jueves, 4 de julio de 2024

UN HOMBRE SIN PASADO

 

Un hombre sin pasado (2002) es otra gran película de Kaurismaki, con un punto de partida muy interesante y es la adaptación a la sociedad de alguien que ha perdido la memoria y no recuerda nada de su vida anterior.

M es un hombre que viaja en un tren con un maletín. Llega a Helsinki, sale de la estación y está sentado tranquilamente cuando es brutalmente atacado por un trío de desalmados que le roban y golpean de manera repetida en la cabeza. En el hospital no dan un duro por su vida, le llegan a dar por muerto, pero M se levanta y sale del centro sanitario. El problema que tiene es no recordar absolutamente nada de su vida anterior, habiendo perdido incluso su identidad pues no sabe su nombre.

Su readaptación a la sociedad se hará desde los estratos más desfavorecidos de la misma. Primero le ayudará una familia que vive con dos niños pequeños de manera muy precaria, cercanos a la exclusión social. Le ayudarán a buscar un sitio para vivir, una especie de hangar en el que el último habitante le dicen que murió congelado durante el último invierno y que controla, cobrando un alquiler, un vigilante de seguridad de la zona. Luego encontrará ayuda en el Ejército de Salvación, institución en la que conocerá a una mujer, Irma, con la que establecerá una relación amorosa.

La falta de identidad hace que desista cuando va a la oficina de ayudas sociales pues no puede rellenar el formulario; o no pueda abrir una cuenta bancaria en una entidad financiera para poder cobrar la nómina pues ha encontrado un trabajo en el que no se paga en metálico. Estas situaciones absurdas se refuerzan cuando, en el banco en el que quiere abrir una cuenta, entra un individuo armado con un rifle y atraca el banco, dejando a una empleada y M en la cámara acorazada.

Detenido por la policía por ser un posible cómplice en el robo, finalmente el hecho que su fotografía salga en los periódicos por el atraco posibilita que el cuerpo policial logre identificarlo. Le dicen quien es y donde vive su mujer. Tras dejar a Irma, acude a lo que es su hogar y del que no recuerda nada. Su mujer le dice que su relación estaba a punto de acabar, que tiene una nueva pareja y que su vida conyugal era muy tormentosa, con frecuentes discusiones. Lo que sí podemos apreciar, por el aspecto de la casa, es que M vivía con un nivel económico mucho más desahogado que en su momento actual. M regresa a Helsinki y retomará su relación con Irma en un final podríamos decir que feliz.

Además de su peculiar y ya conocido estilo, una narración directa y sin adornos, esta película de Kaurismaki destaca por el humor absurdo que trufa todo el metraje. Mientras el protagonista está en la cama del hospital, las máquinas llegan a emitir una línea plana en las pantallas de monitorización y los médicos le dan por muerto, pero entonces se levanta y abandona el hospital. Su relación con la familia que en principio le ayuda y sus contactos con el Ejército de Salvación, así como su noviazgo con Irma, tiene momentos cómicos e irónicos. Por ejemplo, aprovechando que, en el hangar en el que vive, tiene una máquina de tocadiscos como la de los bares que ha rescatado de la basura, educa musicalmente a los músicos del Ejército que pasan a tocar temas de rock & roll, más movidos que la música que empiezan tocando antes.

Su disparatada conversación en el banco con la empleada para abrir una cuenta finaliza cuando ella le dice que, de todos modos, es el último día que el banco está abierto porque ha sido vendido a una empresa de Corea del Norte. Entonces entra el atracador, que en realidad es un Robin Hood que se ha arruinado, pero que quiere recuperar los fondos de una cuenta que tiene bloqueada para pagar a los trabajadores que tenía y no dejarlos en la estacada. Así pues, se trata de un insólito atraco con conciencia social de un empresario. Y otro momento de humor será la absurda conversación entre el policía y un abogado defensor de oficio en que se utiliza un lenguaje legal ininteligible.

A través de este sentido del humor, vemos como Kaurismaki hace una crítica social muy aguda y la ayuda que necesita M no vendrá de la Administración, ya sea en sus oficinas de ayudas sociales, o dependencias policiales o judiciales. Encontrará su lugar en el mundo gracias a gente marginal, próxima a la exclusión social y, sobre todo, a Irma, modesta colaboradora del Ejército de Salvación.

Y luego está otra constante en muchas películas de Kaurismaki: la ternura. Hay una empatía por los personajes perdedores, desfavorecidos pero que siguen luchando e intentado salir adelante con el pequeño optimismo que representa esa vuelta de M para seguir con Irma. La solidaridad, generosidad y tolerancia que encuentra M es lo que da una segunda oportunidad a un hombre que, por lo que se intuye a través de la escena con su mujer, era una persona desgraciada que ha necesitado perder la identidad para intentar ser feliz con Irma.

Excelente película de Kaurismaki.

 

miércoles, 3 de julio de 2024

POLTERGEIST

 

Después de más de cuarenta años, veo Poltergeist (1982) de la que tenía buen recuerdo y me convence como película de terror de apreciable calidad.

