lunes, 15 de abril de 2024

EXTRAÑOS EN EL PARAÍSO

 

Hacía muchos años que no veía Extraños en el paraíso y me parece que, como en general todo el cine de Jarmusch, se queda a medias y ofrece menos que lo que parece, yendo de más a menos.

 Estructurada claramente en tres bloques, la película empieza con una chica en un aeropuerto y un avión que despega. Pasamos a un apartamento de Nueva York, más bien cutre, en el que Willie, de origen húngaro, recibe una llamada telefónica de su tía en la que le dice que su prima Eva, la chica de la primera escena, viaja a Nueva York y estará allí unos días antes de emprender viaje a Cleveland. Los dos primos se encuentran y, en principio, no hay sintonía entre ellos, más bien antipatía, aunque luego cambia la situación mientras se introduce el tercer personaje de la película, un amigo de Willie llamado Eddie. 

Finalmente, Eva marcha a Cleveland, vive con la tía húngara y la acción salta a un año después cuando Eddie y Willie, bastante desocupados en otra cosa que no sea apostar a carrera de galgos y caballos, deciden ir a Cleveland, se reencuentran con Eva y deciden irse de vacaciones a Florida, dando inicio al tercer bloque de la película. No pasa nada sustancial hasta que Eva decide volver a Europa, estando solo disponible aquel día un billete para Budapest, que compra mientras Willie sigue sus pasos y compra un pasaje, despegando finalmente un avión y vemos como Eva se ha quedado en tierra.

Jarmusch sin duda imprime su sello personal, rodando con una fotografía dirigida por Tom DiCillio, mostrando una América desolada, tanto en Nueva York, Cleveland como Florida ya sea en el apartamento de Willie, las nevadas calles de Cleveland o los moteles cutres de Florida.  Ese sello se ve reforzado por la banda sonora de John Lurie y un estilo de rodar austero, con pocos planos, muchos de ellos fijos y travellings laterales.

Me parece bien la temática de la película, el desarraigo en una América en la que los personajes no saben encontrar su lugar, así como la atonía vital con la que se desplazan por la vida y no saben o quieren remediar; pero a mí me parece que a esta película le falta alma, algo que contagie más y el tiempo no la ha ayudado. Veo el cine de Jarmusch demasiado pretencioso y es posible que su obra vaya perdiendo presencia en las siguientes décadas. 

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