Como si se tratara del
protagonista de la canción de Carosone Tu vuo' fa' l'americano, Alberto
Sordi protagonizó en 1954 Un americano en Roma, en la que interpreta a Nando
Moriconi, un joven del barrio del Trastevere en Roma, obsesionado con todo lo proveniente
de los Estados Unidos, gran consumidor de cine, de los ritmos musicales
americanos bailando claqué de manera desafortunada, adaptando a su habla
anglicismos para acabar en una jerga sin sentido y teniendo preocupados a sus
padres y novia por su comportamiento infantil e irresponsable.
La película tiene cinco
guionistas acreditados: el director de la cinta, Steno; el propio protagonista
Alberto Sordi; Sandro Continenza; el futuro director de películas de zombis y
también acreditado como ayudante del director Lucio Fulci; y Ettore Scola.
No sé si el problema de la
película es que tanta gente participara en el guion, pero la verdad es que la
película es floja a pesar de tener a Alberto Sordi como protagonista. De hecho,
él es lo más salvable de una película que, una vez presentado el personaje, se
estructura en flashbacks mientras Sordi amenaza con tirarse desde lo alto del
Coliseo, idea que recoge del filme de Henry Hathaway 14 horas y que él
adapta en tono cómico. Pero, al margen de algunos momentos en que se impone la
vis cómica del genial actor, el resto tiene poca gracia y se sitúa en un nivel
muy inferior al de muchas comedias italianas de la época.
Un filme insuficiente.
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