martes, 9 de septiembre de 2025

VOTEMOS

 

Votemos es una película que proviene de una obra teatral y se desarrolla en un único escenario, un piso en el que se celebra una junta de propietarios para aprobar las obras del ascensor de la finca.  

La junta parece que acaba rápidamente, se aprueba el presupuesto en un ambiente de cordialidad entre los vecinos, pero, cuando el propietario del piso en que se celebra dice que va a alquilarlo a un compañero de trabajo que viene de un programa de inserción para gente con problemas de salud mental, eso abrirá la caja de los truenos por parte del sector de los vecinos más intransigentes.  Los prejuicios harán que, sin haber visto a ese nuevo vecino, se desate una histeria contra su llegada y se cambie la votación con el fin de que se suspendan las obras del ascensor y, el dinero destinado para estas, sirva para alquilar ese piso con el objetivo de que la persona aquejada de problemas de salud mental no llegue a residir nunca en ese inmueble. El propietario del piso, que da muestras de ser una persona débil y, según explica después, con graves apuros económicos tras un divorcio, accede a una votación tan extravagante. 

Dirigida por Santiago Requejo, autor también de un ingenioso guion, la película bascula entre la comedia y el drama, mostrando a una parte del vecindario como gente mezquina, intolerante e hipócrita. Gente, por otra parte, muy creíble y fácil de encontrar en cualquier comunidad.  

La película acaba con esa segunda votación, que se produce tras la llegada del supuesto nuevo inquilino, dando los vecinos un lamentable espectáculo y demostrando lo irracional que es una votación, uno de los estandartes de la democracia, en muchas ocasiones. Un giro final del guion da un punto de justicia poética a la película en forma de castigo para los vecinos.  

Destacan en el reparto Tito Valverde y Gonzalo de Castro, que son los que imprimen un mayor carácter a sus personajes. 

domingo, 7 de septiembre de 2025

ROMERÍA

 

Estrenan Romería, de Carla Simón, directora premiada en Berlín por Alcarràs y cuya otra película, Verano de 1993, no he visto por lo que no puedo opinar sobre toda la trilogía.

Me gustó más Alcarrás, mostrando ese mundo rural interior catalán en descomposición física y social, pero Romería me ha parecido una película sólida, contando una historia muy cercana a la directora al explicarnos cuando, al cumplir 18 años, fue a Vigo a conocer la familia de su padre, con el cual prácticamente no llegó a convivir y del que no tiene recuerdos. Sí tiene recuerdos de su madre, pero pocos ya que falleció cuando ella era muy pequeña tras haber regresado de Vigo a Catalunya, su país natal, al poco de dar a luz a la pequeña.

Las ganas de saber de la chica chocan con el hermetismo de sus tíos y abuelos, que ocultaron a su padre de su entorno, enfermo por haber contraído, en la década de los ochenta, la enfermedad del SIDA. Será gracias a la segunda generación, la de sus primos, que conozca algún detalle importante respecto a ese ocultamiento de una enfermedad que, para la familia, tenía un carácter vergonzante. Tan despistada está la protagonista que incluso desconoce que su padre murió en 1992, mientras que ella pensaba que había muerto en la década anterior.

Una vez explicado como se siente la protagonista en esa búsqueda de sus raíces, así como en qué manera conecta con gente con la que comparte vínculo sanguíneo pero son para ella unos desconocidos; Simon se toma la licencia de que la protagonista vea cómo era la vida de sus padres, utilizando a la propia actriz y a un actor que hace de su primo en la primera parte de la película. Esta parte de la película, a la que la directora rodea de un halo poético, me ha gustado. Por un lado, al igual que en toda la película, aprovecha muy bien los bonitos paisajes del litoral de Vigo con las islas Cíes y, por otro, frente a momentos bucólicos de la relación de sus padres, también pasamos a momentos duros viendo cómo se inyectaban heroína. El ambiente de aquellos años ochenta se deja ver en una escena en la que se recrea una fiesta de la época y como sus padres, junto a los demás participantes, bailan al compás del Bailaré sobre tu tumba de Siniestro Total.

Es una película equilibrada, que no aburre en ningún momento, narrando una historia intimista aunque con conexiones con la problemática social de una época y las dificultades de aceptación de unos hechos por parte de la familia de la chica, incluso cuando la acción ya transcurre al principio del siglo XXI.  Es destacable, por espléndida, la actuación de la joven Llúcia García en el papel protagonista. 

sábado, 6 de septiembre de 2025

CUENTA LAS HORAS

 

Cuenta las horas (1953) es un filme de serie B dirigido por el gran Don Siegel. La trama es recurrente en el cine policiaco y es la del falso culpable. Al principio de la película, vemos un doble homicidio y como todas las pistas, aunque ninguna concluyente, apuntan a un sospechoso. Un abogado interpretado por MacDonald Carey acepta el caso tras rechazarlo en un principio, al ver como el inculpado insiste en su inocencia, lo mismo que hace su abnegada esposa, interpretada por Teresa Wright, que está encinta. El abogado acaba incluso obsesionado por el caso, luchando por obtener nuevas pistas tras la primera sentencia condenatoria y posteriores apelaciones que no son estimadas. Su entrega por el caso le lleva a perder el resto de la clientela y compromete la relación con su novia. Mediada la película, se descubre quién es el verdadero asesino, un deleznable tipejo interpretado por Jack Elam.

