martes, 11 de junio de 2024

BREU HISTÒRIA DEL WESTERN

 

Vamos a ver Breu introducción al western, un texto de Joan Yago que han estrenado en la minúscula sala Flyhard, en la calle Alpens. Antes de empezar la obra, los actores ya nos han emocionado y robado el corazón cuando cantan el My rifle, my pony and me de Río Bravo, tal como también hace Manolo Solo en Cerrar los ojos de Erice. Tras la canción, se suplica al público que apague los móviles y esta vez no hay ninguna incidencia a remarcar en ese aspecto.

El western está presente en la obra desde que, en una pared del escenario, hay posters de películas de Ford, Walsh, Hawks y Peckinpah. Y también en la narración de uno de los protagonistas de hechos del Oeste explicados como paréntesis de la historia y, finalmente, confluyendo con la propia obra en un emotivo final.

Es una obra masculina, los cuatro protagonistas son hombres y representan tres generaciones, si bien la ausencia femenina de la madre es importante en la actitud sobre todo de dos de los personajes. Tenemos, por un lado, un hombre próximo a los 50 años, que es funcionario de una oficina de empleo y ha sido agredido por un demandante de empleo al que se le ha retirado el subsidio, causándole una herida en la cara. Al día siguiente, el agresor, desesperado por su situación personal, estrella su automóvil contra el comercio situado al lado de la oficina y queda en estado crítico. Su situación provocará una ola de solidaridad y de protestas contra el sistema y una acampada en las cercanías de las oficinas de empleo.

Por otro lado, está su hijo de 25 años, desempleado, que ha tenido problemas de depresión tras la muerte de su madre hace dos años, escribe con apatía una tesis doctoral y acompaña al abuelo una vez a la semana para ir a la Filmoteca a ver alguna película del Oeste, como La diligencia o Río Bravo. El abuelo, que fue policía durante su edad laboral, es una persona en un estado ya avanzado de demencia que vive en una residencia.

Por último, está el hermano del protagonista, un hombre un poco más joven que el funcionario y que, también con un carácter depresivo, se pasa la vida probando distintas terapias y sistemas de autoayuda para mantener un buen ánimo.

Los diálogos que establecen los personajes, sobre cuestiones personales y también de la realidad socioeconómica en la que viven, demuestran que no saben gestionar sus emociones ni comunicarse adecuadamente, mostrándose incomprensión unos con otros. Tampoco saben cómo comportarse ante la súbita oleada de solidaridad de la cual el funcionario se siente un tanto responsable al ser quién atendió a la persona que provocó el altercado y posteriores consecuencias.

Mientras se desarrolla la obra, hay pausas para que el abuelo, vestido estilo western, vaya relatando, con la ayuda de un montaje audiovisual proyectado sobre una de las  paredes del escenario, aspectos de la historia de los Estados Unidos que han servido de soporte al género western. Explica como se introdujo a los indios en reservas, como la fiebre del oro provocó que se invadieran sus territorios, las matanzas de indios; y como se construyen los mitos, la batalla de Little Big Horn y la figura de Buffalo Bill, con su espectáculo que incluso cruzó el Atlántico llegando a Europa y a la misma Barcelona.

Para los que somos devotos de Grupo Salvaje el final no puede ser más emotivo. Coinciden los cuatro personajes por primera vez y están en el sofá viendo la película de Peckinpah mientras oyen, a través de la radio, que el hombre ingresado en estado crítico ha muerto, cosa que ocasiona que se recrudezcan los movimientos de protesta. Por primera vez hay consenso para hacer algo juntos y es salir los cuatro a la calle con cacerolas para unirse a las protestas. Mientras tanto, en una de las paredes del escenario vemos el momento en que Pike Bishop, Dutch y los hermanos Gorch avanzan armados, en una imagen ya icónica, para enfrentarse al ejército de Mapache.

Se recrea un mundo en conflicto como era el del Oeste, se retrata un momento actual igualmente conflictivo y se aborda como pueden salir adelante los protagonistas de la obra, que comparten con los de Grupo Salvaje ser hombres con muchas dudas, pocas certezas y ningún futuro.

Un montaje para disfrutar.

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