Leo con horror que la guerra más violenta del mundo se está dando ahora mismo en Sudán, una guerra civil que viene de hace unos años, calculándose unos 150.000 muertos (aunque se cree que es una cifra corta), 4 millones de refugiados y 12 millones de desplazados. En los últimos días, se habla de unos 2.000 asesinatos en tres días. Un panorama, si cabe, más aterrador que el vivido en Gaza durante un período de tiempo similar, unos dos años.
Si la intervención de Colau, Thunberg , la diputada de la CUP que se ausentó del trabajo que le pagamos todos, etc. formando una flotilla fue, según ellos, decisiva para el precario alto al fuego que ahora mismo tiene lugar en Gaza, ¿por qué no hacen lo mismo ahora y se trasladan a Sudán? Allí también ahora se requiere de igual forma la ayuda humanitaria que llevaban en los buques con los que navegaron por el Mediterráneo y sus buenos oficios para que se firme la paz.
Colau es un ser repugnante y lo peor de todo es el supremacismo moral que exhibe. Se apuntó, junto a otras activistas vedettes como Thunberg, a la flotilla sabiendo que sería detenida y tratada de manera, si no amable, sí correcta por parte de las autoridades israelíes. Ya se podían imaginar que no las alojarían en el Hilton, e incluso que fueran bastante bordes, pero ningún integrante ha acreditado, desde un punto de vista médico, malos tratos. Colau vale lo mismo que el código ético de su partido que, al parecer, estudian cambiar para que se pueda volver a presentar a la alcaldía, o sea, nada.
Como manifestación de su superioridad moral, ella y su gente (que pueden abandonar sus quehaceres diarios, cosa que la mayoría no podemos) interrogaban a los demás diciendo ¿qué estáis haciendo por Palestina? Sería el momento de, tras enseñarle dónde está Sudán en un mapa y explicarle la situación, preguntarle: ¿por qué no eres coherente y montáis una expedición para salvar vidas humanas en Sudan?
 
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