En 1987, Ettore Scola rodó La
familia, una película que explica la vida de un hombre llamado Carlo desde
su nacimiento en 1906 hasta que cumple ochenta años. Se retrata su vida, así
como la de su familia de clase media, en el contexto de la historia italiana
del siglo, desde que el personaje tiene recuerdos de la I Guerra Mundial
jugando a soldados con su hermano y primos, hasta la década de los ochenta
pasando por el fascismo, la guerra, la postguerra y la época del desarrollo
económico del país.
Carlo es interpretado en su
última etapa, desde la postguerra, por Vittorio Gassman y, además de la
historia de Italia, se muestran todos los personajes que componen la familia:
su padre, fracasado pintor; su madre, una cantante de ópera que ha dejado las
actuaciones; su mujer Beatrice que asume durante toda la vida que, en realidad,
Carlo está enamorado de su hermana Adriana; su hermano Giulio, que forma una
pareja sentimental con la criada de la casa; sus hijos y sus nietos…
La película nunca muestra un
exterior. Todas las escenas se desarrollan dentro de la casa, la cámara no pasa
de la puerta principal del edificio o, si se abre a la panorámica desde una
ventana, a los balcones de la fachada del otro lado de la calle. Por tanto, las
noticias que llegan de los acontecimientos históricos se perciben a través de
las tertulias en las que se habla del fascismo o, cuando llega la televisión, a
través de este medio en el que se da la noticia de la boda de Arthur Miller y
Marilyn Monroe.
Mientras que Vittorio Gassman encarna su papel en un momento en que era un poco mayor para aparentar un hombre de cuarenta y pocos años en su primera aparición en el filme, las protagonistas femeninas, Fanny Ardany y Stefania Sandrelli, sí encarnan a sus personajes desde que son jóvenes hasta el final, lo que permite captar mejor el paso del tiempo, uno de los objetivos de la película que no se acaba de conseguir en el personaje de Gassman, demasiado mayor ya en 1987 pues tenia 63 años y resultando solo creíble cuando la acción llega a la década de los sesenta.
Scola filma con sencillez y
fluidez, el tono es firme, deja buenas escenas con el triángulo formado por
Carlo y las hermanas Beatrice y Adriana, así como cuando, ya octogenarios,
confiesa que no leyó un libro que le dio su hermano, como autor del mismo, con
lo que su opinión negativa era infundada. En definitiva, transmite emotividad a
una historia familiar en la Italia del siglo XX.
Buena película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.