Les dames du Bois de Bolougne (1945) es la historia de una venganza en el trasfondo de una historia melodramática en la que una pareja que, en la actualidad, calificaríamos como abierta, se separa definitivamente al decidirlo el hombre, llamado Jean (Paul Bernard). Heléne (Maria Casares) aparenta aceptar la decisión de Jean, pero inmediatamente empieza a urdir un plan para emparejar a su ex con Agnés ( Élia Labourdette), una bailarina que aspira a trabajar en teatros importantes pero que, por necesidad, ha acabado prostituyéndose. El plan consiste en conseguir que Jean proponga matrimonio a Agnés y, en el día del enlace, decirle la verdad a Jean y humillarlo habiendo hecho venir a la boda a antiguos clientes de la chica.
El rodaje tuvo muchos problemas, con frecuentes cortes de luz provocados por la situación bélica en que se hallaba París en el momento del rodaje, sometida a la ocupación nazi. Por otra parte, hubo una relación de Robert Bresson muy exigente hacia sus actores que derivó en una tensión entre ellos. Parece que Bresson despreció totalmente esta película, que es la segunda en su carrera de realizador.
Realmente, parece una película poco bressoniana, trabaja con actores profesionales, en el marco de una producción convencional, hay una banda sonora de acuerdo con lo que se espera de un melodrama de la época... En definitiva, no era el escenario propicio para su radical concepto del cine, esa puesta en escena austera y minimalista, con pocos diálogos y música, además de interpretaciones en las que busca la naturalidad máxima trabajando con actores no profesionales.
A pesar de la opinión negativa de su propio director, a mí me parece un soberbio melodrama. Las dos intérpretes femeninas están magníficas. Me parece especialmente interesante el trabajo de Casares, tres años menor que Labourdette, pero que aquí invierten los papeles y la gallega interpreta a una mujer de mayor edad que la actriz gala. Tras su desengaño amoroso, el personaje de Casares recurre a una mujer más joven para perpetrar su venganza. La manera con la que Casares logra expresarse a través de sus ojos me ha recordado a una gran actriz de melodramas, Bette Davis. Igual que la actriz norteamericana, Casares logra aquí transmitir mucha maldad al querer vengarse de Jean y esa dirección de actores, aunque renegara, fue de Bresson. Con un personaje tan potente urdiendo su venganza, estamos ante un gran melodrama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.