miércoles, 31 de julio de 2024

SOMBRAS CHINESCAS

 

 Leo Sombras chinescas del escritor belga Simon Leys, que llegó a China en 1972 como agregado cultural, recorriendo durante 6 meses parte del país y haciendo acopio de material con el objetivo de escribir el libro y dar su versión sobre la situación en el gigante asiático. No obstante, Leys era un reputado sinólogo que ya había estado antes en el país además de, por ejemplo, haber sido profesor de literatura china en universidades australianas.

Leys llega en un momento relativamente relajado dentro del proceso que fue la Revolución Cultural. Si, oficialmente, la Revolución empieza en 1965 y dura hasta la muerte de Mao, cuando Leys llega a China ya empiezan a producirse algunos cambios después de las aterradoras experiencias del período álgido revolucionario. Así, explica que ya se han reabierto las universidades después de comprobar lo nocivo que era para el país no poder contar con licenciados, especialmente ingenieros. También empieza a ser posible encontrar en alguna librería obras clásicas de la literatura china, cuando durante siete años en las estanterías solo había obras de Marx, Engels, Stalin y Mao. E incluso se empiezan a reabrir los museos, pero en el plano de conservación de patrimonio artístico se han cometido destrozos que ya no será posible revertir y muchas obras como pinturas o elementos arquitectónicos se perdieron para siempre cuando el fanatismo de la Revolución impulsaba a los guardias rojos a destruir todo lo antiguo.

Así pues, hay una tímida apertura y se les muestra el país a extranjeros, siempre a cargo de cicerones que son gente del partido y totalmente sumisa. Pocas veces puede Leys establecer una relación de confianza y poder hablar con algún nativo fuera de las consignas recibidas por el partido.

Es un momento en que los acontecimientos en China se producen a velocidad de vértigo. Deng es rehabilitado, pero la banda de los 4 sigue gozando de un poder despótico. Y en 1972 se han retirado todos los primeros ejemplares del libro rojo de Mao porque llevaban un prólogo de Lin Biao, oscuramente desaparecido el año anterior tras fomentar un supuesto golpe de estado. El régimen político es un totalitarismo que evoluciona, se transforma abandonando la radicalidad que Mao y Lin Biao desatan salvajemente en 1966 preparando el terreno para lo que luego será la China moderna tal como la conocemos hoy, un totalitarismo que ha mutado en el plano económico abrazando el capitalismo.

Leys tiene un motivo de peso para escribir el libro. Durante esa década de los 70, el maoísmo tenia prestigio en determinados círculos políticos europeos. Muchos no veían, o no querían ver, los efectos de un régimen totalitario que había preconizado Orwell veinte años atrás, siendo un escritor que cita Leys e incluso transcribe algún trozo de 1984. Leys, profundamente enamorado de la cultura china, escribe un libro con rabia, para no ser cómplice de un silencio que atenazaba a muchos como ilustra una frase que pone del escrito Lu Xun: “John Stuart Mill dijo que la dictadura vuelve a los hombres cínicos. No sospechaba que estarían las repúblicas para volverlos mudos”.

En definitiva, un libro muy ameno sobre el horror del totalitarismo del régimen maoísta que, a veces, provoca incredulidad ante las tonterías que explica el autor en sus observaciones sobre la realidad china. Pero es que sería apropiado convenir con él cuando cita a Schiller para decir: Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano

lunes, 29 de julio de 2024

UN REY PARA CUATRO REINAS

 

 

Un rey para cuatro reinas (1956) era una película ideal para Clark Gable. Cual gallo en un gallinero, la trama tiene lugar cuando Gable llega a un pequeño rancho en el que viven una señora ya mayor y sus cuatro nueras. Hace tiempo hubo un atraco y murieron todos los hermanos menos uno. No se sabe cuál de ellos es, quedando el tesoro fruto del robo oculto y todas esperan a que quién aparezca sea su marido y quedarse con el dinero. Gable llega allí sabiendo esa historia y enredará con unas y otras buscando su propio beneficio aunque, porque el guion lo exige y además es la más guapa, finalmente sellará una relación con Eleanor Parker.

Dirigida por el ya muy veterano Raoul Walsh, es un western atípico porque tiene más de película de intriga con toques de comedia que no elementos propios del western. El papel de Gable está hecho a medida, Eleanor Parker está deslumbrante, Jo van Fleet hace un gran trabajo como la abnegada suegra, el resto del reparto no está mal y Walsh filma con solvencia.

Entretenida. 

domingo, 28 de julio de 2024

CASA EN FLAMES

 

A pesar de que lleva ya unas semanas en la cartelera, buena entrada en el cinema Catalunya de Terrassa para ver Casa en flames, dirigida por Dani de la Orden. Parece que ha sido una película revelación, con buena acogida también fuera de Catalunya siendo imprescindible que, en el resto del Estado, se respete la versión original del filme. Aunque mayoritariamente hablada en catalán, el uso del castellano por dos de los personajes y parcialmente por otros hace que sea un filme bilingüe.

Tras descubrir el cadáver de su madre en un piso de la calle Muntaner, Montse no renunciará a pasar un fin de semana en Cadaqués y partirá hacia la Costa Brava con su hijo y la novia de éste. Allí se reencontrará también con su hija, el marido de ésta y sus dos nietas, de corta edad. El objetivo de la visita es atender a unos compradores de la casa familiar, un espléndido chalé con piscinas y vistas al mar, que Montse quiere vender para atender los cuidados que requiere su madre ingresándola en una residencia y, además de recibir a los posibles compradores, pretende ir desmontando la casa e ir recogiendo pertinencias. Se añade al encuentro familiar su exmarido, que va acompañado de su novia, su antigua psicoterapeuta que perdió a un cliente, pero ganó un novio. Pronto sabremos que el exmarido tiene intereses espurios para no vender la casa que, en realidad, está a su nombre, cosa que Montse no sabe, o al menos eso parece antes desenlace del filme.  

