jueves, 30 de marzo de 2023

 EL HAMBRE


Acabo el libro de Martín Caparrós. Va combinando planteamientos generales con capítulos dedicados a las zonas del mundo a las que ha viajado: Níger, India, Bangladesh, USA, Argentina, Sudán del Sur y Madagascar. 

Caparrós explica muchas cosas. Una muy clara es que hay suficiente comida en el mundo como para que nadie tuviera que pasar hambre pero, en el mundo más rico, una gran parte de la población come más de lo que necesita y de lo que le conviene. Hace unos meses quiso introducir el ministro de consumo, Alberto Garzón, una reflexión sobre la inconveniencia de comer mucha carne, irracional desde el punto de vista de la cantidad de forraje que necesita el ganado y nada saludable pues aumenta las enfermedades cardiovasculares. Al margen que el Ministerio de Garzón no tenga razón de ser y que debiera ser una Secretaría de Estado del Ministerio de Sanidad, el debate era necesario. Por motivos políticos y económicos se desacreditó a Garzón y acabo haciéndolo el propio presidente del Gobierno. Así que no se puede hacer un debate serio sobre una forma de alimentación insostenible desde varios puntos de vista cuando al partido de la oposición sólo le interesa desgastar al Gobierno, y los lobbies del sector cárnico defienden sus intereses con uñas y dientes. .

Efectivamente, hay comida para todo el mundo. Pero no con las estructuras políticas y socioeconómicas actuales, que en el fondo son más o menos las mismas desde el siglo XVIII. No hay comida para todo el mundo en unas condiciones de desigualdad que se dan a nivel global pero también en algunos países desarrollados. Así, cuando habla de su propio país, Argentina, vemos que hay dos velocidades. Una parte de la población tiene un nivel de renta lo bastante alto como para tirar a la basura gran parte del consumo que aún puede ser aprovechado, y una parte del país vive al lado de los vertederos de basura para poder acceder a esas migajas. En un estado como el argentino, con un potencial de producir alimentos, tanto cárnicos como cereales, tan grande es evidente que  algo falla. Bueno, falla una clase política corrupta desde que se independiza el país y es víctima de un neocolonialismo que parece sempiterno. Pero este fenómeno también pasa en USA o en la misma Europa. Recuerdo los documentales de Agnés Varda, Los espigadores y la espigadora, de hace unas dos décadas, en los que se veía la cantidad de alimento que se desperdicia en Francia. 

Hay que reconocer, como dice Caparrós, que muchísima gente ha salido de la pobreza y del hambre en las últimas décadas, pudiendo acceder a una alimentación digna. Centenares de millones de chinos y indios lo han podido hacer y han equiparado su consumo alimenticio al de los países desarrollados. Pero justo esto provoca más tensión en los precios y que los que menos tienen y formen parte de estados más débiles y depauperados, como todos los del Sahel por ejemplo, más sufran y estén subalimentados. 

Y el futuro no pinta bien. Los países desarrollados, y los emergentes como China o Brasil, van tomando posiciones en zonas sobre todo del continente africano. Caparrós pone como ejemplo Madagascar donde una nación como China, con 1.500 millones de habitantes y que no puede por su propia producción alimentarlos, va tomando posiciones para controlar el potencial agrícola del país, de la misma manera que hicieron estadounidenses y europeos en muchos otros países pero sin la hipocresía de decir que les venden un modelo a imitar, un estado democrático con derechos y libertades. Los chinos no tienen en que mentir, su modelo es dictatorial e impresentable pero eso es lo de menos. 

Otra nación que se posiciona para proveerse de alimentos es Arabia Saudita. Con unos limitadísimos recursos productivos, que han menguado por la sobreexplotación de los pocos acuíferos que tienen, necesitan importar mucha cantidad de alimentos para una población significativa, de unos 30 millones de habitantes. 

