lunes, 7 de abril de 2025

CADENAS ROTAS

 

Veo Cadenas rotas (1946) de David Lean, adaptación de Grandes esperanzas de Dickens. Como no he leído la novela, no puedo comparar, pero disfruto del gran narrador que fue Lean en una película muy bien rodada y con grandes actores en pantalla. El protagonista, llamado Pip, es interpretado por John Mills mientras que, en papeles secundarios destacan, entre otros, Alec Guiness como amigo y compañero de piso de Pip y una jovencísima Jean Simmons en el papel de Stella.

La película empieza con Pip, huérfano que vive con unos parientes en una herrería, que se encuentra con un fugitivo encadenado por los pies en el cementerio al que ayuda proporcionándole comida y una lima. A pesar de su ayuda, el fugitivo, Magwitch, es apresado. Luego vemos como Pip empieza a ir a casa de una dama de la localidad, la señorita Havisham, que vive amargada por haber sido plantada en el día de la boda, estando habitualmente en un salón sin que entre luz solar. En esa casa, reside también Stella, una joven de la cual Pip se enamora.

La historia da un salto, dejan de salir los actores juveniles, cosa que sustituye a Jean Simmons por Valerie Hobson en el papel de Estela, apareciendo John Mills para dar vida a Pip. Se presenta un abogado, el Sr. Jaggers, que informa a Pip que tiene un benefactor por el que puede disponer de una importante suma de dinero, con lo que se traslada a Londres para recibir una buena educación. Tras un tiempo largo, volverá a presentarse Magwitch en su vida, apareciendo de improviso en su casa londinense, revelándose como el misterioso benefactor y acosado por otro convicto lo que da lugar a una huida en barco, una escena de acción en la que primero muere en el río el enemigo de Magwitch y luego, ya en tierra, el propio benefactor. Tras esta muerte, Pip vuelve a su lugar de origen y, en la casa de la Sra. Havisham, se encuentra a Estela.

Ninguna escena sobra en una película de Lean que, como otras suyas, tiene un adecuado tiempo narrativo. Y, además, Lean era un gran cineasta que rodaba admirablemente bien muchas escenas. Así, tenemos la escena de la muerte de la Sra. Havisham, chamuscada tras un accidente a pesar de los intentos de Pip de apagar el fuego, o también aquella de como arriesga su vida Pip para salvar a Magwitch de las palas de un barco que lo va a aplastar, o el final en el que Pip abre las cortinas para que entre luz en una tétrica estancia ajena a luz solar por voluntad de la Sra. Havisham, logrando un giro final de Stella para llegar a un happy end. También el inicio es muy potente, en un sombrío y brumoso cementerio en el que Pip se encuentra con el evadido, le ayuda y luego este se enfrenta a otro convicto en una enemistad que no se resuelve hasta la escena final de acción en el río. Todo un ramillete de escenas rodadas con la intensidad y emotividad que Lean imprimía a la puesta en escena de sus películas.

Una película tan bien rodada y narrada que luce fresca 78 años después de ser filmada. Lean era muy grande. 

domingo, 6 de abril de 2025

BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE

 

Buenas noches y buena suerte (2005) es la película más reconocida como director de George Clooney y se trata de un filme bastante interesante.

La elección de rodar la película en blanco y negro le da una personalidad acusada en la voluntad de reflejar la época en que sucede la película: la década de los cincuenta en Estados Unidos. La banda sonora, un ramillete de grandes clásicos del jazz, también contribuye a centrar ese periodo histórico.

La película se inicia con un discurso que da el periodista Edward R. Murrow a la Asociación de directores de Radio y Noticias de Televisión en 1958. En ese discurso, Murrow advierte del potencial de la televisión para fomentar el debate público y no centrarse tan solo en ser un medio de entretenimiento.

Tras el inicio, la acción pasa a los años 1953 y 1954. Murrow, periodista ya de prestigio desde que realizaba crónicas periodísticas desde Londres en los años de la II Guerra Mundial, trabaja en el novedoso medio televisivo y se enfrenta al senador Mac Carthy en el momento de la caza de brujas. Con su equipo, defiende a un miembro de las fuerzas aéreas que es acusado de pertenecer al partido comunista por circunstancias familiares y no personales. Lograran que se le restituya en su posición en el ejército, pero la lucha contra el senador de Wisconsin prosigue, vertiendo este ultimo mentiras como que Murrow perteneció al sindicato izquierdista de trabajadores industriales. La presión existente también hace que unos miembros del equipo, recién casados, tengan que ocultar haber contraído matrimonio para salvar sus puestos de trabajo, así como provoca el suicidio de un compañero acusado de comunista.

