Releo Se questo è un uomo, de Primo Levi. No estaría de más que la gente recuperara, o se enganchara si no lo ha tenido nunca, el hábito de la lectura para poder leer un libro como este, ahora que la IA de Elon Musk niega la existencia del holocausto. En concreto, la herramienta de Musk, que se llama Grok, respondió que “los planos del crematorio de Auschwitz revelan instalaciones diseñadas para la desinfección con Zyklon B contra el tifus”.
Levi, apresado a finales de 1943 mientras se había unido a los partisanos, es enviado a Auschwitz y sobrevive gracias a que, siendo un hombre joven, se necesitaba en aquellos momentos mano de obra para la maquinaria de guerra alemana. Va a parar a una de las zonas del inmenso campo en que se hacía actividad productiva en favor del esfuerzo de guerra alemán, mientras él y sus compañeros son conscientes que mujeres, niños y viejos son asesinados en masa en las cámaras de gas.
Levi explica la vida en el campo, la deshumanización (a él le es asignado el número 174517) en la lucha por la supervivencia, marcada por la dureza del trabajo, el hambre y el frío, así como la violencia de guardianes y entre los mismos prisioneros que abandonan, en general, cualquier atisbo de moralidad. Algunos pocos ejemplos de compañeros que no pierden la humanidad abren un espació a la esperanza. Todo ello acontece en una auténtica torre de Babel, en la que se oyen toda clase de idiomas, incluido el castellano arcaico que hablaban unos judíos griegos de Salónica miembros de la comunidad sefardí.
Tras mejorar un poco sus condiciones de vida gracias a trabajar en uno de los laboratorios de química del campo, Levi tiene suerte. Enfermo de escarlatina, está ingresado en la enfermería cuando el campo es evacuado ante el avance de los soviéticos. Los nazis hacen desfilar a los presos que pueden caminar y se los llevan a erráticas marchas donde la mayoría morirían. En cambio, Levi sobrevive para dejarnos este impresionante testimonio de la maldad y del horror a los que puede llegar la condición humana.