Cada vez habrá menos tierras productivas, las sequías serán persistentes,  la población sigue creciendo, y luego está el tema de las materias primas que han llegado al pico máximo de producción o llegarán en los próximos años (petróleo, gas, cobre, uranio, ...). Ya sea Arabia para alimentar a su gente, ya sea Francia con intereses en Níger por el control del uranio, ya sea ... evidentemente, van a haber muchas tensiones en los próximos años. Y recordemos que tenemos ahora mismo una guerra en Europa que también ha impactado en el mercado de los alimentos al bloquearse durante un tiempo las exportaciones de grano ucraniano. . 

También se puede hacer una reflexión interesante sobre los subsidios que los agricultores y ganaderos reciben en USA y Europa. En la Unión Europea, está lo que cuando estudiaba Instituciones de Derecho Comunitario se llamaba, y se llama aún, PAC (Política Agraria Común). Hay que reconocer la verdad: mantener a nuestros agricultores en un nivel suficiente de bienestar, a base de que sus productos estén subvencionados,  significa condenar al hambre a productores de otros países subdesarrollados.

Y, ¿qué podemos hacer? No mucho. Prácticamente nada. 


domingo, 26 de marzo de 2023


EASY RIDER

Creo que vi Easy Rider a finales de los años 80 en lo que entonces era el cine Moderno de Barcelona, en la calle Girona. Y no la había vuelto a ver desde entonces, hace unos 35 años aproximadamente.

Inmenso actor, Dennis Hooper realizó algunas películas y, desde luego, ésta es la más conocida, un hito para la América contracultural de los años 60 y que dio origen a icónicas imágenes de los protagonistas con las Harleys y el casco de capitán América. 

No recordando por haberlas visto también hace como tres décadas Colors y The Last movie, me parece que Easy Rider está por debajo de una película de Hooper que me parece extraordinaria, la salvaje Out of the blue, pero paso un buen rato viéndola. Despojada del aura mítica que pudo tener para mucha gente por el mero transcurso de varias décadas, veo la película como una especie de oda cinematográfica a la libertad, unos personajes que a través de la road movie buscan ser libres y no pueden escapar al trágico destino de una América que no creo que haya cambiado mucho desde los años 60. Más bien diría que ha empeorado. 


 

NUMAX PRESENTA

Hace ya mucho tiempo que compré en la calle Tallers un DVD doble con los dos documentales de Joaquim Jordà sobre la fábrica Numax: Numax presenta y Veinte años no es nada.  Y me decido a ver el primero. 

Numax es una fábrica de electrodomésticos en situación apurada en el inicio de la transición a causa de una mala gestión que desembocó en una suspensión de pagos. Los trabajadores, después de un período de huelgas y despidos, decidieron intentar salvar la empresa creando un modelo de autogestión que duró unos dos años hasta que se produjo el cierre definitivo de la empresa. Antes de cerrar, y con 600.000 pesetas que quedaban en la caja de resistencia, se pusieron en contacto con Jordà para hacer el documental. 

El documental tiene una pequeña parte en color, sobre todo en la primera parte del metraje, en que se teatralizan las reacciones de los capitalistas de la empresa. La cámara filma el escenario en plano fijo y muy de lejos , con lo que no se distinguen sus facciones y sólo se oye lo que dicen y la manera de desentenderse de la empresa. 

El grueso de la película está rodado en blanco y negro ( que siempre es más realista según decía Samuel Fuller) y, con mucha cercanía, los auténticos protagonistas de la historia explican sus vivencias, sus discrepancias y como no pudo ser posible salvar la empresa mediante la autogestión, tanto por factores externos pero también internos pues no era fácil aunar los intereses y circunstancias de un grupo de gente que sumaban algunos centenares y estaban integrados por profesionales de distintas categorías laborales. 

Jordà remata de manera brillante el final del documental con una fiesta-despedida, filmada en color, y en la que un grupo musical, del nivel artístico de la orquesta de los Guacamayos en El extraño viaje, ameniza la velada con el tango Adiós muchachos La raspa. La gente se resigna a no poder seguir en Numax, se les ve con ganas de tirar adelante con el paro que van a recibir y, en general, algunos manifiestan no querer volver en puestos de trabajo que se desarrollan en una cadena de montaje.

