domingo, 22 de junio de 2025

DE LA LIBERTAD

 

Leo otro libro de Timothy Snyder titulado Sobre la libertad, editado en 2024. Contiene las preocupaciones propias del autor por el devenir de la sociedad actual, en especial la de su país sobre la que es muy crítico, con una degradación de la democracia y sus instituciones, un aumento de la desigualdad y una amenaza que se cierne por causa de la emergencia climática y la crisis energética.

Maneja los conceptos de libertad positiva y negativa para explicar el mundo actual; son las manifestaciones de la primera, aquellas que sirven para que el individuo tenga la capacidad para actuar y tomar decisiones, las que pueden convertir a un individuo en libre dentro de una comunidad en que se desarrolle esa libertad positiva. Lamentablemente, estamos lejos de ese escenario, el propio autor hace una descripción sombría de ello con una aguda crítica a su país, aunque luego tiene momentos de optimismo, en especial al final del libro.

De los ejemplos sobre libertad positiva y negativa, me quedo, como concepto que más me gusta de los empleados por el autor, con que cuando habla de la primera se expresa como libertad para, mientras la segunda es libertad de. Las manifestaciones de la primera son aquellas con un objetivo finalista que pueden proporcionar el marco de desarrollo para hablar de un hombre que sabe lo que es la libertad, se sabe libre y se integra en una comunidad de iguales. Por ejemplo, una libertad positiva es pensar un Gobierno como una organización para buscar la libertad, y no para desmantelarlo en aras a que restringe la libertad de los individuos. Es justo lo contrario, no basta con tener una libertad de prensa, de asociación, de expresión, …todo esto no restringe la voluntad del individuo, pero, aisladamente, sin una acción conjunta y un fin, no sirven para hacer una sociedad libre.

No obstante, la realidad es otra y los tiempos no acompañan. El autor realiza distintas críticas, una de ellas a la nueva oligarquía digital, a la que dedica estas líneas que sitúan el punto en el que estamos, con una racionalidad que se nos impone como dada por el sistema y que nos deja muy lejos de la libertad positiva:

Simone Weil predijo que “al capitalismo le sucederá una opresión ejercida en nombre de la función”. En el “capitalismo de vigilancia”, como acertadamente lo llama Soshanna Zuboff, la racionalidad significa la monitorización constante, a fin de que un grupo de personas invisiblemente diminuto pueda beneficiarse económicamente. Su imperio no es visible a lo largo y ancho de un territorio, como los imperios de antaño, y (habitualmente) ocultan su riqueza en paraísos fiscales, en vez de hacer ostentación de ella con palacios de mármol. Los propios oligarcas digitales a menudo no tienen ni idea de lo que están haciendo, aparte de deleitarse con una imprecisa competición entre ellos. Monopolizan el futuro de todo el mundo y lo llenan de estupidez endogámica.

Snyder incide mucho en como el derecho al voto no está al alcance de todos en el país que se supone es una de las cunas de la democracia. Eso es un déficit que se arrastra por el dificultoso proceso de registro para votar, que perjudica a las clases más desfavorecidas y marcadas por la discriminación racial, ya que la mayoría de gente que no se registra son negros e hispanos. También son los colectivos que muchas veces no pueden votar por el hecho de no estar en libertad. La población reclusa en Estados Unidos ha crecido exponencialmente desde los años 60. Snyder insiste mucho en esta cuestión, que nos permite ver la deficiente calidad democrática de Estados Unidos. Hay unos dos millones de personas encarceladas en el país, con una tasa de 639 reclusos por 100.000 habitantes. Si en Canadá hay algo menos de 40.000 reclusos, con una tasa de unos 94 reclusos por 100.000 habitantes, está claro qué tipo de sociedad es la estadounidense.

A pesar de todo, Snyder es, en ocasiones, optimista con respecto al futuro. Uno de los motivos de esperanza no lo acabo de ver claro y son las expectativas que tiene en relación con que, si se desarrolla la fusión de hidrogeno, se consiga una energía barata, segura e ilimitada que acabe con el problema energético y del agotamiento de los combustibles fósiles o las dificultades que plantean las renovables. Se especula sobre esta forma de obtener energía y que será la panacea a los problemas existentes en materia energética, pero hay expertos que auguran todavía muchos años antes de que los desafíos tecnológicos hagan posible ese logro. Si, pongamos por caso, la fusión se desarrolla y tiene éxito dentro de veinte años ¿no será ya tarde y tendremos una serie de problemas ya irreparables?

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