Humphrey Bogart se despidió del
mundo en el cine rodando en 1956 Más dura será la caída, película que
pertenece al subgénero de cine sobre el mundo del boxeo, lindando con el cine
negro.
Un periodista deportivo,
despedido de su trabajo por querer conservar su independencia de criterio,
recibe la oferta de un gánster interpretado por Rod Steiger, consistente en
llevar la publicidad de un púgil que ha traído de Argentina. El boxeador, Toro
Moreno, es un auténtico paquete, pero el plan es que empiece una carrera
meteórica contra rivales comprados, convertirlo en un boxeador popular y que,
cuando luche con un púgil de verdad por el campeonato, especular con las
apuestas para ganar una fortuna. El
personaje de Bogart se deja tentar por el dinero y Steiger despide su primer
encuentro diciéndole que se olvide de su ética profesional. Bogart participará
en el engaño e incluso asumirá más funciones que las inicialmente encomendadas
únicamente en el campo de la publicidad hasta llegar a ser una figura paternal
para el ingenuo Toro. Al final, harán mella en él las maneras de Steiger y sus
secuaces, que no solo tratan como mercancía al argentino y su entrenador, sino
que los quieren estafar por lo que Bogart tendrá un arrebato final de decencia.
La película contó con un guion
de Philip Yordan, que también produjo el filme mientras que Mark Robson se hizo
cargo de la dirección. Lo mejor de la película es un guion incisivo sobre el
mundo del boxeo, que describe la corrupción de ese deporte, así como las
interpretaciones de dos actores de la categoría de Bogart y Steiger. Las
escenas que comparten son lo mejor de la película, representando el frío,
desalmado y calculador gánster reconvertido a promotor de boxeo frente al
inicialmente cínico periodista deportivo que actúa dirigiendo un engaño en
torno a un boxeador y que, finalmente, puede salvar su matrimonio y a él mismo
logrando enviar a Toro de retorno a Argentina y, a modo de redención,
entregándole 23.000 dólares que es su parte del botín.
Robson es un realizador de
trayectoria mediocre y no hay una memorable puesta en escena,. pero sí aprovecha
la potencia del guion para narrarlo con eficacia y no estropear la película. El
inicio es muy bueno mostrando unas calles sucias de Nueva York, con los
contenedores de basura metálicos típicos de las mismas, dando una muestra de
que nos vamos a mover en una historia moralmente situada en el fango. La
siguiente escena será una pequeña exhibición que demuestra a todos que Toro es
un paquete y como Bogart vende su alma al diablo haciendo el trato con Steiger
que inicialmente ha rechazado. Luego Robson, filmando con eficacia un buen
guion, con algunos diálogos muy buenos y la participación de Steiger y Bogart,
cumple su misión como director el resto de la película tras ese buen inicio.
Ahora podemos ver como clichés
muchas ideas de la película después de haber visto tantas películas sobre el
boxeo, pero también hay que ponerse en el año 1956 para apreciar la importancia
de la película. Se habían ya rodado Cuerpo y alma, El ídolo de Barro
o Nadie puede vencerme, pero este guion de Yordan era más
ambicioso conectando el boxeo con una corrupción generalizada en su
organización, tanto en el ámbito federativo, como en el de la prensa
deportiva.
Un clásico que mantiene un
notable interés y que siempre estará en la historia del cine por ser la última
película de una leyenda como Bogart.
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