A partir del gran texto teatral
de David Mamet, se hizo en 1992 una película con un auténtico dream team
de actores americanos de la época que muchos recordamos; y ahora llega al
Heartbreak Hotel una adaptación teatral de Glengarry Glenn Ross, dirigida por
Alex Rigola e interpretada por Pep Ambrós, Francesc Garrido, Miranda Gas, Andrés
Herrera, Sandra Monclus y Alex Fons.
La primera diferencia en esta
adaptación es incorporar mujeres a la representación. Una buena idea porque la
crueldad, la insolidaridad, la marrullería, el engaño y hablar de manera
grosera soltando tacos no es patrimonio de ningún género.
Rigola, para explicarnos esta historia
de feroz y amoralidad competitividad entre vendedores de una agencia
inmobiliaria, no pone ningún elemento en escena. No hay prácticamente escenografía,
tan solo la iluminación, dos taburetes, un pequeño bloc de notas donde están
los contactos de los clientes y los actores vistiendo con ropa de calle (de hecho,
la misma que tenían en el bar de al lado del teatro cuando estaban allí mientras
cenábamos después de la representación). Esa escenografía desnuda, junto a la
potencia del texto y el gran trabajo de los actores que percibimos mejor en un
teatro de proximidad como el Heartbreak, dieron lugar a una muy buena tarde de
teatro en Sants.
Otro acierto de Rigola es que
los personajes se llamen como los actores y se interpelen continuamente con sus
apellidos y nombres de pila. Eso supone otra manera de acercar a los actores
entre sí, y a éstos con los espectadores que les conocemos o vamos conociendo,
para captar mejor la debilidad de unos, la mala leche de otros, el cinismo de
muchos de ellos y la indecencia de todos ellos.
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