Las relaciones entre Montse, su exmarido y sus hijos están presididas por traiciones, incomprensión, egoísmo y recriminaciones, resultando de ello una incomunicación entre sus miembros, insatisfacciones y, sobre todo por lo que se refiere a la protagonista, soledad. Las novias del exmarido e hijo contribuyen a dar más mal rollo, pues la primera propone un juego tipo de psicología que ayuda a aflorar las tensiones entres los personajes y la segunda comienza a cansarse durante el fin de semana del comportamiento inestable y un punto infantil del hijo de Montse. Por otro lado, el matrimonio de la hija hace aguas y tiene un amante italiano. Conforman, pues, un cuadro desolador en el que nadie parece ser razonablemente feliz.

Un acierto de la película es que, ante una situación que es un drama, ya que empieza por el macabro hecho de abandonar un cadáver que finalmente descubren los vecinos al cabo de dos o tres días, hay una parte de comedia que funciona muy bien dando lugar a momentos divertidos mientras se muestran las diferencias entre los protagonistas de la película. Además, combina bien el hecho que, ante un guion que en la última parte da pie a un escenario teatral, sí aprovecha lo que puede ofrecer el cine en el uso de más recursos narrativos en una escena en la que, ante un momento de tensión entre el hijo y la novia, se tiran en paracaídas; o la accidental desaparición de las dos niñas filmada en una cala, con la reacción angustiosa de su madre que se tira al mar y como luego son felizmente encontradas en un episodio que después sabremos responde a una manipulación de Montse.

Otro activo del filme es la labor interpretativa de los actores, todos muy buenos, destacando Emma Vilarasau aportando profundidad y matices como protagonista; pero la verdad es que todos lo hacen muy bien, tanto los catalanes María Rodríguez Soto, Enric Auquer, Clara Segura y José Pérez Ocaña, como los madrileños Alberto Sanjuan y Macarena García.

La película está dirigida de forma fluida, muy entretenida en todo momento e invitando a la reflexión. Supongo que ha sido un éxito porque es fácil que la mayoría del público empatice con alguno de los personajes. Sería difícil encontrar a alguien que no tenga reproches a efectuar a sus seres más allegados o que no vea reflejadas en sí mismo muchas de las debilidades de los personajes. Sobresale en la película el personaje de Vilarasau, y no habrá pocas madres que se identificaran con ese papel de madre abnegada, que no se siente correspondida y que vive en una incómoda soledad, al margen que el personaje es ambiguo en su exhibición de virtudes y defectos.

El final es un no final. Como si fuera el escenario de un teatro, los personajes van abandonando la casa tras momentos de gran tensión y se queda sola Vilarasau produciéndose de manera accidental un incendio. Sus hijos y exmarido regresan para, aunque abrazados, ver impotentes como se quema la casa familiar en la que pasaron muchos veranos. Parece que hay receptividad al contacto físico que propone Vilarasau a sus hijos mientras contemplan el fuego, y al que se suma incluso el exmarido, pero, como dice Joan Crawford en Johnny Guitar, cuando un fuego se apaga solo quedan las cenizas. No es posible hablar de final feliz, ni medio feliz.

Muy buena película. 

jueves, 25 de julio de 2024

ÚLTIMAS TARDES CON TERESA

 

En 1984, Gonzalo Herralde dirigió Últimas tardes con Teresa, con guion del propio Herralde, Ramón de España y Juan Marsé. Basada en la novela de este último, la película es una adaptación pasable pero que queda muy por debajo del original literario.

 Herralde dirige con oficio, pero su realización no ayuda a que nos metamos en la piel de los personajes, tan bien definidos en la novela mientras que en la película causan una mayor distancia. No ayudan los intérpretes, una Maribel Martín diez años por encima de lo que requería el personaje y un Ángel Álcazar que no me ha convencido en su caracterización del Pijoaparte. La película cuenta con actores, aquí secundarios, que ofrecen mejores prestaciones. Así, tenemos a Alberto Closas como padre de Teresa y José Bódalo como el tipo del Carmelo que da salida a las actividades delictivas del Pijoaparte.

Tal como las interpretaciones de sus dos protagonistas, la película resulta plana y el interés que despierta viene por el potente original literario escrito por Marsé. A pesar de todo, se ve con agrado mientras podemos buscar algunas localizaciones de Barcelona, recordar la Sala Apolo y La Paloma o escuchar la cuidada banda musical, con temas tan reconocibles como el negrito del Cola Cao o el Torero de Renato Carosone.

 

 

 

miércoles, 24 de julio de 2024

CLEO DE 5 A 7

 

Cleo de 5 a 7 es una película que se inicia en color, con unos colores muy vivos en los que se ven unas cartas del tarot y oímos el diálogo entre una tarotista y una mujer. La chica tiene problemas de salud y la tarotista no quiere ser contundente en sus vaticinios, pero se revela finalmente la carta de la muerte. Pasamos ya al blanco y negro con los rostros de las dos mujeres y como Cleo, cantante de éxito, muy guapa y vestida de forma sofisticada, abandona la consulta. A partir de ahí, en tiempo real, la acompañaremos durante unas dos horas en una tarde en la que se inicia el solsticio de verano en París, mientras espera que sea la hora de ir a conocer el resultado de unas pruebas médicas.

Cleo (interpretada por la guapísima Corinne Marchand) es una mujer frívola y coqueta que ha de lidiar con una situación para la que no está preparada. En el esplendor de su belleza, nunca había pensado en la muerte. A lo largo del filme recorrerá dos trayectos largos en coche con travellings sobre las calles parisinas acompañada de su asistenta y una amiga modelo a la que va a buscar a un taller de escultura. Oímos las noticias que dan por radio en los vehículos y está presente la muerte, tanto en los incidentes que se relatan de la situación en Argelia como en un accidente minero. Las conversaciones con sus acompañantes son más bien banales, no suponen ningún consuelo en el estado en que se halla y se siente vacía. No mejora su situación cuando está en su casa y pasa a verla, fugazmente porque tiene prisa, su amante con el que no comparte su inquietud, ni cuando viene su director musical que empieza a tocar piezas al piano para hacer pruebas de cara a nuevas actuaciones.