Al parecer, el documental no tuvo buena recepción en su momento. Fue estrenado el 1 de mayo de 1980 en la Filmoteca de la Generalitat, entonces ubicada en la calle de la Cera, en el lugar donde había estado el cine Padró y delante del mítico bar-quiosco Antonio. Fue atacado por considerar que era un documental que mostraba la derrota de la clase obrera y esos ataques tanto provinieron de sindicatos tradicionales como UGT y CCOO o partidos como el PSUC ( en el documental hay un momento en que se critican los Pactos de la Moncloa) como por algunos de los trabajadores de Numax.

No creo que el documental fuera pesimista ni especialmente agrio, ni tan solo al final que de hecho, y aun asumiendo la derrota que supone el cierre,  acaba de forma festiva. La cuestión que podía molestar a muchos era poner en tela de juicio los límites a los que tenía que enfrentarse la clase obrera en el nuevo status quo propiciado por la transición y el advenimiento de la democracia. 

sábado, 25 de marzo de 2023

 ¿CARGILL?



Voy leyendo el libro "El hambre" de Martín Caparrós. Como el objetivo del blog era anotar cosas que me llamaran la atención, básicamente en libros y películas que pueda disfrutar, es hora de decir alguna cosa sobre el libro aunque no la haya acabado. 

Me llama la atención y me indigna lo que leo acerca de la especulación sobre el precio de los alimentos. Muchas veces se habrá especulado con el precio de los alimentos a lo largo de la historia pero parece que, de manera intensiva, el capitalismo financiero se ha lanzado a hacerlo desde hace no muchos años. Explica Caparrós que, más o menos sobre 2008 y con la crisis desatada en aquellos años, los tiburones financieros vieron que podía ser un gran negocio especular con el precio de los alimentos vendiéndolos a futuro,  Se trata de vender un kilo de soja a un precio determinado para dentro de un año y especular con el beneficio si ese kilo vale menos. Claro, puede valer más, pero entonces se reservan una opción de compra y asumen perder sólo el precio de esa opción, 

Con las cosas de comer no se juega. Pero no son de esa opinión estos financieros que, sin moverse de un despacho y desde la pantalla de su ordenador, pueden estar continuamente creando productos para buscar plusvalías ajenos a los efectos negativos que su intromisión puede causar en el mercado alimentario, llegando a provocar hambrunas en países subdesarrollados. 

El hecho de que el capitalismo financiero especule sobre cualquier cosa de la que pueda sacar provecho es harto conocido, pero es especialmente repugnante que lo pueda hacer con productos de primera necesidad como trigo y soja existiendo países con millones de habitantes subalimentados 

Hay varias empresas que se dedican a estos quehaceres. Y una es Cargill, nombre que no había oído en mi vida. Explica Caparrós que es la mayor empresa privada del mundo (no cotiza en bolsa) y que, en 2008, coincidiendo con una gran crisis alimentaria, aumentó sus beneficios de 2.400 millones de dólares a 3.600, 

Investigo un poco por internet. En la wikipedia se dice que es una corporación multinacional de origen estadounidense, que se dedica a la agroindustria con sede central en Minnesota. Tiene una posición dominante en varios productos, como la carne, el café, chocolate... Y ha comprado un montón de empresas agroalimentarias en el continente americano, sobre todo en Centroamérica. Aunque la adquisición que más me atrae por el nombre es haber comprado la empresa colombiana Pollos Bucanero. Como producto alimentario, Bucanero yo lo asociaba a los pastelitos de mi infancia. 

Entro en su web. Realmente, están muy cerca, su cuartel general se ubica en Sant Cugat del Vallés, Pero tienen oficinas en Mequinenza, Martorell, Barcelona, Reus, Zaragoza, ...

Por la información que hay en la web, veo que no hay que preocuparse con esta gente. Su compromiso es ayudar al mundo a prosperar, construir un futuro más sólido y sustentable para la agricultura, Dedican apartados específicos de la web explicando como ayudan a nutrir al mundo y a proteger el planeta. Y veo la foto, que encabeza este post, de un campesino  con rasgos asiáticos muy feliz realizando sus tareas agrícolas.  