Podríamos decir que Murrow vence en su cruzada contra MacCarthy y sus jefes no le censuran nunca un programa. Pero la batalla deja secuelas y, al final de la película, el directivo de la CBS le comunica que su programa pasará a tener otro formato y posición en la parrilla, dando lugar a que programas de entretenimiento ocupen la franja de más audiencia que tenía Murrow.

La película expone con claridad ese clima de terror y la lucha, bajo presión, de Murrow y su equipo. Tiene, por tanto, un valor histórico acercándonos a esa etapa de paranoia desatada por MacCarthy. Otra propuesta de la película es hacernos reflexionar sobre el medio televisivo. Si Murrow, en su discurso de 1958, mostraba su preocupación en apostar por el entretenimiento en el medio televisivo obviando programas que abordaran el análisis político y el clima social del país, ahora estaría horrorizado ante el panorama televisivo. No solo es que el contenido de entretenimiento se haya degradado hasta límites insoportables de zafiedad y vacuidad, sino que el medio televisivo ha servido de plataforma para hacer populares y, más tarde, electos a tipos como Trump o Milei, groseros, maleducados y mendaces. Sin su programa de El aprendiz en el caso de Trump, ni las incendiarias apariciones en televisión de Milei, no se entiende su popularidad y elección como primeros mandatarios de sus países. También aquí hemos tenido casos lamentables como el de Pablo Iglesias, otro producto de la televisión cuya aportación a la vida política del país da mucha más pena que gloria. Semiretirado de la política, lo vi hace poco en el pseudo debate 59 segundos clamando por aplicar delito de odio contra todo el que cuestionara que una mujer trans no debiera participar en competiciones deportivas femeninas. 

Después de 20 años de su rodaje, es una película que mantiene el interés.

viernes, 4 de abril de 2025

A TRAVÉS DEL HURACÁN

 

Jack Nicholson se implicó a fondo en A través del huracán. Trabajó en el guion y producción, además de interpretar el papel principal junto a Cameron Mitchell, dejando las labores de dirección a Monte Hellman. Así pues, parece que gastó bastantes energías en la película, pero el resultado es soso y discreto.

Rodada en 1965, es la historia de tres vaqueros que pasan la noche en los aledaños de una casa en la que se encuentra una banda de forajidos encabezada por el gran Harry Dean Stanton. Al día siguiente, una partida de miembros del cuerpo de seguridad del Estado los acorrala y no distingue entre los grupos cercándolos a todos. Mitchell y Nicholson logran escapar a través de un cañón y llegan a una granja en la que habita una familia. Se refugian allí pero también serán encontrados y solo el personaje de Nicholson logrará huir.

El guion es muy flojo. Poca interactuación entre los personajes, esbozados de manera muy ligera y desaprovechando también cuando los dos protagonistas se refugian en la granja en la que viven un matrimonio y su hija. No pasa nada resaltable, todo resulta anodino e incluso las escenas de acción son largas y tediosas.

Flojo western. 

jueves, 3 de abril de 2025

MIL OJOS ESCONDE LA NOCHE (II)

 

¿Tú crees que uno puede dejar de ser malo, si uno de lo propone? – pregunté a Ana María Sagi

Con esta frase empieza De Prada la segunda parte de su novela Mil ojos esconde la noche, que lleva como subtítulo Cárcel de tinieblas.  Y da la pista de a donde nos conducirán las aventuras de Fernando Navales durante su estancia en París desde el año 1942 a mediados de junio de 1944. Si el autor es un hombre profundamente católico, no es extraño que esta última parte de la novela pivote sobre la redención del resentido Navales, en gran parte gracias a Ana María Sagi, uno de los pocos personajes a los que no intenta putear en ningún momento e incluso se convierte en su benefactor.

Pero, antes de la redención, todavía Navales cometerá unas cuantas cerdadas mientras su influencia como gerifalte falangista va menguando con el curso de la guerra y los exiliados republicanos, que en los primeros años de la ocupación acudían a las exposiciones de arte que él organizaba, van mostrándose esquivos y renuentes a colaborar con él.

