jueves, 13 de junio de 2024

¡QUÉ ASCO DE VIDA!

 

¡Qué asco de vida! (1991) es una comedia de Mel Brooks, aquí en sus facetas de actor, director, productor y guionista; que se inclina aquí por dar un toque de crítica social y un enfoque menos enloquecedor que en sus otras películas.

La idea del filme no está, en principio, mal. Un magnate, absolutamente despiadado e inhumano al hacer negocios, cruza una apuesta con otro ricachón, jugándose la mitad de un gran terreno inmobiliario, consistente en demostrar que puede pasar 30 días sobreviviendo sin dinero ni sus pertenencias habituales y, por tanto, como un mendigo en una zona degradada de Los Ángeles.

Enseguida empezará a tener problemas para subsistir y conocerá a otros mendigos, entre ellos una chica (Lesley Ann Warren) con la que tendrá la historia de amor del filme. A duras penas logra aguantar los 30 días pero, una vez vuelve a su casa, descubre que los tres abogados a los que dejó poderes para administrar sus propiedades en su ausencia le han traicionado con el tipo con el que cruzó la apuesta y se han conchabado para desposeerle de toda su riqueza. Devuelto a los barrios deprimidos, la presentación de un proyecto inmobiliario por parte de los malos de la película dará lugar, en un final muy flojo, a una batalla con unas excavadoras hasta que el cabecilla de los malos confiese sus fechorías y se restituya el patrimonio del personaje de Brooks que, a lo largo de la película, ha aprendido lo que es el valor de la amistad y la solidaridad en su trato con los vagabundos.

Hay algunos gags que funcionan bien, como cuando van a tirar las cenizas de un mendigo que ha muerto y que quería esparcirlas en el mar. Brooks las va a tirar a una cloaca para que lleguen al océano, pero su torpeza y una ráfaga de viento hace que las cenizas vayan a parar sobre su ropa y la de sus compañeros mendigos. Algún gag más funciona bien, pero de manera esporádica. El guion es flojo y las prestaciones de Brooks como actor son tan limitadas como siempre.

Además, aquí opta por un humor muy contenido. El mejor Mel Brooks es cuando su humor es estridente, desmesurado, así como con un punto obsceno y de mal gusto.

Película bastante floja

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