Pero veo un artículo de la BBC y confirmo mis sospechas que está más cerca de la verdad Caparrós que no la web de Cargill. Esta empresa ha jugado el rol de intermediario, comprando cosechas a agricultores y vendiéndolas en el mercado internacional. Pero, a partir de ahí, han tocado cada vez más teclas en sus negocios empresariales. La empresa fue fundada en el siglo XIX por William W.Cargill y se cuentan hasta 14 multimillonarios entre sus descendientes.  Las cosas les van bien.

Cargill es un gran imperio económico que ha recibido diversas críticas. Han comprado materias primas a proveedores que violaban derechos humanos en África. Han contaminado el aire y el agua en diversos países en los que operan y han colaborado a deforestar amplias zonas del continente americano, especialmente en el Amazonas, para poder plantar soja y desplazando a comunidades indígenas. 

En fin, un asco de gente. Si esa soja, a partir de las zonas que deforestan, sirve para el consumo humano o ganadero ya sería cuestión que merecería otro post. 

Pero un último apunte para que no se me olvide: Cargill es uno de los mayores proveedores de carne de MacDonald's.


jueves, 23 de marzo de 2023

 


WICHITA

A pesar de que Jacques Tourneur  realizó westerns, no fue en este género donde consiguió crear alguna de sus obras magnas. Tenemos a "Retorno al pasado" en el género negro, "El halcón y la flecha" en aventuras y "La mujer pantera" en el fantástico. Y, en el western, no dio ninguna película comparable a las mencionadas que son de las mejores en los géneros citados. 

No obstante, "Wichita" es una película que se ve con agrado. El argumento se centra en Wyatt Earp, interpretado por Joel MacCrea, un hombre de armas que llega a Wichita decidido a hacer negocios pero tiene que retomar el oficio de sheriff ante la llegada de una banda de ganaderos, auténticos hooligans, que desestabilizan la paz en la ciudad. 

El ritmo de la película no decae, Tourneur maneja bien el Cinemascope (tanto en las primeras escenas en campo abierto como en las calles de la población la mayor parte del metraje)  y explica la historia de forma convincente. Earp no tiene que luchar sólo contra los descerebrados vaqueros sino también contra los caciques locales, dispuestos a sacrificar seguridad ciudadana por los ingresos que comporta la llegada de vaqueros con sus rebaños a la ciudad. 

 Pero los personajes no acaban de funcionar. MacCrea fue un actor más bien mediocre pero aquí, además, ya estaba bastante mayor y cuesta mucho de ver que tenga una historia de amor con una jovencísima Vera Miles que aparece un tanto despistada en pantalla. La historia de amor no funciona ni genera ningún tipo de tensión. Tampoco aparecen personajes secundarios que tengan demasiado interés, ni siquiera el joven que interpreta a Bat Masterson tiene gran peso en la acción. 

Así pues, "Wichita" es un western entretenido pero fue una lástima que Tourneur no dos diera un "Retorno al pasado" en este maravilloso género. 

lunes, 20 de marzo de 2023


 

EVERYBODY NEEDS SOMEBODY

"Tierras lejanas" es un western de Anthony Mann, con guion de Borden Chase, rodado en 1954 y que, en Italia, vemos que tuvo el mismo título solo que cambiando el número. 

La película trata de uno de los temas claves en la historia del western: un grupo de personas, aquí mineros, que quieren fundar un asentamiento estable, una ciudad. Y se mencionan las dos construcciones clave para ellos, por un lado una escuela y, por otra, una iglesia. Pero ya sabemos que el asentamiento de la civilización, de un lugar con ley y orden, nunca sale gratis. Gannon es un personaje, interpretado de manera excelente por John McIntire, que actúa como único poder en la zona y se dedica a ejercerlo de manera arbitraria e intimidatoria rodeado de un grupo de matones  y de una atractiva mujer de negocios turbios llamada Ronda Castle, y que está interpretada por Ruth Roman.

