jueves, 20 de febrero de 2025

LENNY

 

Después de muchísimos años, veo Lenny (1974) de Bob Fosse, un biopic sobre Lenny Bruce, el famoso cómico que, en sus monólogos, introducía un lenguaje obsceno y procaz para hablar de sexo, religión o política. Hombre de actitud irreverente, proclive a no guardar las formas de lo políticamente correcto y acusado de violar las leyes de obscenidad, sufrió varias detenciones, fue condenado a presidio y, tras morir a los 40 años por sobredosis, luego se convirtió en un símbolo de la libertad de expresión en Estados Unidos.

Fosse opta por no contar la historia de forma lineal, sino que la acción se articula en diferentes flashbacks que van explicando los allegados al cómico: su exmujer, su tía y su representante. Esos testimonios, junto a una de sus últimas actuaciones, narran la vida de Lenny, desde sus inicios en los clubes hasta su muerte.

Fosse se apoya en dos elementos clave para el éxito de la película. Por un lado, las grandes interpretaciones de Dustin Hoffman y Valerie Perrine, en las que los dos están muy bien pasados de vuelta, sobre todo Hoffman, pero es lo que exigían sus personajes. Y, por otro lado, destaca la fotografía en blanco y negro de Bruce Surtees, espléndida dando fuerza y personalidad a la película siendo una de las cosas que más recordaba de la película. También destaca la banda sonora en la que, situándose la acción en clubes nocturnos de finales de los 40 a principios de los 60, se oye mucho be bop y se relacionan en los escasos créditos finales las canciones que se han utilizado de Miles Davis.

Fosse dirige muy bien la película, filma muy bien los clubs nocturnos y su ambiente, se recrea en detalles que permiten ver la autodestrucción de los personajes con dinamismo pero, en un momento ya muy bajo de ánimo del protagonista, dedica un plano fijo de varios minutos, desde una posición elevada sobre un escenario, a una de sus últimas actuaciones en las que está derrotado y ya no hay comicidad en el personaje. De hecho, en muchos momentos lo que Lenny explica con comicidad y provocando risas son situaciones amargas de su propia vida.

Por tanto, una película de buena factura y muy bien interpretada. Sin embargo, es un biopic y su interés también viene dado por el del personaje que explica. Lenny Bruce no es un personaje que me interese demasiado, creo que su importancia en el show business es limitada porque su fama viene más de una absurda represión, en nombre de la mojigatería y el uso de un lenguaje sin exabruptos, que por el ingenio del personaje que, si el biopic le es fiel, tampoco parecía muy elevado. 

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