De Prada, por boca de Navales, narra cómo es el París de esos años, sometido a incursiones aéreas de la RAF cada vez más eficaces, con hostigamiento y detención de judíos con rumbo a campos de exterminio y la actividad cada vez mayor de la Resistencia que conllevaba las lógicas represalias alemanas. Dentro de ese contexto, destacan los esfuerzos del cónsul español Rolland por intentar salvar judíos con ascendencia española enviándoles por tren a España, mientras el pérfido comisario Pedro Urraca sigue causando el terror entre los exiliados.

Repiten muchos personajes de la primera parte, pero destaca por su sostenida relación con Navales la figura de César González Ruano, dedicado a actividades ilícitas, llegando a pasar unas semanas detenido por los alemanes y que, más tarde, logra abandonar Francia. También aparece un Gregorio Marañón que encauza su retorno a España una vez purgado el pecado de un discurso crítico que da en 1940 y un escrito falsamente atribuido a él por parte de Navales, así como un Picasso que sigue mereciendo el desprecio de Navales, el cual nos explica como humilla a sus amantes, así como que nunca le faltó carbón para encender la calefacción en un París sometido a grandes restricciones.

Las protagonistas femeninas de la novela son Ana de Pombo, bailarina y diseñadora con la que Navales llega a establecer una relación carnal y sentimental en contraste con las demás. Luego está la figura de María Casares, asediada por un comandante alemán y preocupada por su carrera de actriz, rechazando protagonizar El cuervo de Clouzot, pero participando en Les enfants du Paradise de Carné y Las damas del bois de Boolugne de Bresson.  Por otro lado, la relación con Ana María Sagi le conduce a conocer a Victoria Kent, ilustre republicana que vivió escondida en París hasta el final de la guerra y que no aparecía en la primera parte de la novela.

Como la primera parte, es un placer y un gran entretenimiento leer a De Prada, mezclando ficción y realidad para la que se ha documentado concienzudamente. Así, para resolver la trama de Navales con los demás personajes históricos realiza una conexión muy brillante aprovechando la figura del Dr. Petiot, otro de los muchos asesinos en serie que ha dado Francia y del que se sospecha que asesinó a unas sesenta personas, descubriéndose sus crímenes en marzo de 1944 para acabar detenido en noviembre de 1944.

Como dice el autor en las páginas finales en que explica qué parte es realidad, cuál es ficción, o aquellas otras en las que se permite efectuar suposiciones fundamentadas; su intención es narrar una tercera salida de Navales para rellenar el período que ahora tenemos vacío, desde 1936 a 1939, más allá de saber que trabajó como censor en Salamanca. Todo ello dice que lo hará en función de la respuesta que tenga esta última novela y a pesar de que entiende puede levantar susceptibilidades en determinados medios de la sociedad española. Esperemos que se cumpla lo que dice al final “… tal vez nos animemos a escribir algún día esa novela, aunque España siga siendo – tal vez más que nunca – ese “trozo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín”. Y la progenie de Caín siempre dispara con bala.”

martes, 1 de abril de 2025

LA VÍA LÁCTEA

 

La vía láctea (1936) es una de las últimas películas de Harold Lloyd y dio lugar a una nueva versión que, unos años más tarde, rodó Danny Kaye en una de sus películas más populares que se tituló El asombro de Brooklyn.

Dirigida por Leo MacCarey, la película es como una versión cómica de la posterior Más dura será la caída. Lloyd es un lechero que, por casualidad, noquea a un boxeador profesional que, junto a un colega, molestaban a la hermana, convirtiéndose en noticia periodística. Eso hace que un avispado y poco escrupuloso mánager, interpretado por Adolphe Menjou, se sirva de Lloyd para amañar combates y promocionarlo como nueva figura del boxeo, organizando una gira por diversas ciudades del país hasta un último combate con el título en juego.

La película, dirigida por Leo MacCarey solo un año más tarde que Sopa de ganso, es dinámica y explica esa trama del falso boxeador promocionado por un mánager desvergonzado, junto a la historia de amor de su hermana con uno de los boxeadores y también cabe un chico conoce chica para que Lloyd encuentre su media naranja. Así que la película explica bastantes cosas en un reducido metraje de unos 85 minutos, con situaciones bastante divertidas.