Y luego viene el punto de inflexión de la película. Deambulando por un parque, conoce a Antoine, un soldado que está de permiso, pero ha de volver en las próximas horas a Argelia. La superficialidad que había afectado a la protagonista en su trato con los demás cede aquí a una complicidad con el soldado. Hay una conexión entre ellos más por como afrontar una situación peligrosa que no por simplemente pasarlo bien, algo a lo que Cleo estaba acostumbrada hasta entonces. Hay un último viaje por la ciudad, pero esta vez en autobús, cuando el soldado le propone acompañarla al hospital. El doctor no niega la gravedad de la situación, está claro que las pruebas han revelado un cáncer, pero la anima a volver a visitarle y empezar el tratamiento. Antoine y Cleo empiezan a andar, se ha establecido una unión entre ellos, incierta eso sí, y lo último que hace la cámara es acompañarlos en ese paseo. Cleo ha cambiado y, como prueba de ello, a mitad de película, estando aún en su casa, deja una peluca que llevaba hasta entonces. Desde aquel momento, tiene otra relación con la realidad que ha provocado la enfermedad y el resto de película lleva su pelo natural, conociendo poco después a Antoine.

Dirigida por Agnés Varda, es una película con mucha personalidad y, temporalmente, coincide con los primeros trabajos de Godard y Truffaut por lo que se la ha adscrito a la nouvelle vague, aunque Varda ocupó un espacio marginal y su reconocimiento ha ganado con el tiempo.  Aquí Varda utiliza muchos recursos fílmicos, son preciosos los travellings en las calles parisinas, pero también planos cortos sobre el personaje o largos dejándola en medio de la muchedumbre. Y hace un homenaje al cine clásico mudo con un corto, de carácter cómico y por tanto cercano a Chaplin, introducido en medio del filme cuando Cleo está con su amiga en la cabina de proyección de un cine.

Es una película en la que, al igual que en Los paraguas de Cherburgo que dirigió su marido poco después, se deja sentir el tremendo peso que tenía en la sociedad francesa aquellos años la guerra de Argelia. Ya antes que salga el soldado los boletines de noticias radiofónicos dan cuenta de la sangre que cada día se vertía en esa parte del norte de África.

Como curiosidad, hay en la película cameos de Godard, Ana Karina, José Luis de Villalonga, Eddie Constantine y Michel Legrand como el músico que está en casa de Cleo probando nuevas canciones, siendo además el autor de la banda sonora.

Intensa, atrevida e importante película.

 

lunes, 22 de julio de 2024

LA BAHÍA DE LOS ÁNGELES

 

 

La bahía de los ángeles (1963) es la segunda película de Jacques Demy y fue interpretada por la gran Jeanne Moreau y un actor, Claude Mann, que se prodigó poco en cine.

Jean Fournier es un joven empleado de banca que es tentado por un compañero de trabajo sobre la posibilidad de ganar dinero fácil apostando a la ruleta, cosa que el colega ha hecho a espaldas de su mujer con buena y mala suerte. Le acompaña a un casino y allí aparece por vez primera en la película Jackie, una atractiva mujer, que es expulsada por haber hecho trampas y llama poderosamente la atracción de Jean.

En contra de los sabios consejos de su padre, de oficio relojero, Jean decide ir de vacaciones a Niza con el objetivo de jugar. No tardará en encontrar a Jackie, ludópata habitual de los casinos, que ha arruinado su vida divorciándose de su marido y abandonando a su hijo de tres años por el vicio irrefrenable de jugar.  Ambos intimarán siempre con el juego como motor que los une en los buenos momentos, cuando una buena racha hace que lleguen a ir a jugar a Montecarlo alojándose en un hotel de lujo, como en los malos, cuando son capaces de empeñar un reloj o pedir dinero a amigos y familiares para seguir jugando. Mientras Jackie es una mujer que ama el juego, Jean se ve atraído tanto con el juego como por la poderosa y seductora presencia de Jackie. De vuelta a Niza tras perder todo lo que habían ganado en Montecarlo, y en una situación límite de necesidad económica, Jean decide que no puede seguir ese ritmo y le plantea a Jackie abandonar Niza para regresar a París. Jackie le deja marchar mientras sigue en la mesa de la ruleta hasta que, como si tuviera un interruptor en el cerebro, algo le hace cambiar súbitamente de opinión alcanzando y abrazando a Jean fuera de la sala de juego.

La presencia de Moreau es poderosísima y Demy la transforma, con un look de rubia oxigenada y vestida con modelos de Pierre Cardin, en una auténtica belleza. Nunca estuvo más guapa y seductora Moreau en una pantalla de cine y actúa como una fuerza magnética para Jean, atraído tanto por la ruleta como por Jackie.

Ambos conforman una relación autodestructiva en una película muy simple narrativamente, con casi todo el metraje concentrado en los dos protagonistas a partir del cuarto de hora de película y mostrando sus altibajos en el juego, con pocos diálogos y utilizando las imágenes para mostrar el vértigo de los protagonistas por el juego y la fascinación de Jean por Jackie. En el primer cuarto de hora sí aparecen unos escenarios grises y urbanos, cuando Jean es tentado por su compañero para introducirse en el mundo de la ruleta y, de rebote, conocer a Jackie; mientras en el resto de la película destacan los exteriores, salvo cuando los protagonistas juegan en el casino, con la luminosidad del Mediterráneo en el paseo marítimo de Niza y en Montecarlo. Cabe remarcar, como en otros filmes de Demy, una banda sonora magnífica de Michel Legrand.

