Cinco pistolas es un
western de Roger Corman que tiene un argumento que luego también aparece en
Doce del patíbulo. Cinco condenados a muerte en el bando sudista consiguen ser
indultados a cambio de formar parte de un comando que, atravesando territorio
indio, llegue a un lugar donde ha de pasar una diligencia con un militar nordista a quien han de capturar. Como incentivo para que cumplan la misión, ese
militar ha de llevar 30.000 dólares en oro que las autoridades sudistas ya dan
por hecho que se intentarán apropiar.
Los cinco hombres empiezan a
colaborar dentro de las tensiones lógicas ya que, en el fondo, todos aspiran a
conseguir el dinero sin repartir con los demás. Llegados al sitio en que han de esperar a la diligencia,
resulta que solo viven allí dos personas, una chica joven (interpretada por
Dorothy Malone) y su tío. La presencia de una mujer incrementará las tensiones entre
los hombres antes de que sepamos que, en realidad, uno de los condenados (John
Lund) sí es realmente un militar sudista
que vela por el buen fin de la operación. Cuando llegué la diligencia con el
personaje que han de capturar, se precipitarán los acontecimientos acabando
juntos y felices Lund y Malone.
La idea de partida es buena
aunque luego Corman filma de manera rutinaria, sin especial esmero y sin la
dedicación que pondría luego en crear aquellos climas propicios para recrear
los cuentos de Allan Poe. Los actores
son bastante flojos, especialmente el protagonista John Lund y solo destaca la
presencia de Malone que merecía de un mejor lugar para exhibir su talento, cosa que
logaría un año más tarde en Escrito sobre el viento.
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