No obstante, queda claro que la comicidad de Lloyd aquí luce poco. Hay algunos gags visuales, pero tienen poca importancia en la película y la figura de Lloyd podría haberse sustituido por cualquier otro cómico de poco talento. Lo suyo no era buscar el efecto cómico a partir de los diálogos, siendo sus aportaciones más divertidas cuando boxea como si se tratara de un bailarín o su preocupación por el caballo que tira el carro con el que reparte leche, animal que da pie a uno de los gags más divertidos del filme cuando se las ingenia para hacerlo pasar como pasajero en un taxi.

Entretenida pero ilustrativa de la decadencia de Lloyd. 

domingo, 30 de marzo de 2025

ENSAYO DE UN CRIMEN

 

No se puede dudar que Ensayo de un crimen es una de las películas más personales de Buñuel, dando rienda suelta a algunas de sus obsesiones adaptando la novela La vida criminal de Archibaldo De la Cruz de Rodolfo Usigli.

El inicio es espléndido con ese niño malcriado, de familia de clase muy adinerada, que ve morir a su niñera por una bala perdida durante la Revolución mexicana mientras le explicaba un cuento y sonaba la melodía de una caja de música, quedando su cuerpo mostrando las piernas, con sus medias, al descubierto, resbalando la sangre y provocando la asociación en el niño de erotismo y muerte. Después del inicio, un intento de Archibaldo de asesinar a una enfermera provocando que esta huya y se precipite por el hueco de un ascensor da pie a que, en un flashback ante un juez, el protagonista le explique todos sus intentos, no consumados, de matar a una mujer.

A partir de aquí, la película pierde un poco de fuerza, aunque es una película divertida, llena de ironía y con elementos surrealistas. Estando el protagonista en una tienda de antigüedades, escuchar la melodía de la caja de música, extraviada tras el saqueo de la casa en el período revolucionario, será la espoleta para activar el recuerdo infantil y que surja la pulsión criminal de asesinar a una mujer para sentirse satisfecho. Los intentos se frustrarán, aparte de por la caída de la enfermera, por un suicidio en el caso de una mujer bastante atrevida con la que tontea y, tras casarse con la chica a la que pretender matar, porque es asesinada por un amante anticipándose a Archibaldo. Estas historias, narrativamente, no son demasiado fluidas, las interpretaciones son mediocres y, por ello, no estamos ante un gran Buñuel pero, en conjunto, se trata de una película muy agradable de ver para los seguidores del genio de Calanda.  No obstante, la película se resiente de un final que no me ha gustado. Tras escucharle el juez y decirle que vuelva por donde ha venido porque el pensamiento no delinque, su encuentro en un parque con el único personaje femenino con el que se ha relacionado y no ha muerto propicia un happy end decepcionante. Este personaje es Lavinia, una guía turística de americanos y de la cual Archibaldo hace un doble en forma de maniquí. Una de las mejores escenas de la película es, frustrado porque la iba a matar y la llegada de unos turistas yanquis lo impide, ver como introduce en un horno crematorio el maniquí.

Archibaldo se parece a otros protagonistas de Buñuel no consiguiendo lo que quiere con lo que no puede culminar sus obsesiones. Eso le acerca al personaje de Fernando Rey en Ese obscuro objeto del deseo o Viridiana, Arturo de Córdoba en Él o Paco Rabal en Nazarín.

Resulta curioso que, en una película de humor negro en el que se producen situaciones divertidas en torno a intentos frustrados de cometer homicidios por parte de Archibaldo, la actriz de origen checo Miroslava Stern, que da vida a Lavinia, se suicidara antes de estrenar la película lo que supuso una gran tragedia. Además, en la vida real fue incinerada como el maniquí que representa su figura lo es en la película. 

sábado, 29 de marzo de 2025

LA VIDA POR DELANTE

 

Una película de Fernando Fernán Gómez que hace tiempo que no veía es La vida por delante (1958), comedia que tuvo éxito en su época y dio lugar a una secuela titulada La vida alrededor.

Es una comedia divertida que trata la vida de dos jóvenes licenciados universitarios, él en Derecho y ella en Medicina, que se enamoran, se casan y viven unos tiempos difíciles por culpa de la inestabilidad laboral de él y las dificultades de ella para ejercer la medicina.