El final me ha gustado mucho. Todo apuntaba al final lógico en el que Jean, con un punto más de cordura o no siendo absolutamente dependiente del juego, dejara el juego y ello supusiera la ruptura con el personaje de Jackie que, además, le aventaja en unos diez años. Pero, después de que, tal como filma Demy la película, hayamos empatizado tanto con los personajes, en el fondo unos enfermos como todo aquel que tiene adicciones, nos complace el final rodado. Como dijo Godard, el cine es el fraude más hermoso del mundo. Y Demy es uno de sus mejores farsantes. 

viernes, 19 de julio de 2024

EL LARGO ADIÓS

 

Leo El largo adiós de Raymond Chandler y constató la gran diferencia que tiene respecto a la adaptación cinematográfica de Altman que vi hace unas semanas: Marlowe no es un justiciero.

Como es lógico, la trama de la novela es más compleja y la adaptación cinematográfica rescata, sobre todo, la idea inicial que Marlowe lleva a un amigo, Terry Lennox,  a la frontera mexicana y al día siguiente su mujer ha aparecido asesinada, mientras poco después el propio Lennox se ha suicidado en un pueblucho de mala muerte mexicano, cosa que provoca la detención por unos días de Marlowe acusando de complicidad en el asesinato; así como la figura del escritor de best sellers dependiente de los médicos especializados en desintoxicación alcohólica, interpretado en la película por Sterling Hayden, que en la novela muere asesinado por su propia mujer y no suicidándose como en la película. Todo lo demás es bastante diferente y Marlowe nunca se desplaza a México aunque, al final, efectivamente Lennox está vivo y es él quien vuelve a Los Ángeles.

Justamente, una de las características del Marlowe literario es el sentido leal de la amistad que, aunque también lo tiene en principio Gould en la película, lo pierde al final con el ajusticiamiento que efectúa.

Hacía años que no leía una novela de Chandler. Pero siempre da gusto volver a este gran escritor. Ritmo trepidante y una creciente intriga que provoca una aceleración en busca del final del libro y la resolución de la trama.

Y siempre es estimulante leer las agudas reflexiones de Marlowe, como cuando especula que se hubiera podido quedar en su lugar natal, algún estado interior, para llevar una vida convencional lejos de una gran urbe pero dice: Me quedo con la ciudad, grande, sórdida, sucia y deshonesta.

Y cuando dialoga con Bernie Ohls, más o menos un amigo policía que se implica en la resolución del caso hacia el final de la novela, realiza esta reflexión sobre la sociedad en la que vive:

Claro, mándame callar. No soy más que un ciudadano particular. Desengáñate, Bernie. Tenemos mafias y sindicatos del crimen y asesinos a sueldos porque tenemos políticos corruptos y a sus secuaces en el ayuntamiento y en la asamblea legislativa. El delito no es una enfermedad, es un síntoma. Los policías son como un médico que te da una aspirina para un tumor en el cerebro, excepto que el policía preferiría curarlo con una cachiporra. Somos un pueblo grande, primitivo, rico y desenfrenado y la delincuencia organizada es el precio que pagamos por la organización. Vamos a tenerla mucho tiempo. La delincuencia organizada no es más que el lado sucio del poder adquisitivo del dólar

jueves, 18 de julio de 2024

UN PEZ LLAMADO WANDA

 

Tras casi cuarenta años, veo Un pez llamado Wanda (1988), dirigida por entonces casi retirado Charles Crichton y con John Cleese que participó activamente como actor y guionista partiendo de una idea original suya.  Completaron el reparto su compañero en los Monty Phyton Michael Palin, junto al por entonces actor de moda Kevin Kline y Jamie Lee Curtis, alejada aquí de los gritos de la saga Halloween y luciendo su vena sex symbol.

Me gustó en su momento, me pareció una comedia muy divertida y creo que resiste bien el paso del tiempo pues me hizo reír en varias ocasiones. Se nota esa influencia del humor de los Monty Python, escenas de humor absurdo y disparatado, con momentos irreverentes y políticamente incorrectos. Lógicamente, es un humor suavizado pues hablamos de una película de Hollywood, lejos por tanto del salvajismo que imprimía a sus programas de TV y películas el célebre grupo inglés, pero que sigue funcionando bien hoy en día.

El papel de Cleese, como típico abogado inglés exquisito en sus formas y de escrupulosa moral, es de lo más divertido de la película, poniendo en ridículo una determinada idiosincrasia del inglés profesional liberal, pacato, reprimido y, finalmente, hipócrita. Michael Palin protagoniza los gags visuales de la comedia con su intento de matar a una vieja que ha sido testigo de la huida del atraco con que empieza la película, cargándose sucesivamente a los perros que lleva la anciana uno por uno hasta que a ella le da un ataque al corazón. Además, su papel de tartamudo y saco de golpes de los otros miembros de la banda también provoca momentos divertidos.

Kevin Kline está correcto en su papel de matón con pocas luces, pero pretendidamente intelectual, que combina, en su primera aparición, el tiro al blanco con la lectura de Más allá del bien y del mal. Y Jamie Lee Curtis se especializó en aquella época en ser actriz de comedia y demostró salir airosa ofreciendo una buena interpretación, fresca, atrevida y divertida.

Buena comedia.

lunes, 15 de julio de 2024

ESPAÑA 2- INGLATERRA 1

 

España ganó brillantemente la Eurocopa de futbol. Un entrenador sensato, que no quiere ser protagonista sino sacar el máximo rendimiento de sus jugadores, logró lo que no había hecho nadie: ganar los siete partidos del campeonato. Con un jugador tan importante y vital pero poco vistoso (Rodri), dos estiletes por banda desconocidos todavía en el futbol europeo ( Yamal y Wiliams), un media punta infravalorado pero que aúna creatividad y eficacia (Dani Olmo), dos laterales sólidos y contundentes ( Carvajal y Cucurella) y, en general, el oficio de todo el equipo, incluso los que jugaron menos, pusieron al equipo en la cima del futbol europeo cuando no aparecía en las quinielas como favorita antes de empezar el torneo.

