Gli sbandanti (1955) es una película italiana, dirigida por Francesco Masselli, cuya trama tiene lugar en un momento muy delicado de la historia del país transalpino, los meses que van de julio de 1943 a principios de octubre del mismo año.
El argumento es interesante. Una familia de clase alta ha dejado Milán huyendo de los bombardeos y se ha refugiado en una gran villa a unas decenas de kilómetros de la capital lombarda, aunque no muy lejana pues oyen las explosiones. La familia la componen la condesa Luisa, su hijo veinteañero Andrea, un sobrino llamado Carlo y está también con ellos un amigo llamado Ferruccio. Son, más o menos, obligados por parte del Ayuntamiento a acoger en su gran finca una familia de origen humilde, también provenientes de Milán, destacando en el grupo la también veinteañera Lucia.
La película pivota sobre la atracción amorosa y relación que se establece entre Andrea y Lucia, problemática al venir de origen social muy diferente; así como la situación política del país, acelerándose la trama cuando llegan un grupo de soldados italianos que, prisioneros de los alemanes, han huido de un convoy ferroviario. Ante la ausencia de la condesa, Andrea es influido por su primo Carlo y Lucia, decididos partidarios de luchar contra los alemanes, y acoge a esos soldados, entre ellos un napolitano herido de muerte, aunque todo se va al traste cuando Ferruccio los denuncia. Llega la condesa, que obliga a elegir a Andrea entre Lucia y ella, apareciendo poco después los alemanes que empiezan a perseguir con sus motocicletas al grupo de soldados, incluyendo a Carlo y Lucia, que intentan huir en un camión.
Masselli no da una gran profundidad dramática a los personajes, ni la puesta en escena es especialmente buena, simplemente correcta. De todos modos, la trama tiene interés y vemos, al principio, un momento indefinido tras la caída de Mussolini el 25 de julio, reprochándose unos vecinos a otros haberse desprendido de los símbolos fascistas, aunque la guerra sigue al lado de los alemanes. Luego llega lo que se creen puede ser la paz, el confuso discurso de Badoglio el 8 de septiembre que oyen por la radio en la plaza del pueblo. Más tarde, se desencadena el final cuando esos soldados escapan de los alemanes que los tenían presos en un tren.
Mientras Carlo es partidario de la lucha contra los alemanes, la condesa y Ferruccio son partidarios de mantener el orden, que en ese momento son esas tropas germanas que ocupan el país y de nuevo los fascistas fieles a Mussolini. Entre ambas posturas, Andrea duda, también ansioso por la evolución de su relación con Lucia, demostrando al final ser una persona débil de carácter.
Lucía es interpretada por Lucía Bosé, siendo el año de producción de la película el mismo en que la actriz italiana se casó en Las Vegas con Luis Miguel Dominguín. Destaca como lo mejor del reparto y, en un intenso final, su trágico destino en off es uno de los mejores momentos de la película.
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