sábado, 13 de julio de 2024

LAS CRIATURAS

 

Agnès Varda dirigió en 1965 Las criaturas, una película que mezcla el drama psicológico con la ciencia ficción, estando protagonizada por una pareja de actores tan potentes como Michel Piccoli y Catherine Deneuve. Curiosamente, Piccoli interpreta a un personaje que se apellida igual, si bien se llama Edgar, y Deneuve da vida a Mylene.

En el prólogo de la película, un matrimonio va en un descapotable, la mujer le dice que vaya con cuidado, pero él dice que controla la situación mientras conduce y, fuera de campo, se oye un estrépito y como el automóvil ha quedado hecho polvo al chocar con un árbol.

Posteriormente vemos que se han salvado del accidente, Edgar luce una herida en la frente sin ninguna otra secuela, pero Mylene ha perdido la capacidad de hablar y lleva una pizarra para expresarse por escrito. Edgar es escritor, de hecho, está escribiendo una novela en ese momento, viven en una pequeña población de la costa atlántica francesa y Mylene queda embarazada poco después.

Se empiezan a producir hechos extraños en la población, ligados al proceso de escritura. Mientras Edgar ve que hay una casa en la que vive un hombre que, por lo que luego le dicen los del pueblo, es como un ermitaño, dos vendedores de ropa de mercadillo acosan a Edgar, primero timándolo y luego asediando su casa dejando fuera de su casa un montón de sábanas junto a un gato negro. Intenta encontrar al dueño del gato muerto y, en el hotel del pueblo, lo acusan de haber matado él al gato.

Ante estos y otros hechos anómalos, Edgar sospecha del vecino de la torre con fama de ermitaño, que se llama Ducasse y accede a su casa ilegalmente con la ayuda de los dos vendedores. Entran en la casa, los vendedores huyen y Edgar se queda con Ducasse que le explica como puede controlar a las personas de forma remota, tiene como una especie de ajedrez con las figuras de los vecinos del pueblo y unas pantallas por las que ve en tiempo real qué hacen. Le propone jugar los dos a hacer y deshacer en la vida de la gente del pueblo, hasta que, días después, Ducasse provoca que el anciano dueño del hotel esté a punto de violar a una joven. Entonces Edgar empieza a destrozar toda la instalación, luchan los dos hombres y Ducasse cae desde una considerable altura, rompiendo una cristalera y muriendo.

En realidad, como espectadores vemos que todo ha sido una historia de ficción que escribía el propio Edgar pero, mientras se produce el parto de Mylene y necesita ayuda acudiendo al pueblo, descubre que el verdadero Sr.Ducasse se suicidó saltando desde el balcón de su torre y muriendo de la misma manera que en la historia de Edgar.

La verdad es que el guion podría asemejarse a alguno de la serie The Twilight zone, la línea entre realidad y ficción es siempre sinuosa, difícil de distinguir y que Ducasse sea encontrado en la misma posición en la que cayó tras la lucha con Edgar en la ficción contribuye a un golpe de efecto final, tan habitual en los episodios de la serie americana. Pero, de tanto jugar a la confusión, acabo yo mismo confundido y con la sensación de encontrarme ante una película ambiciosa, original, rompedora en su época pero que concreta poco en sus intenciones. Si el proceso de creación de Edgar en la novela es caótico, fruto de las caprichosas relaciones que, junto con Ducasse, repercuten en los personajes; la película misma es deslavazada, demasiado dispersa.

Curiosa, inconsistente, pero con el activo de tener a Piccoli y Deneuve. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

MÁS RÁPIDO QUE EL VIENTO

  Más rápido que el viento (1958) es un western que tiene muchos puntos atractivos. Dirigido por un competente Robert Parrish, vi que en el...