En un uno por uno confrontando nuestros jugadores con los ingleses, probablemente España saldría peor parada. Pero el partido de ayer, y en general el campeonato, es para reivindicar la importancia del entrenador y como hacer las cosas bien, conjuntando a un equipo con un plan sólido, tal como hizo De la Fuente, frente a un entrenador como Southgate, incapaz de elaborar un buen futbol después de varios grandes torneos.

Hubo un gran seguimiento de la Selección también en Catalunya. Pusieron unas pantallas en el cercano parque de Vallparadis y vi centenares de personas, en su mayoría muy  jóvenes, yendo con ilusión a ver el partido portando banderas españolas y camisetas de la Selección. No obstante, algunos catalanes no se enteraron de la victoria de España. El Molt Honorable Sr. Josep Rull, president del Parlament y vecino de Terrassa, ayer estaba más interesado en otro deporte de masas, el ping-pong, y felicitó en X a Josep Madurell, campeón mundial de esta especialidad en la categoría de mayores de 85 años en un partido jugado en Roma. Una victoria justa, pues arrolló al suizo Horst Schwiegers por 3-0, pero con un poco menos de repercusión social que la victoria del equipo de De la Fuente.

Podríamos pensar que Rull, a pesar de ostentar un cargo representativo tan importante, es un pobre imbécil. Y realmente es así. Pero ignorando a la selección lo que hace también es ningunear a los centenares de miles de catalanes que ayer vibraron con la Selección. ¿Rull es el presidente de todos los catalanes o solo de algunos? Con este tipo de políticos se ahonda más en la fractura de la sociedad catalana, un suma y sigue de comportamientos irresponsables y grotescos (podríamos añadir el tema de los ayuntamientos que han puesto y los que no han puesto pantallas) que se incrementó de forma exponencial hace unos doce años y parece no tener fin.

 

sábado, 13 de julio de 2024

LAS CRIATURAS

 

Agnès Varda dirigió en 1965 Las criaturas, una película que mezcla el drama psicológico con la ciencia ficción, estando protagonizada por una pareja de actores tan potentes como Michel Piccoli y Catherine Deneuve. Curiosamente, Piccoli interpreta a un personaje que se apellida igual, si bien se llama Edgar, y Deneuve da vida a Mylene.

En el prólogo de la película, un matrimonio va en un descapotable, la mujer le dice que vaya con cuidado, pero él dice que controla la situación mientras conduce y, fuera de campo, se oye un estrépito y como el automóvil ha quedado hecho polvo al chocar con un árbol.

Posteriormente vemos que se han salvado del accidente, Edgar luce una herida en la frente sin ninguna otra secuela, pero Mylene ha perdido la capacidad de hablar y lleva una pizarra para expresarse por escrito. Edgar es escritor, de hecho, está escribiendo una novela en ese momento, viven en una pequeña población de la costa atlántica francesa y Mylene queda embarazada poco después.

Se empiezan a producir hechos extraños en la población, ligados al proceso de escritura. Mientras Edgar ve que hay una casa en la que vive un hombre que, por lo que luego le dicen los del pueblo, es como un ermitaño, dos vendedores de ropa de mercadillo acosan a Edgar, primero timándolo y luego asediando su casa dejando fuera de su casa un montón de sábanas junto a un gato negro. Intenta encontrar al dueño del gato muerto y, en el hotel del pueblo, lo acusan de haber matado él al gato.

Ante estos y otros hechos anómalos, Edgar sospecha del vecino de la torre con fama de ermitaño, que se llama Ducasse y accede a su casa ilegalmente con la ayuda de los dos vendedores. Entran en la casa, los vendedores huyen y Edgar se queda con Ducasse que le explica como puede controlar a las personas de forma remota, tiene como una especie de ajedrez con las figuras de los vecinos del pueblo y unas pantallas por las que ve en tiempo real qué hacen. Le propone jugar los dos a hacer y deshacer en la vida de la gente del pueblo, hasta que, días después, Ducasse provoca que el anciano dueño del hotel esté a punto de violar a una joven. Entonces Edgar empieza a destrozar toda la instalación, luchan los dos hombres y Ducasse cae desde una considerable altura, rompiendo una cristalera y muriendo.

En realidad, como espectadores vemos que todo ha sido una historia de ficción que escribía el propio Edgar pero, mientras se produce el parto de Mylene y necesita ayuda acudiendo al pueblo, descubre que el verdadero Sr.Ducasse se suicidó saltando desde el balcón de su torre y muriendo de la misma manera que en la historia de Edgar.

La verdad es que el guion podría asemejarse a alguno de la serie The Twilight zone, la línea entre realidad y ficción es siempre sinuosa, difícil de distinguir y que Ducasse sea encontrado en la misma posición en la que cayó tras la lucha con Edgar en la ficción contribuye a un golpe de efecto final, tan habitual en los episodios de la serie americana. Pero, de tanto jugar a la confusión, acabo yo mismo confundido y con la sensación de encontrarme ante una película ambiciosa, original, rompedora en su época pero que concreta poco en sus intenciones. Si el proceso de creación de Edgar en la novela es caótico, fruto de las caprichosas relaciones que, junto con Ducasse, repercuten en los personajes; la película misma es deslavazada, demasiado dispersa.

Curiosa, inconsistente, pero con el activo de tener a Piccoli y Deneuve. 

miércoles, 10 de julio de 2024

LAS MÁSCARAS DEL HÉROE

 

Después de haber leído Mil ojos tiene la noche, releo Las máscaras del héroe, y disfruto la novela igual que cuando la leí en los años 90.

