Cuarta
película de Fernado León de Aranoa, Princesas (2005) supone bajar uno o
varios peldaños respecto a Familia, Barrio y Los lunes al sol. Si estas
tres películas destacaban por planteamientos interesantes y originales, aquí es
una historia más tópica sobre la relación de amistad entre dos prostitutas,
Caye (Candela Peña) y Zulema (Micaela Narvaez).
Caye
es una prostituta un tanto inconsciente e ingenua, pensando que realiza su
trabajo de forma temporal. Desarrolla su actividad a espaldas de su madre,
hermano y cuñada que aparecen en algunas escenas, siendo más bien
desaprovechada su presencia. Se junta con otras colegas de oficio en una
peluquería y ven a las prostitutas inmigrantes, a las que se refieren con
desdén y un punto de xenofobia. No obstante, Caye es de buena pasta y hace
buenas migas con Zulema, una dominicana que dejo un hijo en el continente
americano, vino por necesidad y debe soportar los ultrajes de un tipo que dice
poderla ayudar a obtener papeles.
Aunque se trata de una película entretenida, con un buen trabajo de Peña y Narvaez, el guion no tiene mucha fuerza, no va más allá de lo previsible en una película de este tipo y esa falta de nervio se nota en los personajes secundarios masculinos, el más o menos novio que se echa Caye y el embaucador que acecha a Narvaez, ambos también desaprovechados ya que resultan poco interesantes. Por tanto, es una película correcta que supone una bajada de nivel en el cine que León de Aranoa había hecho hasta entonces
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