y teniendo que interceptar con el brazo el esférico
fuera del área para no permitir que el canterano encarará la acción a puerta
vacía. Eso fue peor que un gol, toda una segunda parte con uno menos era
demasiada ventaja.
El Barça tuvo suerte de empatar
pronto el partido, a los cinco minutos de la segunda parte, en una acción cabeceada
por Lewandovski a la salida de un córner con Fermín en posible fuera de juego
posicional. Pero ayer Xavi no dijo nada del árbitro, que tampoco vio un posible
penalty de Iñigo entrando al límite en una acción dentro del área azulgrana. No
eran jugadas claras, ofrecían dudas y yo pienso que fueron arbitradas acertadamente,
pero Xavi puede tomar nota que Baraja no protestó de manera airada, no pegó
ninguna patada a una valla publicitaria e hizo lo que debe hacer un entrenador
ayudando desde el campo a su equipo.
Durante casi toda la segunda
parte el juego fue espeso y el gol de la victoria no llegó hasta pasado el
minuto 80, tras un fallo del portero valencianista que permitió otro cabezazo a
la red de Lewandovski. Todavía hubo tiempo para que el polaco hiciera un hat
trick gracias a anotar el segundo gol de falta del equipo en toda la temporada.
Dos goles de falta pueden parecer pocos, pero son dos más que en las dos últimas
temporadas.
Un Barça espeso, en un partido
alocado, favorecido por la superioridad numérica en la segunda parte y que,
como en casi todos los partidos de la, por ahora sin fecha de caducidad, era
Xavi ganó sin convencer.