De hecho, me parece una novela más atractiva Las máscaras del héroe porque el hecho que Fernando Navales tenga su némesis en el poeta exseminarista y anarquista Pedro Luis de Gálvez da mucha fuerza a la novela que, además de muchos personajes secundarios, cuenta así con dos verdaderos protagonistas. Aunque Navales sea el protagonista narrador de la historia, la presencia de Gálvez está latente incluso cuando no está físicamente en Madrid y se halla, real o supuestamente, luchando en Albania, trabajando en Barcelona o dedicándose al bandolerismo en Chile. Nihilista, miserable y engreído, de las putadas que Navales hace a Gálvez destaca la de expoliar su obra literaria, apoderarse de sus poesías y obras de teatro dedicándose a plagiarlas. En cambio, Gálvez es un personaje de aspecto y modos brutales pero que tiene un fondo de nobleza, especialmente hacia los demás escritores porque ama la literatura y no se aprovecha ni de dicha manifestación artística, ni de sus autores.

Otro aspecto que me gusta es que, así como Mil ojos tiene la noche abarca un período de dos años, en Las máscaras del héroe son casi tres décadas las que se cubren, desde la carta de Gálvez al director del penal de Ocaña que abre la novela, fechada en 1908, hasta noviembre de 1936, momento en que Gálvez perdona la vida a Navales cuando lo tiene encañonado, le regala una bala con la que suicidarse y lo deja a medio kilómetro del ejército franquista que asedia Madrid. Durante esos casi treinta años, De Prada da un repaso de la vida bohemia de Madrid y los acontecimientos históricos y políticos que tuvieron lugar en la capital. Sin menoscabo del interés que tiene la vida en el París ocupado por los alemanes en 1940 y 1941, todavía resulta más interesante el retrato de la bohemia madrileña y la aparición de diversos escritores: Pio Baroja, Valle Inclán, Armando Buscarini, César González Ruano, Ramón Gómez De la Serna o Emilio Carrere; hombres de otras artes: Buñuel, Edgar Neville, Lorca o Dalí; o políticos como Primo de Rivera, Sánchez Mazas o Azaña. 

Además, hay un personaje femenino potente, con presencia continua en la novela y es Sara, la novia de Navales con la que llega a convivir maritalmente, tiene un aborto y muere, por culpa de unas balas falangistas, en una refriega que se produce en una comuna. La relación de Navales con su novia permite exacerbar la vileza de Navales y sus actitudes canallescas.

Se confirma el gran recuerdo que tenía. 

martes, 9 de julio de 2024

LOS INDESEABLES

 

 

Después de haberme gustado mucho hace unos meses Los miserables, veo la nueva película de Ladj Ly, estrenada hace unos diez días y titulada Los indeseables. La verdad es que no está al nivel de su primera película, pero sí tiene cosas apreciables. Si Los miserables era una película planteada como un thriller policiaco contado de manera enérgica y con una creciente tensión, aquí se trata más de un drama social explicado con mucha menos eficacia narrativa.

El inicio de la película es muy bueno. En un barrio marginal de una ciudad francesa, una mujer musulmana negra ha fallecido en su domicilio y varios hombres luchan por descender el ataúd por la angosta escalera del edificio ya que el ascensor hace años que está estropeado. Enseguida tomamos conciencia de los problemas sociales que tiene lugar en las calles del barrio en las que se inicia la película.

La película se centra en dos personajes principales. Uno es el nuevo alcalde de la ciudad, de profesión pediatra, que toma el mando por haber fallecido su predecesor y que empieza con buenas intenciones, siendo receptivo con inmigrantes que vienen del conflicto sirio, aunque acaba tomando decisiones nefastas que afectan a inmigrantes de origen maliense. Su principal proyecto será una reestructuración urbanística que implica construir unas casas que no darán cabida a la demanda de la población, cosa de la cual es perfectamente consciente. Además, aprovecha el incendio en un bloque habitado por inmigrantes musulmanes para demoler todo el edificio, lo que deja en la calle a mucha gente en situación vulnerable nada más y nada menos que el día de Navidad, teniendo escasos minutos para salvar algunas pertenencias. El alcalde acabará siendo retratado como un político mediocre, soberbio, incapaz y autoritario, es decir, como muchos otros en Francia y en otros sitios de Europa.  

Luego está Haby, una archivera del municipio de origen maliense y directamente afectada por los desaguisados urbanísticos de la alcaldía, que se enfrenta al Ayuntamiento, encabeza una acción de protesta política y se postula incluso para alcaldesa. Su hermano, tremendamente enojado por el desalojo que han sufrido, se presentará en casa del alcalde para quemarla, cosa que provoca momentos de gran tensión hasta la llegada de Haby en que se relaja la situación, aunque la fractura social que Ly muestra es muy evidente.

A pesar de que hay escenas como la del desalojo bien filmadas y que resultan desgarradoras, el guion no acaba de funcionar. En Los miserables los personajes estaban muy bien dibujados, en pocas escenas se llegaba a personajes convincentes y bien definidos; en cambio, en Los indeseables hay una mayor dispersión, tanto en la definición de los personajes como en lo que se quiere contar y el resultado no acaba de ser satisfactorio.

Parcialmente fallida.

sábado, 6 de julio de 2024

LA CARTA

 

La carta (1940) es un soberbio melodrama dirigido por William Wyler con una Bette Davis que, tal vez, se encontraba en ese momento en su apogeo como actriz ya que era una estrella de la Warner y encadenó muchas películas seguidas, algunas igual de buenas.

En un gran inicio, un plano de una luna llena tapada por unas nubes presagia que va a pasar algo importante y, seguidamente, vemos un hombre que abandona una casa trastabillando mientras una mujer vacía las seis balas de un revólver sobre su cuerpo. La mujer (Bette Davis) justificará su acción diciendo que actuó en defensa propia para rechazar una agresión sexual, siendo creída de manera ciega por su marido (Herbert Mashall) y también por un amigo de la familia (James Stephenson) que actuará como abogado.

Las cosas se tuercen para Davis cuando, a través de oscuros intermediarios, llega a Davis y Stephenson la existencia de una carta comprometedora de la mujer ya que escribió ese día a la víctima para que la visitara en su casa. Stephenson paga por tener esa carta, pidiendo autorización a Marshall que, en principio, no da demasiada importancia a la carta al creer la versión de Davis diciendo que hacía venir a la víctima para asesorarse sobre un regalo que quería hacer a su marido.

