sábado, 6 de enero de 2024

CIELO SOBRE BERLÍN

 

Cielo sobre Berlín (1987) es una película de Wim Wenders que no vi en su momento y me ha gustado bastante.  Tildada por algunos como sensiblera y pretenciosa, a mi me ha podido más ver el lado tierno y sentimental, tal vez también ingenuo, de la historia.

Es un filme de cine fantástico en el que dos ángeles, interpretados por Bruno Ganz y Otto Sander, sobrevuelan la ciudad de Berlín y empiezan a ponerse al lado de diferentes personajes, escuchando sus pensamientos mientras ellos son invisibles a los mortales. Pasean por la ciudad y captan desazón, ilusiones, frustraciones, soledad, … en una urbe que no puede olvidar un pasado reciente, mostrándose imágenes de la II Guerra Mundial y como Berlín quedó arrasada, así como el muro de la vergüenza que, en el momento de la película, llevaba 26 años construido y faltaban dos para que cayera.

La acción de la película va fluyendo mostrando la historia de varios personajes, con muchas escenas filmadas en un edificio espectacular como es la biblioteca central de Berlín, pero tiene dos líneas definidas: una viene dada por la presencia de Peter Falk, interpretándose a sí mismo como actor que ha ido a Berlín a rodar una película pero fue un ángel 30 años atrás que dejó ese estado para pasar a la mortalidad aunque nota la presencia de Ganz i Sander, habla con ellos y aconseja en particular al primero; y una trapecista de un circo de la cual se enamora el personaje de Ganz que, finalmente, y como hiciera Falk en su momento, abandonará su condición celestial para pasar a ser un mortal y relacionarse con la chica que se nos ha presentado como un personaje sensible y con mucha receptividad a dar y recibir amor.  

La película está rodada casi toda en un blanco y negro con tono sepia cuando los ángeles están junto a los humanos observándolos, aunque no pueden interaccionar con ellos; y en color cuando los personajes son mortales y, en particular, toda la parte final cuando Ganz ha abandonado su condición anterior y se produce una comunión entre lo corporal y lo espiritual.

Wenders mueve la cámara y filma de forma cadenciosa, poética, proponiendo a base de pequeños destellos o detalles hacer sentir una sensibilidad especial hacia personajes y situaciones, con la impotencia de esos ángeles que no pueden intervenir hasta la parte final en color después de la irrupción en la historia de Falk.

 

 

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