La comunidad de mineros necesita de un hombre diestro con las armas que sea capaz de enfrentarse a Gannon e imponer la ley posibilitando la viabilidad de ese asentamiento urbano. El único hombre capaz de hacer eso es Jeff Webster, interpretado por el siempre elogiado James Stewart, un hombre misterioso que transita por la zona con un socio ya de avanzada edad, papel a medida del enorme Walter Brennan.

Webster es un individualista nato, dice que prácticamente no dice nunca la palabra gracias y siempre busca en primer lugar sus objetivos que pasan por ganar dinero y marchar con su socio a Utah para retirarse en un rancho. 

Frustrado su intento de abandonar el territorio, y víctima de una emboscada en la que es asesinado su socio, quedará malherido y sólo podrá sobrevivir y seguir adelante gracias a la ayuda que le presta la comunidad, en especial un personaje llamado Renne Valon que es una chica joven y enamorada de un Webster que no la corresponde. 

Tomando conciencia que no puede inhibirse de la situación insostenible de los mineros frente al autoritarismo déspota de Gannon, se producirá el enfrentamiento con Webster con el previsible triunfo del último que, a su vez, espolea al resto de la comunidad a expulsar a los secuaces de Gannon del territorio. 

No obstante, el final parece ambiguo. A pesar que el último plano es uno de Webster y Valon, no sabemos si un hombre que se ha mostrado radicalmente individualista y desinteresado respecto a la vida comunitaria podrá establecerse como un vecino más. Y tampoco parece que el final suponga una unión marital entre los personajes ya que, en ningún momento de la película, Webster expresa ninguna atracción respecto a la chica. 

Stewart está espléndido en esa interpretación de héroes complejos propia de los otros westerns rodados con Mann. Acaba siendo un héroe a su pesar, pero héroe al fin y al cabo. 


 


sábado, 18 de marzo de 2023

 CAMBÓ (II)

En la última parte de la biografía, Borja de Riquer analiza los mecenazgos con los que Cambó  contribuyó a enriquecer la cultura catalana y es una actividad muy destacable merecedora de grandes elogios.

Por un lado, destacaría la Fundación Bernat Metge y su impecable colección de traducción de clásicos griegos y latinos que, al parecer, es de las mejores que se han desarrollado en Europa.  Por otro lado, cabe destacar su colección de cuadros, comprados casi todos en la década de los 20 y que Cambó ya adquiere pensando que Barcelona ha de ser una capital con una pinacoteca importante. Si bien la oferta museística de pinturas artísticas de Barcelona no está al nivel de grandes capitales como Madrid, París o Londres; sí es cierto que donó al Ayuntamiento de Barcelona algunas decenas de cuadros, sobre todo de pintura italiana de los siglos XIV i XV,  y que  ahora se encuentran en el Museu Nacional d'Art de Catalunya de Montjuich. La colección de Cambó, junto  a obras del románico catalán, hacen del MNAC un museo importante. 

De Riquer aborda también hacia el final del libro la faceta de hombre de negocios de Cambó. Lo que más me llama la atención es el casi arrepentimiento que expresa en su correspondencia privada por cómo ha tratado la compañía hidroeléctrica sobre la que cimentó su fortuna, la CHADE, a la nación argentina, reconociendo que se han comportado como si Argentina fuera una colonia. En los negocios Cambó fue un hombre hábil, pero también corrupto y preocupado que esa parte, al igual que su vida privada, quedará bastante tapada. 

En definitiva, Cambó era un hombre, como todos los homo sapiens, poliédrico, y la biografía aclara y expone tanto sus aspectos positivos como negativos con gran amenidad.

viernes, 17 de marzo de 2023


 

CAMBÓ (I)

Acabo la voluminosa biografía de Cambó escrita por Borja de Riquer, con casi novecientas páginas. Me parece una biografía muy bien documentada y que ha hecho un gran esfuerzo por ir al fondo del personaje, recurriendo extensamente a la abundante correspondencia que Cambó mantuvo con amigos, colaboradores políticos, artistas, escritores, etc. 