La película es entretenida sin más. El guion es irregular y la resolución final es poco verosímil cuando, en la noche que van a ejecutar al reo, un barman del establecimiento al que acude Elam recuerda un detalle de franja horaria que el abogado logra que resuelva el caso.

Hay dos aspectos destacables el el filme. Uno es la maestría de Siegel para sintetizar, rodando de manera fácil y ágil, comprimiendo la historia en 74 minutos y consiguiendo, pese a un guion poco destacable, un filme que tiene solidez para verse de forma agradable. El otro aspecto a destacar es, en medio de un reparto anodino, la figura de un secundario de lujo como Jack Elam para imprimir carácter al filme con la composición de un repulsivo villano.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

RESISTIRÉ

 

El inicio del curso político se abre con la incertidumbre de ver si Sánchez es capaz, salvando las distancias, de resistir como lo hizo Hitler en su bunker, suicidándose cuando los soviéticos estaban a menos de medio kilómetro del mismo. Anteayer tuvo la desvergüenza de decir, para justificar los frentes judiciales que asedian a sus familiares, que hay jueces que se dedican a hacer política. Al margen de alguna peculiar manera de actuar del juez Peinado, hay sólidos indicios de delito en el caso de su mujer, hermano y Fiscal General. Como mínimo, en el caso de su mujer, aunque finalmente no se determine que haya responsabilidad penal, sí la hay política y personal por haber utilizado recursos públicos para la realización de actividades privadas. En el caso del Fiscal General, aunque fuera absuelto, siempre va a quedar la sombra de si cometió el delito al haber presuntamente borrado las pruebas. Por ello, y por aquello de la mujer del César, debiera marcharse del puesto que ocupa.

Por otro lado, ha enviado a Illa a parlamentar con Puigdemont en Bruselas, buscando la rehabilitación política del prófugo e intentando allanar el camino a unos Presupuestos que, de todos modos, parecen difíciles de sacar adelante pues no solo los ha de negociar con Junts, sino con toda la sopa de siglas que le dio su apoyo en la investidura.

No obstante, parece que Sánchez dejó clara su intención de resistir, incluso si no puede sacar presupuestos en toda la legislatura, obviando el fraude democrático que ello supone. Óscar Puente vino a decir que no pasa nada por no tener presupuestos, que mejor tenerlos pero que si el crecimiento del PIB supera el 2% eso demuestra que no son tan importantes. Minusvalorando el hecho de no tener Presupuestos, o miente por malicia o por ignorancia. Y no sé que es peor.

Tal vez Sánchez quiera en este curso hacer un homenaje póstumo a Manuel de la Calva y, aunque la tempestad sea de dimensiones colosales, resistir como cantaba el Dúo Dinámico. Pero la agonía política de este mediocre individuo, que parece ya afectado de una creciente megalomanía, es insoportable de aguantar y, como homenaje también póstumo, los españoles le tendríamos que cantar el Se acabó de María Jiménez. 

martes, 2 de septiembre de 2025

EL CEBO

 

El cebo (1958) es una coproducción hispano-suiza que tiene poco de española. Rodada en Suiza, la única presencia destacable en el reparto por parte hispana es Rosa María Salgado como madre de la niña que justamente hace de cebo, si bien hay algunos nombres hispanos en los títulos dentro de los apartados técnicos y el director, Ladislao Vajda, húngaro de nacimiento, trotó por media Europa, aunque se llegó a establecer en España y murió en Barcelona mientras rodaba un filme con Sara Montiel.

Se trata de un intenso thriller, bien rodado y con muchos puntos de interés. Una niña es salvajemente asesinada con una navaja de afeitar, con las mismas características de otros crímenes parecidos que sucedieron dos y tres años atrás. Las sospechas recaen sobre un vendedor ambulante que encontró el cadáver y vemos una cosa que la policía hace en todo el mundo: buscar un chivo expiatorio cuando no se encuentra al culpable. El sospechoso se derrumba y se ahorca en la prisión. Caso cerrado. Pero no es así porque el protagonista de la película, el policía interpretado por Heinz Ruhmann, sospecha que el asesino anda suelto y sigue investigando, aun cuando el peaje a pagar es abandonar el cuerpo policial y actuar solo.

Ha pasado gran parte de la película, hemos visto las consecuencias del salvaje crimen y aún no hemos conocido al asesino, por lo que es sobre los 45 minutos cuando, de forma inteligente por parte de los guionistas, aparece el culpable y, en la línea de algunas películas de Peter Lorre, vemos la vulnerabilidad del asesino, aquí un débil mental, dominado por su madre y que fue interpretado por Gert Froebe, famoso sobre todo por ser el Goldfinger de la película de James Bond rodada unos años más tarde.

Es más destacable la primera parte de la película, con los detalles de la investigación y como el policía descubre, a través de unos dibujos, que el asesino regala chocolatinas a las niñas,  lo que le dará un hilo para tirar de él y llegar al culpable. La parte final, con la muerte del culpable que se resiste a ser detenido, es más previsible pero hay una última buena escena cuando el policía, con un guiñol que tenía el asesino, preserva de la inocencia a la niña a la que ha hecho servir como cebo.

Muy buen thriller. 

VOTEMOS

  Votemos es una película que proviene de una obra teatral y se desarrolla en un único escenario, un piso en el que se celebra una junt a ...