El juicio sale bien y Davis es declarada no culpable, con los remordimientos de Stephenson que hace un gran trabajo, pero sabe que hay una prueba incriminatoria que no está en el sumario pues ha sido comprada de forma irregular. Posteriormente, el abogado fuerza que Marshall tome conciencia de lo que significaba la carta y Davis acaba admitiendo el crimen y, además, que sigue enamorada del hombre que asesinó. Una nueva escena de otra luna llena con nubarrones anticipa el ajusticiamiento extralegal por parte de allegados de la víctima.

Bette Davis está sobresaliente durante toda la película con esas miradas que nos permiten conocer la verdad, su apasionada relación y el engaño al que tiene sometido a su marido. Pero la pasión que siente por el hombre al que mató le impide seguir con el engaño y confiesa la verdad. Más que femme fatale de cine negro, y a pesar de que hay elementos de intriga y un asesinato por en medio, la película es un melodrama de manual. Amor y pasión son los sentimientos que manifiesta la protagonista pero, en cuanto a fidelidad y sinceridad, también es muy importante el personaje de Stephenson, que se debate entre la amistad que guarda con el matrimonio y sus deberes deontológicos como abogado. De hecho, es casi más interesante la relación entre Davis y su abogado que con su marido, tratada de manera más superficial ya que está al margen del engaño que ha supuesto la importancia de comprar la carta.

Wyler filma con elegancia y eficacia narrativa un género en el que destacó especialmente. Si realizó un western muy bueno como Horizonte de grandeza, o la multioscarizada película épica Ben-Hur, me parece que el género en el que mejor de desenvolvió fue el melodrama.

Gran película. 

jueves, 4 de julio de 2024

UN HOMBRE SIN PASADO

 

Un hombre sin pasado (2002) es otra gran película de Kaurismaki, con un punto de partida muy interesante y es la adaptación a la sociedad de alguien que ha perdido la memoria y no recuerda nada de su vida anterior.

M es un hombre que viaja en un tren con un maletín. Llega a Helsinki, sale de la estación y está sentado tranquilamente cuando es brutalmente atacado por un trío de desalmados que le roban y golpean de manera repetida en la cabeza. En el hospital no dan un duro por su vida, le llegan a dar por muerto, pero M se levanta y sale del centro sanitario. El problema que tiene es no recordar absolutamente nada de su vida anterior, habiendo perdido incluso su identidad pues no sabe su nombre.

Su readaptación a la sociedad se hará desde los estratos más desfavorecidos de la misma. Primero le ayudará una familia que vive con dos niños pequeños de manera muy precaria, cercanos a la exclusión social. Le ayudarán a buscar un sitio para vivir, una especie de hangar en el que el último habitante le dicen que murió congelado durante el último invierno y que controla, cobrando un alquiler, un vigilante de seguridad de la zona. Luego encontrará ayuda en el Ejército de Salvación, institución en la que conocerá a una mujer, Irma, con la que establecerá una relación amorosa.

La falta de identidad hace que desista cuando va a la oficina de ayudas sociales pues no puede rellenar el formulario; o no pueda abrir una cuenta bancaria en una entidad financiera para poder cobrar la nómina pues ha encontrado un trabajo en el que no se paga en metálico. Estas situaciones absurdas se refuerzan cuando, en el banco en el que quiere abrir una cuenta, entra un individuo armado con un rifle y atraca el banco, dejando a una empleada y M en la cámara acorazada.

Detenido por la policía por ser un posible cómplice en el robo, finalmente el hecho que su fotografía salga en los periódicos por el atraco posibilita que el cuerpo policial logre identificarlo. Le dicen quien es y donde vive su mujer. Tras dejar a Irma, acude a lo que es su hogar y del que no recuerda nada. Su mujer le dice que su relación estaba a punto de acabar, que tiene una nueva pareja y que su vida conyugal era muy tormentosa, con frecuentes discusiones. Lo que sí podemos apreciar, por el aspecto de la casa, es que M vivía con un nivel económico mucho más desahogado que en su momento actual. M regresa a Helsinki y retomará su relación con Irma en un final podríamos decir que feliz.

Además de su peculiar y ya conocido estilo, una narración directa y sin adornos, esta película de Kaurismaki destaca por el humor absurdo que trufa todo el metraje. Mientras el protagonista está en la cama del hospital, las máquinas llegan a emitir una línea plana en las pantallas de monitorización y los médicos le dan por muerto, pero entonces se levanta y abandona el hospital. Su relación con la familia que en principio le ayuda y sus contactos con el Ejército de Salvación, así como su noviazgo con Irma, tiene momentos cómicos e irónicos. Por ejemplo, aprovechando que, en el hangar en el que vive, tiene una máquina de tocadiscos como la de los bares que ha rescatado de la basura, educa musicalmente a los músicos del Ejército que pasan a tocar temas de rock & roll, más movidos que la música que empiezan tocando antes.

Su disparatada conversación en el banco con la empleada para abrir una cuenta finaliza cuando ella le dice que, de todos modos, es el último día que el banco está abierto porque ha sido vendido a una empresa de Corea del Norte. Entonces entra el atracador, que en realidad es un Robin Hood que se ha arruinado, pero que quiere recuperar los fondos de una cuenta que tiene bloqueada para pagar a los trabajadores que tenía y no dejarlos en la estacada. Así pues, se trata de un insólito atraco con conciencia social de un empresario. Y otro momento de humor será la absurda conversación entre el policía y un abogado defensor de oficio en que se utiliza un lenguaje legal ininteligible.

A través de este sentido del humor, vemos como Kaurismaki hace una crítica social muy aguda y la ayuda que necesita M no vendrá de la Administración, ya sea en sus oficinas de ayudas sociales, o dependencias policiales o judiciales. Encontrará su lugar en el mundo gracias a gente marginal, próxima a la exclusión social y, sobre todo, a Irma, modesta colaboradora del Ejército de Salvación.