La primera conclusión de la figura de Cambó es tan obvia que, por conocida, no hubiera valido la pena leer el libro: Cambó es un catalanista que intenta conseguir una autonomía política para Catalunya pero, al mismo tiempo, y dada su posición política muy conservadora sobre todo en el aspecto social, sus aliados naturales son los partidos dinásticos que conforman una derecha española reaccionaria y anti-catalana.

Leyendo el libro, una de mis primeras impresiones es lo actuales que me parecían muchas páginas. Por un lado, el catalanismo se mostró casi siempre fuertemente dividido. Y, cuando una de las facciones ha tenido poder o ha estado cerca de tenerlo, ha sido posibilista pero, cuando ha estado lejos del poder, ha adoptado posturas maximalistas e irracionales. Al parecer, esa es la constante del catalanismo político y, dado que  despega el vuelo a nivel de representación electa con las primeras apariciones de Cambó en la primera década del siglo XX, y visto lo visto hasta este 2023, se puede concluir que el vuelo ha sido, en expresión que utilizaba Josep Pla, gallináceo.

La actividad política de Cambó claramente va de más a menos. Se muestra muy activo hasta 1923, siendo incluso ministro dos veces e interviniendo activamente en la política tanto española como catalana, y logrando seguramente el mayor éxito con la constitución de la Mancomunitat en 1914. Pero el golpe de Miguel Primo de Rivera le deja sin margen de actuación política y sólo será capaz de maniobrar en los dos últimos años del reinado de Alfonso XIII, una vez caído Primo de Rivera, y en algunas fases de la II República. Además, tiene la desgracia de caer enfermo de un cáncer de garganta en 1930, un año en que podía haber tenido un papel más activo y le lastró dicha enfermedad.  

Cambó pasa, de ser un político imprescindible en el juego parlamentario de Madrid y teniendo diversas audiencias con Alfonso XIII, a un figura irrelevante en la década de 1940, en un autoexilio marcado por la impotencia de no poder hacer política al haber ganado la guerra Franco, al cual él donó generosas aportaciones económicas e impulsó equipos propagandísticos a favor de la causa nacional, ubicados sobre todo en París. 

Es fácil juzgar a posteriori, pero su animadversión hacia la constitución de la República, que él siempre consideró un error, y su apoyo al general Franco son sus principales equivocaciones en su trayectoria política. También es cierto que, en otoño de 1936, cuando dona 10.000 libras esterlinas y crea los equipos de propaganda franquistas, nadie hubiera podido prever que aquel militar, mediocre y sin ningún carisma, iba a gobernar hasta agonizar en su lecho. Pero apoyar a Franco, y justificar que la guerra civil empieza con la victoria en febrero de 1936 del Frente Popular, constituye un craso error. 

A pesar de sus altibajos en sus relaciones con Alfonso XIII, Cambó es monárquico. Pretende una amplia autonomía para Catalunya , pero en ningún momento es partidario de la independencia y sí de buscar una relación bilateral con el Estado dentro de la monarquía borbónica. Y, posteriormente, su fuerte conservadurismo, compartido con los demás líderes de la Lliga, le lleva a aceptar como mal menor la dictadura de Franco. Lo importante para los seguidores de Cambó es recuperar el control de las fábricas, aun a costa de soportar la opresión sobre la lengua y cultura catalanas. En cambio, Cambó era un animal político y no podía soportar estar en Catalunya con las condiciones de Franco, es decir, dedicado exclusivamente a actividades privadas y empresariales. Así, languidecerá en Buenos Aires hasta su muerte en marzo de 1947 , justo un mes antes de un retorno a Barcelona que, de todos modos, hubiera tenido  un carácter provisional de un par de meses. 




jueves, 16 de marzo de 2023

 




ANGELES CON CARAS SUCIAS

Perdido una tarde por el CEX, encuentro un ejemplar en DVD de "Ángeles con caras sucias". Hago memoria y recuerdo haberla visto en el ciclo de cine negro que daban los martes por la noche en TVE en los años 1983-1984. La teníamos grabada en VHS así que es posible que la volviera a ver durante esa década. Pero tengo claro que hace más de treinta años que no la veo. 

