Hace
unos meses, hubo una reacción histérica en las redes sociales a causa del fichaje
de Thomas Heurtel por el Barça de básquet. Ciertamente, el base francés es un
jugador que ha salido mal de varios sitios, incluyendo la selección de su
propio país, pero el rechazo de produjo por el hecho de que había negociado con
el Real Madrid mientras aún vestía de blaugrana en una etapa anterior, hace
creo que tres temporadas. No está de más decir que la reacción del club tampoco
estuvo a la altura, separándolo de la expedición del equipo en Atenas y dándole
billetes para que regresara a Barcelona solo, cosa que causó estupefacción en los
demás jugadores y clubs europeos.
El
caso Heurtel es una nimiedad al lado de graves sucesos que han ocurrido en el
entorno del club en los últimos meses. Y, sin embargo, no han ardido las redes
sociales exigiendo rectificaciones y pidiendo responsabilidades.
Tal
como publicó hace meses EL PERIODICO, en la construcción del nuevo Camp Nou, a
cargo de la empresa turca LIMAK, se produjeron contrataciones de obreros al
margen de la legislación laboral, contraviniéndola de manera grave y cebándose
la vulneración de derechos en trabajadores inmigrantes que estaban en clara
indefensión.
Ahora,
tenemos el escándalo del patrocinio de la Republica Democrática del Congo en
las camisetas de entrenamiento de los jugadores. Al parecer, la aportación económica
es de algo más de 40 millones de euros por cuatro años. Ese país africano está a
la cabeza de los rankings de corrupción y vulneración de derechos humanos. Por
su demografía, más de 110 millones de habitantes, adquiere especial gravedad el
gran número de atropellos a los derechos humanos que se da en ese país
centroafricano. También, en este caso, la información ha aparecido en algunos
medios, no muchos, pero parece que la gent blaugrana no ha hecho el más mínimo
caso ante un claro incumplimiento del código ético del club, en el que Laporta
y sus secuaces se mean encima.
En
el universo blaugrana, las redes están para otras cosas, para posicionarse a
favor o en contra de Ter Stegen que, me parece a mí, es un tema menor comparado
a que el club colabore en la vulneración de derechos de los trabajadores en la
inacabable construcción del Camp Nou; y también de derechos humanos, incluyendo
población infantil, en un país africano.
Som la gent blaugrana. Pero luego no vayamos diciendo que som
més que un club, porque la grandeza se demuestra, por parte de los
dirigentes, comportándose decentemente y, por parte de socios y aficionados,
exigiendo rectificaciones y responsabilidades.
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