Un profesor de la UAB presenta
en la Filmoteca la película La primera noche de quietud (1972) y empieza
diciendo que estará 10 minutos. Al final, se extiende más de 20 minutos y,
aunque dice cosas interesantes, alarga más allá de lo razonable la
presentación. Afortunadamente, cuando por fin se calla, podemos ver un soberbio
melodrama de Valerio Zurlini.
Daniele Dominici (Alain Delon)
es un profesor de literatura recién instalado en Rimini, de aspecto taciturno y
pasado misterioso, que vive con Mónica (Lea Massari), una mujer algo mayor que
él en una relación que se ve tóxica y, en un momento dado, ella le dice que
están juntos por desesperación. Mientras Mónica no parece que haga nada en todo
el día que no sea estar tumbada en la cama, Daniele encuentra trabajo como
enseñante en un instituto de Rimini y se le ve con poca vocación, deja fumar a
los alumnos en clase y él sale al quiosco a buscar revistas dejándolos solos.
En ese instituto, a Daniele le llama la atención una alumna de casi veinte
años, Vanina (Sonia Petrovna), de la que queda prendado.
A Daniele, en sus ratos de
ocio, le gusta el juego y se introduce en un grupo de gente que celebran timbas
y fiestas. Conoce a "Spider" (Giancarlo Giannini),
Marcello (Renato Salvatori), Elvira (Nicoletta Rizzi) y Gerardo (Adalberto
Maria Merli). Hay una conexión de Vanina con este grupo y es ser la
novia de Gerardo, un tipo siniestro y macarra que maltrata a la chica y la
humilla delante de sus amigos.
Vanina corresponde al interés
de Daniele y consuman su amor en una casa que les ha prestado Marcello.
Entonces, se presenta Gerardo, con el resto del grupo, dispuesto a llevarse por
la fuerza a Vanina. Daniele aborta ese intento golpeando a Gerardo que, viendo
frustrado su propósito, revela que la madre de la chica, una mujer llamada
Marcella (Alida Valli), es una famosa prostituta de la zona que también ha
introducido a la hija en el oficio.
A pesar de la revelación,
Daniele y Vanina planean huir juntos y ella toma el tren a Monterchi, donde
vive su hermana, a la espera que Daniele se reúna con ella. Daniele va a ver a
Mónica para despedirse de ella y lo hace pese a las amenazas de suicidio que
ella le lanza. Posteriormente, unos sicarios que ha enviado Gerardo dan una
paliza a Daniele, le rompen una costilla, sufre magulladuras y es asistido por
Spider y Marcello. No estando del todo recuperado, Daniele coge el automóvil y conduce
a toda velocidad en medio de una densa niebla con el desenlace lógico. En el
epílogo, Spider va al entierro de Daniele, en el que hay bastante gente, con lo
que se intuye venía de familia adinerada y su cuasi soledad era impuesta por su
amargura existencial.
El profesor que introdujo la
película afirmó que, para el papel protagonista, Zurlini había pensado en
dárselo, como primera opción, a Marcello Mastroianni. No pudo ser y es una pena
porque Mastroianni era mucho mejor actor que Delon. De todos modos, el actor
francés aprendió a utilizar sus limitados recursos interpretativos, haciendo de
la necesidad virtud, logrando componer de manera convincente tipos hieráticos y
distantes. A mi no me ha desagradado su actuación y como transmite la angustia
existencial del personaje; Delon consiguió que su presencia fuera importante en
las películas que interpretó, muchas de Melville servirían de ejemplo y también
esta de Zurlini. No obstante, parece que se llevó mal con el director italiano
y, como él intervino también en la financiación del filme, en Francia la
película se estrenó con otro título, El profesor, con un montaje hecho
por el propio Delon.
Es inevitable que no venga el
recuerdo de I vitelloni al ver la película. La ciudad es la misma y
también tenemos aquí un grupo de gente de vida disoluta. Pero aquí la pandilla
de amigos lleva una existencia aún más
amarga y con un tipo como Gerardo que roza en sus acciones con la delincuencia.
La primera escena ya introduce
en lo que será la película, todos los personajes van a la deriva, están
desnortados. Se abre el filme con un velero inglés que se acerca a un espolón.
Desde la embarcación un hombre le pregunta en inglés a Delon, que está paseando
por allí, dónde se encuentra. Delon le responde que está a medio camino entre
Venecia y Ancona, con gran sorpresa para el navegante, así como que no sabe si
Rimini vale la pena porque acaba de llegar.
Daniele es el personaje más
trabajado del filme. Triste y desesperanzado, escribió un libro titulado como
la película, La primera noche de quietud, dedicado a una antigua novia que
se suicidó con 16 años. Parece que esos versos lo han acompañado toda la vida y
presagian el terrible, pero inevitable, final. Tristeza y desesperanza que
acompañan, en mayor o menor medida, a los demás personajes y minan, de manera
cruel, a la bella Vanina.
La tristeza y melancolía se
contagian también con una magnífica banda sonora de Mario Nascimbene y una
fotografía que da unos tonos grises y brumosos de Rimini, semidesierta pues la
acción pasa en los meses de temporada baja de la turística ciudad del Adriático.
Gran película del poco conocido
Zurlini.
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