La película me resulta muy entretenida y destaca un actor por el que siempre he sentido debilidad: James Cagney, aquí interpretando a un gángster, Rocky Sullivan, que vuelve al barrio donde creció y retoma su relación de amistad con el padre Jerry Connolly, interpretado por el olvidado Pat O'Brien. Sullivan y Connolly compartieron aventuras juveniles infringiendo la legalidad pero luego han tomado caminos diferentes, uno dedicado al crimen y cumpliendo condenas, y el otro dedicado al sacerdocio. Ambos se relacionan con unos jóvenes del barrio pero, mientras para ellos Sullivan es un héroe, Connolly intenta llevarlos por el buen camino y que se alejen de la delincuencia. Mención especial merece la aparición en el casting como secundario de Humphrey Bogart en un inusual papel de abogado pusilánime y corrupto. 

La película tiene, en gran medida, el nervio que tanto caracterizaba a Cagney. Sus interpretaciones son siempre vigorosas y electrizantes, contagiando al ritmo de la película que avanza sin caer en ningún momento en el aburrimiento bien dirigida por el siempre eficaz Michael Curtiz. Y beneficiándose del perfecto engranaje que había puesto en marcha la Warner para este tipo de cine, negro y con toque de protesta social, y que aún dio mejores frutos en "Los violentos años 20", realizada por Raoul Walsh un año después, en 1939. 

Lo más interesante del guion me resulta cómo retrata la amistad entre el gangster y el sacerdote. Connolly quiere de manera sincera a su amigo pero, un poco en la línea de Alida Valli y Joseph Cotten en "El tercer hombre", ha de escoger entre amistad o proteger a la comunidad. Y elige proteger a la comunidad, y en especial a los jóvenes admiradores de Sullivan, denunciando todas las tropelías del grupo del hampa en que está integrado Sullivan. Por su lado, Sullivan protege a Connolly ante los demás hampones que lo quieren liquidar  y ello desencadena el tiroteo de la última parte de la película. 

Y se llega al final de la película donde de nuevo se realza la amistad entre los protagonistas, fingiendo Sullivan que se acobarda justo antes de ser atado en la silla eléctrica y escuchando el ruego que le ha hecho previamente Connolly, con el objeto que su muerte no lo convierta en un mito ante esos ángeles con caras sucias a los que se refiere el título del film. Un momento final donde destaca un inspirado Curtiz resolviendo muy bien la escena, mostrando en sombras y luego en off los momentos finales de Sullivan en la silla  mientras la cámara se concentra en el rostro de Connolly. 


domingo, 12 de marzo de 2023

 