En una casa de una familia de clase media en que el padre es agente inmobiliario y ha comprado una casa en la promoción en la que él mismo trabaja, empiezan a suceder cosas extrañas. La hija menor se queda enganchada a la pantalla de televisión, de la cual sale una extraña energía, y los elementos mobiliarios de la casa empiezan a moverse por sí mismos sin razón aparente. Las cosas se complicarán cuando la hija pequeña desaparece y es secuestrada por fuerzas que la llevan a otra dimensión. Los padres, tomando conciencia que esto no lo arregla la policía, llaman a un equipo a medio camino entre parapsicólogos y cazafantasmas que ayudan a recuperar a la niña. Hacia el final de la película se descubre el motivo de los extraños sucesos cuando el promotor inmobiliario confiesa que, para edificar el complejo que se iba a construir sobre un cementerio, solo trasladó las lápidas de las tumbas, pero dejó los cadáveres allí. No se puede molestar a los muertos, que tienen al menos el derecho a descansar en paz y de ahí nacen los males que sufre la familia.

La película tiene un buen inicio, mantiene la intriga y alcanza una buena progresión en la muestra del horror e inquietud que asola a la familia hasta desembocar en un torbellino de cadáveres que acechan a la familia y de la que, como es lógico, pueden zafarse en el último momento para abandonar su hogar, pasar la noche en un hotel y dejar en el pasillo a la televisión que es el primer medio a través del cual los muertos se habían manifestado. Me lo tomo como una crítica, acertada, al medio televisivo en que, frecuentemente, se desarrolla una corriente negativa, pero no a cargo de los muertos, sino de la gente que trabaja en las cadenas televisivas.

Si el hecho que haya desaparecidos que estén en otra dimensión ya es una idea que recuerdo como mínimo de episodios de The twilight zone, esta película se hizo muy popular en el género de terror, abandonando los asesinos en serie y recurriendo a explorar otras dimensiones, aquí gobernadas por los difuntos en un terreno relativamente virgen pendiente de explorar en el cine de terror. Los efectos visuales son primitivos comparados con lo que ahora se puede ver en una serie como Stranger things, pero aguantan con bastante dignidad y la película cuenta con una buena banda sonora del reputado Jerry Goldsmith.

El guion es inteligente y Hooper maneja bien la situación. El inicio es intrigante y, poco a poco, se incrementa la angustia de la familia desde que la niña es secuestrada y el final, aunque pueda parecer desmedido con la cantidad de cadáveres campando a sus anchas, a mi me parece adecuado y coherente con el desarrollo del filme y las intenciones de los autores.

Buena película de terror. 

lunes, 1 de julio de 2024

CHARADA

 

Stanley Donen dejó los musicales para hacer una película cercana a las propuestas de Hitchcock, una persona común que se ve inmersa en un hecho delictivo dando lugar a una situación de intriga explicada en clave de comedia.

Charada (1963) es una historia que se inicia en los Alpes. Allí, Reggie Lampard (Audrey Hepburn) va a pedirle el divorcio a su marido, pero éste ha sido arrojado antes de un tren según se ve al final de los títulos de crédito. De vuelta a París, es informada por un miembro de la embajada americana (Walter Mathau) que su marido ha sido asesinado y que, junto a otros cómplices, había robado 250.000 dólares. Empiezan a aparecer diferentes hombres que quieren quedarse ese dinero pensando que lo tiene Reggie, entre ellos un hombre que ella conoció en la estación de esquí, Peter Joshua (Cary Grant). A partir de aquí se suceden diversos equívocos, con los hombres que persiguen el dinero no fiándose unos de otros y cayendo asesinados, todo ello mientras Grant y Hepburn se enamoran y llega un desenlace final bastante previsible.

Si Hitchcock tenía en Cary Grant a uno de sus actores favoritos para este tipo de papeles, Donen también cuenta con él en esta película. Pero, por lo que se refiere a la protagonista femenina, Donen cambia las rubias hitchcokianas por la elegante Audrey Hepburn. La película se apoya en el magnetismo de estas dos estrellas, pero destaca un conjunto de secundarios que dan mucha consistencia a la película: Walter Mathau, George Kennedy, James Coburn y Ned Glass.

La película es vistosa, resulta entretenida, aunque el final sea muy previsible, pero se queda a mucha distancia de las mejores obras de Hitchcock de las cuales es deudora. Donen no consigue dar una tensión a la relación entre Grant y Hepburn como la que tenía el gran actor inglés con Eva Maria Saint o Grace Kelly. Y la puesta en escena de Hitckcock resulta muy difícil de superar. Hay más cine en la secuencia de Cary Grant en Con la muerte en los talones, yendo a una cita en medio de un solitario cruce de carreteras desierto para ser asesinado, que en toda Charada.

Así que, de manera inevitable, y tal vez injusta, comparo esta película con  Con la muerte en los talones y se queda muy por debajo. En cualquier caso, hay que comprender que Donen experimentara, después de comprobar que el cine musical había muerto, otro tipo de películas y se le debe agradecer el esfuerzo que da lugar a una película agradable de ver.

UN HOMBRE SIN PASADO

  Un hombre sin pasado (2002) es otra gran película de Kaurismaki, con un punto de partida muy interesante y es la adaptación a la sociedad ...