Me entero de que CCOO y UGT han convocado para el 15 de octubre una huelga general
con motivo de la represión israelí contra Palestina. Me parece bien protestar contra
las tropelías que Netanyahu comete en Palestina, pero no a través de una huelga
general que es un instrumento de los sindicatos para, si se usa bien y racionalmente,
ir en contra de una política gubernamental de carácter laboral. Al menos, así
había sido en las anteriores convocatorias de huelga general. En cambio, ahora
se quiere usar una huelga general para un tema de política internacional.
Después veo que la huelga se hace en tres franjas horarias, dos por la madrugada, dos por la mañana y las dos últimas por la tarde. Otra de las características de una huelga general es la voluntad por parte de los convocantes de paralizar el país. Pero, ¿cómo se puede paralizar el país con mini huelgas generales a lo largo del día?. Y, aunque se consiguiera paralizar el país, la pregunta sería, yendo al motivo que convoca la huelga, ¿qué coño le importa a Netanyahu que en España se declare una huelga general? ¿en qué le perjudica que se paralice España a quien lleva la batuta en la represión del pueblo palestino?
Está claro que el siniestro Pedro Sánchez utiliza a los sindicatos con su habitual inmoralidad y estos se acaban convirtiendo, como tantos otros, en mamporreros del inquilino de La Moncloa. Esta huelga solo responde a la táctica, ya casi desesperada, de gesticular de cara a la galería en asuntos internacionales para no hablar de la agenda interna, multitud de frentes judiciales abiertos que afectan a esposa, hermano, amigos, allegados y antiguos hombres de confianza; junto a una incapacidad absoluta para gobernar que culmina en ser incapaz de, durante tres años seguidos, aprobar Presupuestos.
Ya sabemos cómo es Pedro Sánchez, Y también los sindicatos convocantes. Los funcionarios tenemos el salario congelado en 2025. La congelación ha sido de facto, nadie ha dicho que lo tengamos congelado, pero, entrado ya el mes de octubre, nada se sabe del aumento para 2025 ni si esto se prolongara hasta 2026, teniendo en cuenta que la principal excusa para no incrementarnos el sueldo es que no hay Presupuestos. Pero los sindicatos no se mueven, no va con ellos tener a los servidores públicos perdiendo poder adquisitivo. Dada la interesada visión negativa que se da del funcionariado, sale barato para ellos no reclamar esa reivindicación básica que sería no ganar cada vez menos por efecto de la inflación.
No sé si finalmente la huelga se desconvocara, habiendo
ahora sobre la mesa un plan de paz en marcha, aunque sea incierto, cogido con
pinzas y poco prometedor en el sentido de que sea una solución justa y a largo
plazo. Se acabe produciendo la huelga o no, los sindicatos dan una muestra
intolerable de servilismo respecto al tirano de La Moncloa.
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