Agotadas todas las excusas para justificar el mal juego del equipo, Xavi se
ha montado en una noria y hace uso de una dicha ya anteriormente y especialmente
ridícula: el equipo está en construcción. Aparte del hecho que lleva dos años
de técnico desde su debut en un lamentable partido contra el Espanyol, y no se
ve ninguna evolución positiva, un acertado Arús le ha recordado que el Girona
también está en construcción; a Michel cada año le desmontan la plantilla en verano
y lo hace mejor en la temporada siguiente.
El partido estuvo muy bien, con dos equipos buscando la victoria, sin especular y entregados a un intercambio de golpes del que salió vencedor el Girona. El Barça ofreció su mejor versión en la primera media hora ante un Girona un poco agobiado por la presión alta del Barça que, sin embargo, no cubrió bien la espalda por culpa de un grave error de Christiansen y el equipo gerundense, con más pegada que el Barça, marcó el 0-1 con gol del ucraniano Dovbyk.
Empató el Barça gracias a un cabezazo de Lewandovski a la salida de un córner, única acción positiva del polaco, una vez más lento, torpe y con la mirilla desviada de portería salvo en esta acción puntual. Pero el empate le vino mejor al Girona que al Barça. A partir de ese momento, el centro del campo del Girona se comió al azulgrana y se demostró que, cuando un buen equipo como el Oporto o Girona da un paso adelante y le disputa el control del partido a De Jong, Pedri y Gundogan, el Barça no sabe reaccionar y empieza a ir a remolque en el juego. Así que llegó el 1-2 en una gran acción de Miguel Gutiérrez, el lateral izquierdo que ya había rozado el gol en dos acciones anteriores.
En la segunda parte, el partido se mantuvo abierto aunque el Girona siempre movió mejor la pelota y tuvo ocasiones claras, si bien el Barça, jugando de local y arriesgando, tuvo sus oportunidades. Pero entonces hay un problema de calidad y es que al equipo le falta gol. Con un Lewandovski en clara línea descendente, Rafinha y Joao Félix realizaron un partido tan discreto que fueron cambiados por Lamal y Torres, que realizaron algunas acciones meritorias pero que, por sí solos, tampoco son goleadores. El Barça no tiene jugadores que puedan garantizar 15 o 20 goles por temporada, salvo Lewandovski que presenta mejores números que trascendencia real en el juego.
Si, al poco acierto en ataque, le sumamos un mal partido en general de toda la línea defensiva, llegamos al 1-3. Un balón largo fue ganado de cabeza por Stuani ante Araujo y, posteriormente, un blando Koundé se deja robar la cartera por Valery que se quedó solo ante un Peña que, a pesar de los cuatro goles, evitó algún otro. Un empujón del Barça a la desesperada propició un tardío gol de Gundogan, contestado enseguida por Savio en una brillante jugada de extremo con pelota colgada al segundo palo y remate de Stuani a placer.
En resumen, un partido vistoso en el que un equipo hizo mejor las cosas que el otro y, mientras el Girona mostró un mayor equilibrio y tener las cosas más claras de como quería jugar, el Barça se mostró frágil, descompensado y con jugadores como Cancelo que han dado un paso atrás. El desconcierto de Barça queda patente cuando un central, Koundé, juega de lateral y un lateral, Balde, acaba jugando de central.
Con la Liga casi imposible, por las sensaciones que da el equipo y por el calendario que, en la segunda vuelta, implica visitar los campos del Athletic, Real Madrid, Atlético de Madrid, Betis y Girona; la duración de Xavi en el banquillo puede depender de un sorteo benévolo en Champions y que se mantenga en cuartos de final hasta el mes de marzo.
Koeman empezó destituido en agosto de 2021 la temporada y solo faltaba poner fecha a la ejecución, que fue en noviembre después de un partido en Vallecas. Me da la impresión que Laporta ya ha destituido a Xavi y falta poner la fecha en que será efectivamente guillotinado. Mientras haya vida en Champions creo que lo mantendrá, pero descolgarse más en la Liga o caer en la Supercopa podría acelerar su final (ya se cesó a un entrenador, Valverde, después de fracasar en una Supercopa).
Ahora quedan tres partidos antes que acabe el año donde no hay nada a ganar y mucho que perder. Se da por descontado que hay que ganar al Amberes, uno de los equipos más flojos de los 24 que juegan la Champions, y a un Almería virtualmente descendido cuando aún no ha acabado la primera vuelta de la Liga. En teoría, más comprometida sería la visita a Valencia, pero es un equipo que transita sin pena ni gloria por la media tabla y no ganar sería un fracaso y, tal vez, descolgarse de manera definitiva en la Liga.
Por cierto, el partido contra el Almería lo veía de extrema peligrosidad. Una vez leí que los jugadores cobrarán un bono de 100.000 euros por jugar al día siguiente en Dallas me tranquilicé. Si no ganan, no será por indolencia sino por ineptitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.