Como comedia la película funciona muy bien. El final es muy divertido con el accidente que tiene Analia Gadé con su biscúter y la presencia de ella y los camioneros en comisaría para dar versiones contradictorias sobre el siniestro. Es como un mini Rashomon y aquí también hay un testigo de los hechos, el gran Pepe Isbert, que cuando le dejan hablar resulta que es tartamudo y no le dio tiempo a decir que él no había visto nada por lo que le habían llevado a comisaría sin que pudiera aportar ningún dato. Pero hay más escenas divertidas, protagonizadas por los padres de los novios o por alguno de los trabajos en los que se emplea Fernán Gomez, como uno en que es profesor en una escuela de chicas; o también son divertidas algunas consecuencias que tienen para los enfermos las recetas o indicaciones que da la recién licenciada en Medicina, así como la luna de miel a la Costa Brava en la que, por diversos incidentes, tal como llegan han de volver a Madrid.  

Todo ello no empaña una visión corrosiva y crítica de aquella sociedad española que se empieza a abrir y en la que comienza el desarrollismo. El personaje de Fernán Gómez no encuentra una buena salida laboral pese a ser licenciado universitario, al igual que alguno de sus compañeros. Y, al margen de la discutible pericia como doctora de Gadé, tampoco es fácil para una mujer abrirse camino en el mundo laboral. En definitiva, un par de licenciados con dificultades incluso para conseguir un piso. Han pasado más de sesenta años, pero esta parte de la película sigue muy vigente. Si en El verdugo una escena muy divertida era ver como mostraban a la pareja protagonista un piso en construcción, pero en un estado ya relativamente avanzado, aquí les “enseñan” un piso indicándoles como será mientras la cámara enfoca un espacio abierto entre dos inmuebles en los que se supone se edificará más tarde.

Dentro de un gran plantel de secundarios, destaca aquí Manuel Alexandre, compañero de facultad de Fernán Gómez, pero triunfador tras los estudios y que parece más bien un play boy conduciendo en descapotable con compañía femenina.

Si en Fernán Gómez se puede detectar una influencia del neorrealismo italiano al mostrar la ciudad y del cine americano en el ritmo que le da a la película, también vemos cosas aquí que luego han aprovechado otros cineastas. No sé si Woody Allen conocía esta película, pero su manera de dirigirse a la cámara en Annie Hall es muy parecida a como lo hace Fernán Gómez en La vida por delante.

Gran clásico del cine español.

viernes, 28 de marzo de 2025

EL DOCTOR JACK

 

Veo otra película de Harold Lloyd, titulada Dr. Jack, realizada en 1922, justo un año antes de El hombre mosca. Y me llevó una pequeña decepción pues la encuentro bastante floja.

Una chica es atendida periódicamente por su doctor, llamado Ludwig von Saulsbourg, que se inventa que tiene diferentes enfermedades y la mantiene en un régimen de aislamiento, impidiendo incluso que entre la luz solar a la casa. Un familiar decide contactar con otro doctor y así aparece el Dr. Jackson (Harold Lloyd) que vive la medicina de manera vocacional, con altruismo y sentido común. Afortunadamente, arreglará la situación que ha creado el villano von Saulsbourg.

Lo mejor de la película es la aparición de Lloyd, que encadena algunos buenos gags, como uno desayunando mientras anda hacia el trabajo o cuando conduce un rato su automóvil. Es un médico de buen corazón, capaz de hacer un masaje a una muñeca cuando una niña le ha llamado diciéndole que la muñeca ha muerto, o actuar como cómplice con un niño que finge estar enfermo para no ir a la escuela. Y también actúa con sentido común, a una mujer mayor que está alicaída le receta que llegue su hijo, cosa que mejora su estado de ánimo y es la mejor medicina.

Tras la presentación de Lloyd, todo es más aburrido cuando conoce a la chica y, finalmente, la cuestión cómica se desplaza a que, aprovechando que un loco se ha escapado de un manicomio, el doctor se pone una peluca y unos colmillos para simular que es él, dando lugar a situaciones que serían la parte más cómica mientras se resuelve desenmascarar al Dr. von Saulsbourg. Lo que pasa es que esta parte pretendidamente más graciosa a mi no me ha divertido y, en conjunto, Dr. Jack está lejos del ritmo de El hombre mosca, una comedia divertidísima, con mucho más ritmo en cuanto a gags divertidos y mucho mejor visualmente.  

CADENAS ROTAS

  Veo Cadenas rotas (1946) de David Lean, adaptación de Grandes esperanzas de Dickens. Como no he leído la novela, no puedo comparar, pero...