JOE , CIUDADANO AMERICANO

Estimulado por comentarios leídos en el último libro de Tarantino, busco en Amazon Prime y encuentro "Joe, ciudadano americano" , dirigida por John G. Avildsen en 1970. 
Y la impresión que tengo al ver la película es que me lo he pasado muy bien, me ha resultado entretenida y, de hecho, eso es lo más importante.
Además, creo que es una película con muchos puntos de interés. En 1970, ya se llevaban unos cuantos años en los EEUU con diversos problemas acaecidos por la lucha por los derechos civiles de la població negra y los movimientos contraculturales como el hippie y sus principios de pacifismo, uso de drogas y amor libre. 
En este contexto, y en la ciudad de Nueva York, una jovencísima Susan Sarandon es una chica de muy buena familia que tiene un novio heroinómano que, además de tratarla con indiferencia, y en su condición de pequeño camello, le da una dosis de una píldora que la lleva al hospital con una sobredosis. El padre de Sarandon, un alto ejecutivo de una gran empresa, se persona en el apartamento donde vivían para llevarse sus pertenencias y mata (más o menos) accidentalmente al camello. Por azar, compartirà el secreto de su crimen con un obrero de clase blanca, interpretado por Peter Boyle, que aparece en una primera escena en un bar escandalizado por los privilegios que tiene la población negra y su connivencia con los servicios sociales, mostrando su desprecio hacia los hippies  y pidiendo acabar con esa situación utilizando la violencia. 
A pesar de que las realidades económicas y sociales del ejecutivo y obrero son muy diferentes, como se ve en la cena que comparten con sus respectivas mujeres, sí están alineados en el desprecio a los cambios que experimentó el país en los años 60 y comparten una visión reaccionaria y la necesidad de enfrentarse con violencia para restituir su América, cosa que harán en un final violento y catártico. Como se pone en la leyenda del poster de la película: Keep America beautiful. No obstante, la limpieza de elementos nocivos que hacen tendrá trágicas consecuencias. 
La película recoge las tensiones que se irán acumulando en la década que estrena la película, los setenta, y que acabarán desembocando en la presidencia de Reagan, marcada por ese American First, que busca  preservar unos valores americanos tradicionales y reaccionarios y que ha llegado hasta nuestros días con Trump.  Y se hará un cine en los años 80 muy diferente del producido en la década de los 70. Si en los 70 convivirán películas reaccionarias del justiciero Bronson con una como la que ocupa este post; en los 80 vendrán Stallone,  Schwarzenegger y otros parecidos que harán películas en sintonía con lo que representaba el inquilino de la Casa Blanca. 
Joe, ciudadano americano es una película con un buen guion, con un gran Peter Boyle, amena y muy interesante como documento de una determinada época de los EEUU.
 






sábado, 11 de marzo de 2023

 


UN MILITAR DESARRAIGADO


Reviso "El hombre de Laramie", western dirigido por Anthony Mann en un ya lejano 1955. Como en otros westerns de Mann, lo que más me atrae es la composición del héroe. Hay diferentes matices pero siempre es una figura poliédrica, con contradicciones y que acaba convirtiéndose más en un antihéroe, casi siempre protagonizados por el gran James Stewart. 

En "El hombre de Laramie", Stewart es un militar ocupado en dar con el hombre que vendió una partida de rifles a los apaches y provocó una carnicería contra un destacamento de caballería del que formaba parte su hermano. De todos modos, casi no se alude a su condición de militar. Se hacen pequeñas insinuaciones y, al final de la película, se revela que su grado en el ejército es el de capitán. En cualquier caso, parece que distaría mucho de ser un militar al estilo de una película de Ford, comprometido fuertemente con la institución, ya que al principio de la película manifiesta que él "no es de ningún sitio".

La llegada de Stewart desencadena, a su pesar, una espiral de violencia que dará por finalizado el imperio ganadero de un gran terrateniente de la zona. De alguna manera, y aunque no mostrado de manera tan evidente, aquel territorio se preparará para la modernidad gracias a un hombre que está durante un breve tiempo, al igual que Alan Ladd cambiaba el territorio en que se asentaban los granjeros de "Raíces profundas"

Rodada en el territorio de New Mexico, "El hombre de Laramie" es un western apreciable, aunque un peldaño por debajo de otros westerns de Mann en los que hay personajes secundarios mejor dibujados y con más cargas de profundidad. Son demasiado convencionales los personajes del terrateniente, interpretado por Donald Crisp, su hijo y el personaje femenino interpretado por Cathy O'Donell. Más interesante es el personaje de Arthur Kennedy, arrastrado en una espiral trágica causada por su lealtad a Crisp y de la que no es capaz de salir airoso.  

En definitiva, un western interesante de una época dorada. 


jueves, 9 de marzo de 2023

CAMBÓ

 Leyendo la biografía de Cambó de Borja de Riquer. ¿Conclusiones? Esperaremos a acabar el libro para poder llegar a alguna conclusión. Si Zhou Enlai dijo, aproximadamente hacia 1970, que había pasado poco tiempo para sacar conclusiones de la Revolución Francesa, y dado que, de novecientas páginas, voy por la seiscientas, es prematuro sacar cualquier conclusión. 

MÁS RÁPIDO QUE EL VIENTO

  Más rápido que el viento (1958) es un western que tiene muchos puntos atractivos. Dirigido por un competente Robert Parrish, vi que en el...