viernes, 11 de octubre de 2024

UNA MUJER FUERA DE LA LEY

 

Veo otra película del cine negro de Ozu. Se trata de Una mujer fuera de la ley, rodada en 1933 y, aunque ya el cine sonoro se había desarrollado totalmente en USA y Europa, es una película muda.

Se trata de una historia en la que hay una primera pareja protagonista compuesta por Tokiko, una joven que trabaja de mecanógrafa y su novio, un gánster exboxeador llamado Joji, miembro de una banda. Entran en acción dos personajes más, un chico llamado Hiroshi que quiere unirse a la banda de delincuentes y su hermana, Kazuko, que intenta evitar que su hermano vaya por el mal camino y hablará con Joji para ayudar a su hermano.

Joji se enamorará de Kazuko, Tokiko buscará a la chica y la amenazará con un arma de fuego para que deje a su novio y, paralelamente, Hiroshi comete un robo en la tienda de música en la que trabaja su hermana. Joji se replanteará la situación, ve que no puede llevar una vida normal pese a la atracción que siente por Kazuko, volverá con Tokiko y planearán un robo para que Hiroshi pueda devolver el dinero.

Como consecuencia del robo, la policía persigue a Tokiko y Joji, la chica puede huir, pero afronta el acoso policial con su novio, que cae herido y la policía los detienen mientras están abrazados.

Es una película que es parecida a La mujer de esa noche. Poco que ver en su estilo con el Ozu que todo el mundo alaba y que, frecuentemente, coloca sus Cuentos de Tokio como una de las mejore películas de la historia del cine; pero se ve con mucho agrado porque Ozu dominaba bien cómo contar una historia y la narración es fluida.

La película tiene más atmosfera de filme noir que La mujer de esa noche. Hay escenarios más típicos de los bajos fondos, como un club de boxeo (en el que hay en una pared un póster de The Champ de King Vidor, rodada dos años antes) y un billarM hay más acción propia de ese género con atracos y peleas, e incluso Tokiko, aunque luego se redima, actúa durante bastante parte del metraje como una auténtica femme fatale.

Y tiene un estilo alejado del que reconocemos en Ozu. Por ejemplo, un largo travelling de diversas máquinas de escribir dura hasta llegar al puesto que ocupa en la oficina Tokiko, presentando así el personaje; o la cámara se acerca para mostrar sus zapatos de tacones, de aspecto occidental. Estos detalles en los que se entretiene en mostrarnos Ozu son importantes para otro aspecto de la película, contraponer una mujer occidentalizada como Tokiko frente a la más tradicional Kazuko.

Un Ozu diferente, pero bastante interesante. 

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