Y luego está otra constante en muchas películas de Kaurismaki: la ternura. Hay una empatía por los personajes perdedores, desfavorecidos pero que siguen luchando e intentado salir adelante con el pequeño optimismo que representa esa vuelta de M para seguir con Irma. La solidaridad, generosidad y tolerancia que encuentra M es lo que da una segunda oportunidad a un hombre que, por lo que se intuye a través de la escena con su mujer, era una persona desgraciada que ha necesitado perder la identidad para intentar ser feliz con Irma.

Excelente película de Kaurismaki.

 

miércoles, 3 de julio de 2024

POLTERGEIST

 

Después de más de cuarenta años, veo Poltergeist (1982) de la que tenía buen recuerdo y me convence como película de terror de apreciable calidad.

En una casa de una familia de clase media en que el padre es agente inmobiliario y ha comprado una casa en la promoción en la que él mismo trabaja, empiezan a suceder cosas extrañas. La hija menor se queda enganchada a la pantalla de televisión, de la cual sale una extraña energía, y los elementos mobiliarios de la casa empiezan a moverse por sí mismos sin razón aparente. Las cosas se complicarán cuando la hija pequeña desaparece y es secuestrada por fuerzas que la llevan a otra dimensión. Los padres, tomando conciencia que esto no lo arregla la policía, llaman a un equipo a medio camino entre parapsicólogos y cazafantasmas que ayudan a recuperar a la niña. Hacia el final de la película se descubre el motivo de los extraños sucesos cuando el promotor inmobiliario confiesa que, para edificar el complejo que se iba a construir sobre un cementerio, solo trasladó las lápidas de las tumbas, pero dejó los cadáveres allí. No se puede molestar a los muertos, que tienen al menos el derecho a descansar en paz y de ahí nacen los males que sufre la familia.

La película tiene un buen inicio, mantiene la intriga y alcanza una buena progresión en la muestra del horror e inquietud que asola a la familia hasta desembocar en un torbellino de cadáveres que acechan a la familia y de la que, como es lógico, pueden zafarse en el último momento para abandonar su hogar, pasar la noche en un hotel y dejar en el pasillo a la televisión que es el primer medio a través del cual los muertos se habían manifestado. Me lo tomo como una crítica, acertada, al medio televisivo en que, frecuentemente, se desarrolla una corriente negativa, pero no a cargo de los muertos, sino de la gente que trabaja en las cadenas televisivas.

Si el hecho que haya desaparecidos que estén en otra dimensión ya es una idea que recuerdo como mínimo de episodios de The twilight zone, esta película se hizo muy popular en el género de terror, abandonando los asesinos en serie y recurriendo a explorar otras dimensiones, aquí gobernadas por los difuntos en un terreno relativamente virgen pendiente de explorar en el cine de terror. Los efectos visuales son primitivos comparados con lo que ahora se puede ver en una serie como Stranger things, pero aguantan con bastante dignidad y la película cuenta con una buena banda sonora del reputado Jerry Goldsmith.

El guion es inteligente y Hooper maneja bien la situación. El inicio es intrigante y, poco a poco, se incrementa la angustia de la familia desde que la niña es secuestrada y el final, aunque pueda parecer desmedido con la cantidad de cadáveres campando a sus anchas, a mi me parece adecuado y coherente con el desarrollo del filme y las intenciones de los autores.

Buena película de terror. 

lunes, 1 de julio de 2024

CHARADA

 

Stanley Donen dejó los musicales para hacer una película cercana a las propuestas de Hitchcock, una persona común que se ve inmersa en un hecho delictivo dando lugar a una situación de intriga explicada en clave de comedia.

Charada (1963) es una historia que se inicia en los Alpes. Allí, Reggie Lampard (Audrey Hepburn) va a pedirle el divorcio a su marido, pero éste ha sido arrojado antes de un tren según se ve al final de los títulos de crédito. De vuelta a París, es informada por un miembro de la embajada americana (Walter Mathau) que su marido ha sido asesinado y que, junto a otros cómplices, había robado 250.000 dólares. Empiezan a aparecer diferentes hombres que quieren quedarse ese dinero pensando que lo tiene Reggie, entre ellos un hombre que ella conoció en la estación de esquí, Peter Joshua (Cary Grant). A partir de aquí se suceden diversos equívocos, con los hombres que persiguen el dinero no fiándose unos de otros y cayendo asesinados, todo ello mientras Grant y Hepburn se enamoran y llega un desenlace final bastante previsible.

Si Hitchcock tenía en Cary Grant a uno de sus actores favoritos para este tipo de papeles, Donen también cuenta con él en esta película. Pero, por lo que se refiere a la protagonista femenina, Donen cambia las rubias hitchcokianas por la elegante Audrey Hepburn. La película se apoya en el magnetismo de estas dos estrellas, pero destaca un conjunto de secundarios que dan mucha consistencia a la película: Walter Mathau, George Kennedy, James Coburn y Ned Glass.

La película es vistosa, resulta entretenida, aunque el final sea muy previsible, pero se queda a mucha distancia de las mejores obras de Hitchcock de las cuales es deudora. Donen no consigue dar una tensión a la relación entre Grant y Hepburn como la que tenía el gran actor inglés con Eva Maria Saint o Grace Kelly. Y la puesta en escena de Hitckcock resulta muy difícil de superar. Hay más cine en la secuencia de Cary Grant en Con la muerte en los talones, yendo a una cita en medio de un solitario cruce de carreteras desierto para ser asesinado, que en toda Charada.

Así que, de manera inevitable, y tal vez injusta, comparo esta película con  Con la muerte en los talones y se queda muy por debajo. En cualquier caso, hay que comprender que Donen experimentara, después de comprobar que el cine musical había muerto, otro tipo de películas y se le debe agradecer el esfuerzo que da lugar a una película agradable de ver.

MÁS RÁPIDO QUE EL VIENTO

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