Recordaba haber visto Marathon
Man (1976) de John Schlesinger en el cine Bosque de Vilanova y, tal vez, en
algún momento de la década de los ochenta en vídeo. Lo que se me había quedado
más en la memoria eran las escenas en que Lawrence Olivier tortura a Dustin
Hoffman con instrumentos de odontología, así como el arma blanca que lleva el
primero en la muñeca para asestar certeros navajazos contra sus enemigos.
Vista ahora, no creo que el tiempo
la haya tratado muy bien. Sigue siendo un thriller intenso y que mantiene en gran
parte la tensión e intriga pero, al final, hay aspectos de la trama que resultan
inverosímiles como todo lo que rodea al personaje de Roy Scheider pasando ante
su hermano por ejecutivo petrolero, otros son previsibles como la aparición de Martha
Keller actuando de topo de los malos y, finalmente, hay aspectos de la trama
explicados de forma confusa. La película va de más a menos, al principio engancha
por el interés de ver cómo encajarán las piezas que el guion va poniendo a los
espectadores, pero, en la parte final, hay cosas que chirrían como que un antiguo
criminal nazi como Olivier intente tasar diamantes en las joyerías judías de
Manhattan o el duelo final en el que Hoffman obliga a Olivier a tragarse los
diamantes en unas cloacas de Central Park.
Entretenida, sin más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.