martes, 12 de diciembre de 2023

ALICIA EN LAS CIUDADES

 

Wim Wenders dirigió en 1973 Alicia en las ciudades, una road movie que se inicia en los Estados Unidos y prosigue luego por Alemania.

Philip Winter es un periodista alemán que lleva unas semanas en los Estados Unidos buscando inspiración, en los paisajes y gentes del país, para escribir un libro. Pero no consigue escribir nada y únicamente hace fotos de los sitios que pasa con una Polaroid. Despedido por su editor cuando está en Nueva York, ha de volver a Europa y, en la agencia de viajes, conoce a una compatriota con una hija de corta edad a las que ayuda a coger billetes para Europa y volver a Alemania vía Amsterdam. La madre le explica que tiene una historia sentimental no finalizada y, posteriormente, decide largarse y dejar a la niña, Alicia, a su cuidado. Así que Winter y Alicia vuelan a Amsterdam y, una vez visto que la madre no vuelve a Europa en los siguientes vuelos, inician una búsqueda de la abuela de la niña por distintas zonas de Alemania con los pocos e inexactos datos que le va dando Alicia.

Filmada en 16 mm y en blanco y negro, es una película entretenida y agradable de ver, con esa relación de extraña pareja entre una niña y un hombre adulto que, en principio no tienen nada que ver, pero que acaban buscando un lugar en el mundo. Si la niña ha de encontrar a su abuela pera poder estar en un núcleo familiar tras ser abandonada por la madre, Winter debe vencer su desorientación en la vida que le ha llevado a no encontrar ningún tema para abordar en aquello que es su profesión: la escritura.

A pesar de que la trama es simple, la película es entretenida en sus casi dos horas porque Wenders explica muchos detalles, aparentemente poco importante, pero que van dando fuerza a la historia y a los personajes, sobre todo el de Winter.  Si la relación entre ambos es fría y circunstancial al principio, luego va cambiando con los detalles que va mostrando Wenders con un suave sentido del humor y una emoción no empalagosa. Winter va cambiando su confusión inicial para acabar diciéndole en la última escena a la niña que tiene una historia por escribir. Podemos entender que las fotografías que tomaba se quedaban en la superficie y necesitaba algo más profundo, que ahora tiene, para empezar a escribir.

Y destacar, por último, un cameo del mítico Chuck Berry cuando Winter va a un concierto suyo.

 

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