¡Qué asco de vida! (1991) es
una comedia de Mel Brooks, aquí en sus facetas de actor, director, productor y
guionista; que se inclina aquí por dar un toque de crítica social y un enfoque
menos enloquecedor que en sus otras películas.
La idea del filme no está, en
principio, mal. Un magnate, absolutamente despiadado e inhumano al hacer
negocios, cruza una apuesta con otro ricachón, jugándose la mitad de un gran
terreno inmobiliario, consistente en demostrar que puede pasar 30 días
sobreviviendo sin dinero ni sus pertenencias habituales y, por tanto, como un
mendigo en una zona degradada de Los Ángeles.
Enseguida empezará a tener
problemas para subsistir y conocerá a otros mendigos, entre ellos una chica (Lesley
Ann Warren) con la que tendrá la historia de amor del filme. A duras penas
logra aguantar los 30 días pero, una vez vuelve a su casa, descubre que los
tres abogados a los que dejó poderes para administrar sus propiedades en su
ausencia le han traicionado con el tipo con el que cruzó la apuesta y se han
conchabado para desposeerle de toda su riqueza. Devuelto a los barrios
deprimidos, la presentación de un proyecto inmobiliario por parte de los malos
de la película dará lugar, en un final muy flojo, a una batalla con unas
excavadoras hasta que el cabecilla de los malos confiese sus fechorías y se
restituya el patrimonio del personaje de Brooks que, a lo largo de la película,
ha aprendido lo que es el valor de la amistad y la solidaridad en su trato con
los vagabundos.
Hay algunos gags que funcionan
bien, como cuando van a tirar las cenizas de un mendigo que ha muerto y que
quería esparcirlas en el mar. Brooks las va a tirar a una cloaca para que
lleguen al océano, pero su torpeza y una ráfaga de viento hace que las cenizas
vayan a parar sobre su ropa y la de sus compañeros mendigos. Algún gag más
funciona bien, pero de manera esporádica. El guion es flojo y las prestaciones
de Brooks como actor son tan limitadas como siempre.
Además, aquí opta por un humor
muy contenido. El mejor Mel Brooks es cuando su humor es estridente, desmesurado,
así como con un punto obsceno y de mal gusto.
Película bastante floja
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