Montana (1950) supuso el
declive de la relación entre Raoul Walsh y Errol Flynn. Si el primero ni tan
solo está acreditado como director figurando únicamente Ray Enright, a la
estrella australiana se la ve ya con mucha menos energía que en películas diez
o doce años anteriores, cosa lógica dados los excesos de todo tipo, sobre todo
con el alcohol, a los que nunca renunció y le llevaron a la tumba con 50 años,
aunque, según se dice, por dentro tenía el cuerpo desgastado de un hombre de
70 o más.
A pesar de tanta decadencia,
Montana es un western que se ve con agrado, la acción pasa muy rápido y Flynn
aguanta el tipo una vez más teniendo delante a la guapa Alexis Smith, que ya
tuvo como partenaire en otras películas de la Warner en los 40.
Se han hecho muchos westerns
con conflictos ganaderos pero, normalmente, el otro bando eran agricultores. En
cambio, en esta película, la lucha es entre ganaderos ovejeros y vacunos. Errol
Flynn lleva un rebaño de ovejas hacia las tierras de Montana pero se topa con
la oposición de rancheros de ganado vacuno, que tiene en el personaje de Alexis
Smith su principal oposición a Flynn aunque éste, mientras la chica no sabe que
es ganadero ovejero, tendrá tiempo de enamorarla. Tras la inevitable ruptura al saber que Flynn
es ovejero, Smith se quedará sola una vez sus aliados pierden el combate contra
las fuerzas de los ovejeros. Dispuesta ella sola a parar a Flynn, éste avanzará
por la calle mientras Smith lo encañona y dispara, pero solo para causarle una
herida leve y acabar abrazándose.
Con guion de los especialistas
en westerns Borden Chase y James R. Webb, así como fotografía del mítico Karl
Freund, se trata de una película que hace pasar un rato agradable.
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